11 fotosOnce cosas que aprendimos en 2017 y le ayudar¨¢n a adelgazar en 2018Si no sabe por d¨®nde empezar, estas son las pautas para perder peso que ha dado la ciencia en los ¨²ltimos doce meses 05 ene 2018 - 10:40CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn marzo, un art¨ªculo publicado en el The New York Times circulaba con alegr¨ªa entre los amantes del vino: suger¨ªa que el alcohol, consumido de forma moderada, pod¨ªa ser un aliado de una dieta equilibrada. Es decir, que no es necesario ponerlo en una lista negra cuando nos ponemos a r¨¦giman. "No se trata de decir 'alcohol s¨ª' o 'alcohol no', sino de hablar de un consumo moderado que beneficia a quienes desean acompa?ar su dieta saludable, con verduras, frutas y legumbres, con un poco de vino o cerveza", nos dijo el doctor Ram¨®n Estruch, del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red-Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y la Nutrici¨®n (CIBEROBN) del Instituto de Salud Carlos III, autor de un estudio publicado en 2016 en The Lancet en el que se observ¨® que las personas que siguen una dieta mediterr¨¢nea a largo plazo, en la que incluyen un consumo de moderado de vino o de cerveza, pierden peso.En verano, ¨¦poca que requiere una correcta hidrataci¨®n, desmontamos el mito seg¨²n el cual beber agua durante las comidas provoca un sorprendente aumento de peso. Seg¨²n un ensayo cl¨ªnico publicado en 2010, beber agua justo antes de una comida puede, si acaso, enga?ar al est¨®mago para que comamos menos. Esta hip¨®tesis fue presentada en la American Chemical Society en Boston (EE UU), y concluy¨® que quienes bebieron dos vasos de agua de 230 mililitros justo antes de una comida consumieron entre 75 y 90 calor¨ªas menos. Aun as¨ª, como aclar¨® el presidente de la Fundaci¨®n Espa?ola de la Nutrici¨®n (FEN), el doctor Gregorio Varela-Moreiras, en el acto inaugural del II Congreso Internacional y IV Nacional de Hidrataci¨®n, en lo que se refiere al agua es todo salud, puesto que tiene cero calor¨ªas tomada al principio, durante o al final de la comida.Un estudio publicado este verano cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa entre quienes consumen habitualmente edulcorantes con aspartamo ¡ªcompuesto ampliamente utilizado en la industria alimentaria¡ª pensando que les ayuda a adelgazar. El consumo de un producto o m¨¢s al d¨ªa con aspartamo, aseguraba la investigaci¨®n (una importante revisi¨®n de 30 trabajos anteriores) puede provocar ganancia de peso y de contorno de la cintura e incluso hipertensi¨®n, mayor riesgo de infarto o mayor prevalencia de diabetes tipo 2. Ocurre de una forma enga?osa: mientras al principio parece ayudar a controlar la b¨¢scula, a largo plazo este edulcorante, sustituto del az¨²car en casi todos los alimentos que "adelgazan" produce el efecto contrario. El aspartamo est¨¢ presente en chicles, pastillas refrescantes del aliento, yogures, cereales, salsas, siropes para el caf¨¦, agua de sabores, hielo congelado, algunos helados de hielo, medicamentos, bebidas marcadas como light, cero, zero, con 0% de az¨²cares a?adidos, etc¨¦tera.S¨ª, porque engorda m¨¢s que a los 30, y no digamos a los 20. "Conforme pasan los a?os, los procesos fisiol¨®gicos se ralentizan y gastan menos energ¨ªa. El gasto metab¨®lico es menor, lo que unido a la disminuci¨®n general de la actividad f¨ªsica en la vida cotidiana desemboca en menos gasto energ¨¦tico. Por consiguiente, hay menos necesidades cal¨®ricas que cubrir a trav¨¦s de los alimentos", nos dijo Marta Cuervo, doctora en Fisiolog¨ªa y Alimentaci¨®n, y profesora en Nutrici¨®n Humana y Diet¨¦tica de la Universidad de Navarra. Entonces, ?con la edad, entonces, debemos alterar la dieta? Si lo que pretende es mantener la figura, s¨ª. Pero siempre teniendo en cuenta que, como apunta la experta en alimentaci¨®n y fisiolog¨ªa, lo que hay que controlar y restringir son las calor¨ªas, no los nutrientes. ?C¨®mo hacerlo? Pues con dietas de alta densidad nutricional y poca concentraci¨®n energ¨¦tica. Se trata fundamentalmente, explica la doctira Cuervo, de "comer verduras y frutas frescas, al menos una raci¨®n de carne, pescado o huevo al d¨ªa y dos raciones semanales de legumbres".Sonaba tan sencillo que resultaba de lo m¨¢s seductor: la dieta CICO (Calories in, calories out), viral en Internet en los ¨²ltimos meses del a?o, recuperaba la vieja idea de que, para perder peso, basta con comer menos calor¨ªas que las que quemamos. Los fabricantes de calculadoras se frotaron las manos. Lo que no dec¨ªan los defensores de este m¨¦todo es que atiborrarnos a hamburguesas precocinadas y boller¨ªa industrial, aunque luego lo quememos, no es bueno para la salud. En consecuencia, y como explicaba la nutricionista Mar¨ªa Neira, autora del blog Nutriendo mi cambio, "perder¨ªamos kilos a simple vista y en la b¨¢scula, pero tambi¨¦n estar¨ªamos aumentando colesterol, triglic¨¦ridos y tensi¨®n arterial, y a medio plazo nos arriesgamos a enfermedades cardiovasculares". En opini¨®n de Carlos R¨ªos, creador de la web pro-comida sana Realfooding, esta dieta provoca el efecto yoy¨®: se pierde peso pero se recupera pronto. Adquirir el h¨¢bito de comer de forma saludable, por el contrario, ayuda a controlar el peso y tiene un efecto m¨¢s beneficioso sobre la salud.En abril nos propusimos pasar revista a los aparatos de gimnasio y medir su efecto sobre nuestra grasa corporal. As¨ª, descubrimos que media hora de el¨ªptica quema entre 300 y 400 calor¨ªas (dos cruasanes), media hora de bicicleta est¨¢tica fulmina 206 calor¨ªas o que la cinta de correr es efectiva combinada con ejercicios de fuerza pero poco recomendable para personas con sobrepeso pronunciado, porque recae demasiado esfuerzo sobre sus articulaciones.Todos sabemos que el ejercicio aer¨®bico, combinado con una dieta saludable, es un buen sistema para aniquilar gramos. En particular, el running est¨¢ entre las modalidades favoritas de quienes quieren estar m¨¢s delgados. Lo que no sab¨ªamos hasta ahora es que hay algo mejor que correr: hacerlo hacia atr¨¢s. Una investigaci¨®n realizada en la Escuela de Educaci¨®n y Ciencias de la Salud de la Universidad de Dayton, Ohio (Estados Unidos), concluy¨® que la pr¨¢ctica de retrorunning mejora el rendimiento en un 2,5% respecto a la disciplina habitual. Siempre que no se estampe contra una farola, su cuerpo lo agradecer¨¢.En enero de 2017, un art¨ªculo firmado por cient¨ªficos de la Loyola University Chicago Stritch School of Medicine nos recordaba que la actividad f¨ªsica tiene muchos beneficios (reduce enfermedades card¨ªacas, diabetes y c¨¢ncer y mejora la salud mental y el ¨¢nimo¡), pero advert¨ªa de que "hay evidencia limitada para sugerir que puede acabar con la obesidad. Es necesario replantearse las estrategias para combatirla". En agosto, otro estudio daba la puntilla a aquellos que quieren adelgazar solo a base de ejercicio: a m¨¢s actividad f¨ªsica, m¨¢s hambre, y m¨¢s dif¨ªcil es perder peso. Esto no quiere decir que haya que tumbarse a la bartola. Realizar alg¨²n tipo de actividad f¨ªsica de forma regular es un regalo para la salud.Todo un cl¨¢sico de los cu?ados: declarar la guerra a los carbohidratos, que son "malos" y nos hacen engordar. Pero, como nos dijo ?ngela Quintas, Qu¨ªmica y experta en Nutrici¨®n Cl¨ªnica, "siempre que respetemos una serie de reglas, podemos comer los hidratos que queramos". ?Cu¨¢les son esas reglas? Basta con una: no tomar nunca los hidratos solos, sino acompa?ados de prote¨ªnas. "Para bajar de peso nuestra dieta tiene que estar enfocada sobre todo a perder grasa, y para ello tenemos que proteger siempre nuestra masa muscular", explic¨® la experta. Es lo que hacen los japoneses, que mezclan siempre arroz o noodles con cerdo, pollo o pescado, y est¨¢n delgados.El arroz, blanco o integral, suele figurar en la lista negra de aquellos que se proponen adelgazar: son una bomba de hidratos de carbono. Sin embargo, aunque ambas variedades tienen las mismas calor¨ªas, el integral es m¨¢s recomendable en una dieta de adelgazamiento. Esto se debe a que, mientras que el blanco es de absorci¨®n m¨¢s r¨¢pida, el integral demora su digesti¨®n ¡ªlo que genera una mayor sensaci¨®n de saciedad y evita que se ingieran m¨¢s calor¨ªas¡ª y es m¨¢s rico en nutrientes. Seg¨²n un estudio de la US National Library of Medicine elaborado a lo largo de 12 a?os en un grupo de 74.000 mujeres de entre 38 y 63 a?os, aquellas que tomaban grano integral ten¨ªan un 50% de posibilidades menos de ganar peso que los que lo hac¨ªan de grano blanco.La grasa abdominal implica un mayor riesgo de mortalidad incluso que la obesidad y el sobrepeso. Lo explicaba un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine: el riesgo en hombres con obesidad central (cuando la grasa se acumula en el abdomen) es del doble con respecto a quienes tienen sobrepeso u obesidad, y 1,5 veces mayor en mujeres. Como explicaba Antonio Mas, m¨¦dico especialista en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, la grasa abdominal o visceral (la que rodea los ¨®rganos) "es metab¨®licamente m¨¢s activa y se relaciona con un aumento de la resistencia a la insulina y diabetes, un aumento de marcadores inflamatorios y un peor perfil lip¨ªdico. En definitiva, es un marcador cl¨ªnico del s¨ªndrome metab¨®lico, que se caracteriza por la presencia de m¨²ltiples factores de riesgo cardiovascular y un gran aumento de la mortalidad".