La invasi¨®n de los saltimbanquis de Addis Abeba
Lo que empez¨® como un juego de mimo y arte callejero en la capital et¨ªope se ha convertido en Fekat Circus, un proyecto que da esperanza a los j¨®venes, emplea a 30 personas y hace giras internacionales
Cuando est¨¢ en el pa¨ªs, a Kya le encanta pasear por el Piassa. No ha cambiado demasiado desde que vino por primera vez. En realidad, no ha cambiado demasiado desde que los europeos se fueron. Sigue oliendo a caf¨¦ por la puerta del Tomoca y al alm¨ªbar de las baklava reci¨¦n horneadas. En realidad, lo que ha cambiado es Kya: ha aprendido a sonre¨ªr. Le ense?aron sobre el escenario de un circo.
¡°Veo lo que era mi vida antes y lo que es ahora¡¡±, antes de concluir la frase a Kya ya le ha escapado un suspiro. Algo de alivio, mucha satisfacci¨®n. Como los otros chicos de su edad, Kiva pasaba las tardes sin mucho que hacer. Mataba el tiempo ¡°jugando al f¨²tbol o paseando sin rumbo por las calles de Piassa¡±. Es as¨ª como los j¨®venes de las barriadas aprenden a odiar el futuro.
Pese al desarrollo urban¨ªstico de la capital plasmado en la construcci¨®n del nuevo aeropuerto internacional financiado por el gobierno chino, Etiop¨ªa ocupa el puesto 174 de 188 en el ¨ªndice de desarrollo humano: la pobreza ronda el 30% y el analfabetismo est¨¢ por encima del 40%. El 81% de un pa¨ªs con casi 100 millones de habitantes sobrevive con menos de dos d¨®lares al d¨ªa. Con el est¨®mago vac¨ªo es dif¨ªcil encontrarle las sonrisas al horizonte.
En las afueras de Addis Abeba, en las barriadas donde el agua se turbia y los mendrugos escasean, los problemas se multiplican: VIH, abandono, violencia contenida. Fue en un lugar como este donde en 2004 unos chicos comenzaron a hacer peque?os espect¨¢culos callejeros: acrobacias, mimos¡ Lo que empez¨® como un juego se convirti¨® pronto en un arma contra la desesperanza que emplea a unas 30 personas.
Cinco a?os despu¨¦s, Fekat Circus ya era una realidad: un lugar donde los chicos de las barriadas pod¨ªan buscarse a s¨ª mismos colg¨¢ndose sobre un trapecio, haciendo girar las ruedas o enred¨¢ndose entre las cintas. Una parcela en una de las calles empinadas que llevan al Piassa se convirti¨® en el hogar de los chicos del circo. Una oficina, hoy repleta de fotograf¨ªas de las troupes que dan la vuelta al mundo, sirve de administraci¨®n y de refugio. Fekat Circus sigue siendo un lugar para j¨®venes sin otro sitio al que ir.
Enfrente, junto al patio delimitado por las planchas de colores que hacen de verja, hay unas colchonetas y unas cuerdas. Hace unos d¨ªas trajeron un aparato nuevo, uno para practicar saltos. ¡°Los chicos no han parado de usarlo¡±, explica Hanna Haile, una de las coordinadoras del circo. Dos muchachos, tan enjutos que parecen hermanos, con el mismo pantal¨®n de ch¨¢ndal, con el mismo torso desnudo, no dejan de impulsarse: cuando uno sube, el otro baja. ¡°As¨ª es como aprendemos aqu¨ª: practicamos hasta que salga¡±, apunta Kya con una media sonrisa que asoma entre sus labios gruesos.
Los nuevos alumnos, un centenar cada a?o, tiene la fortuna de aprender de los veteranos. De Kya o Berhanu, al que todos aqu¨ª conocen como Doctor Clown por su papel de doctor sonrisa en el hospital materno infantil Black Lion. ¡°Tratamos de ense?arles lo que sabemos¡±, afirma Kya, sin perder de vista a los chicos que siguen saltando. Desde su creaci¨®n, Fekat Circus ha mantenido su compromiso como circo social ofreciendo un programa formativo a los chicos sin recursos. En este momento, hay trece chiquillos participando en las clases. ¡°Le damos a la gente una oportunidad, les ense?amos valores¡±, contin¨²a Hanna, ¡°les ense?amos lo que significa esforzarse para alcanzar una meta¡±.
Tienen un curriculum de pago para familias que quieren traer a sus hijos a aprender ejercicios circenses como actividad extraescolar
Mantener un proyecto como este, con su alma social, es caro. M¨¢s de 50.000 euros al a?o. Hay que pagar una veintena de sueldos, el alquiler, la luz, el mantenimiento y transporte de la carpa¡Las donaciones ayudan, pero Fekat naci¨® con vocaci¨®n de autosostenibilidad. Por eso, tienen un curriculum de pago para familias que quieren traer a sus hijos a aprender ejercicios circenses como actividad extraescolar ¡ªcon cuyos fondos se financian las clases gratuitas para los chicos con pocos recursos¡ª y cada fin de mes organizan un espect¨¢culo al que asisten alrededor de 150 personas. ¡°Al principio¡±, confiesa Hanna, ¡°no nos miraban bien porque sab¨ªan que proven¨ªamos de ¨¢reas marginales, pero les hemos ido convenciendo con nuestros espect¨¢culos. Son actuaciones ¨²nicas, dise?adas aqu¨ª, en su propio pa¨ªs: les mostramos la cultura et¨ªope como no la hab¨ªan visto nunca antes¡±.
Su escaparate es hoy ya internacional. En el verano de 2015 estuvieron de gira por Espa?a con m¨¢s de treinta funciones y en 2017 han extendido sus actuaciones tambi¨¦n a Francia, Suiza, Alemania e Italia, de donde acaba de llegar el ¨²ltimo de los equipos. ¡°Es una troupe internacional¡±, resalta Hanna con una sonrisa que es orgullo. Con The rise of the full moon, su ¨²ltimo espect¨¢culo, Fekat Circus ha conquistado al p¨²blico espa?ol transport¨¢ndolo a ?frica. El espect¨¢culo es una representaci¨®n en la que los artistas muestran la importancia que la comida tiene en las diferentes culturas africanas. "All¨ª nadie come s¨®lo, la comida es lo m¨¢s importante porque es de lo que m¨¢s se carece. Todos son diferentes pero todos se necesitan y luchan contra nuestro individualismo, sin entender c¨®mo alguien puede comer solo en un restaurante¡±, explica Ana Villa, promotora de Creatividad Solidaria encargada de su gira en Espa?a.
Kya, que acaba de volver a Addis Abeba despu¨¦s de recorrer Myanmar durante ocho meses gracias a uno de los programas de intercambio formativo que Fekat mantiene con otros circos, es consciente de lo que la diversidad suma: de lo que aporta llevar al mundo las culturas de ?frica y a ?frica las culturas del mundo. Es en ese camino donde uno aprende a descubrirse a s¨ª mismo, a ¡°expresar a la gente lo que siente a trav¨¦s del circo¡±. Es en ese camino donde chicos como Kya aprenden a sonre¨ªr.
?Cu¨¢ntos pedos te has tirado hoy?
La enfermedad arrebat¨® a Berhanu la vida a sus padres. Los profesores del orfanato en el que viv¨ªa lo llevaron a ver aquellas acrobacias que hac¨ªan unos chicos del barrio. Hoy Berhanu es una de los artistas m¨¢s populares del circo: el famoso Doctor Clown que hace re¨ªr a los miles de ni?os ingresados en Black Lion, el m¨¢s grande de los hospitales de Etiop¨ªa a donde llegan peque?os de todas las partes del pa¨ªs.
¡°Me visto de doctor y me acerco a ellos como lo har¨ªa su m¨¦dico¡±. Muy serio, ¡°les pregunto, ?cu¨¢ntos pedos te has tirado hoy?¡± Los ni?os se parten de risa¡±, relata. ¡°Eso y lo de comer cristales¡±, a?ade, ¡°es lo que m¨¢s gracia les hace¡±.
El programa, inspirado en la idea de construir una sociedad mejor que siguen tambi¨¦n las actividades l¨²dicas organizadas por Fekat en orfanatos y prisiones en Addis Abeba, intenta crear un ambiente m¨¢s agradable para los peque?os. Un ambiente que les ayude en su recuperaci¨®n. "Los doctores", afirma Berhanu, "curan enfermedades. Nosotros curamos esa parte que los m¨¦dicos no pueden sanar".
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