El pa¨ªs africano con m¨¢s cobertura sanitaria que Estados Unidos
Ruanda sigue siendo pobre, pero en los ¨²ltimos 15 a?os sus avances sanitarios concitaron atenci¨®n mundial

Piense en un pa¨ªs donde un 90% de la poblaci¨®n tiene cobertura de salud, m¨¢s del 90% de los pacientes con VIH siguen un r¨¦gimen farmacol¨®gico estable y el 93% de los ni?os est¨¢n vacunados contra enfermedades infecciosas comunes, entre ellas el virus del papiloma humano. ?Adivina d¨®nde est¨¢ esta tierra encantada de equidad m¨¦dica? ?Escandinavia? ?Costa Rica? ?Narnia?
Le doy una pista: es en ?frica. Para m¨¢s precisi¨®n: Ruanda.
En mi pa¨ªs natal la atenci¨®n a la salud es un derecho garantizado a todos, no un privilegio reservado a ricos y poderosos. Ruanda sigue siendo pobre, pero en los ¨²ltimos 15 a?os sus avances sanitarios han concitado la atenci¨®n mundial, y con raz¨®n. En 2000, la esperanza de vida al nacer era solo 48 a?os; hoy es 67. La ayuda internacional hizo su parte, pero nuestros avances se deben, sobre todo, a innovaciones no financieras.
Para empezar, Ruanda estableci¨® un modelo de gesti¨®n colaborativo y comunitario que nos permite hacer m¨¢s con la misma cantidad de fondos. Adem¨¢s, nuestros servidores p¨²blicos est¨¢n orientados a la soluci¨®n de problemas y exhiben un nivel de ingenio que produjo muchas soluciones locales a diversos desaf¨ªos de desarrollo humano, como la seguridad alimentaria y el suministro adecuado de agua potable y vivienda.
Pero, tal vez, el factor m¨¢s importante de nuestro impresionante progreso sanitario ha sido la agenda nacional de equidad, que fija objetivos de ayuda a los necesitados y mide el avance hacia su concreci¨®n. Desde que implementamos esta estrategia, Ruanda consigui¨® disminuir el porcentaje de personas que viven en la pobreza extrema desde el 40% de la poblaci¨®n en 2000 a 16,3% en 2015.
En Ruanda, el 90% de la poblaci¨®n tiene cobertura de salud, m¨¢s del 90% de los pacientes con VIH toma antirretrovirales y el 93% de los ni?os est¨¢n vacunados
Aparte de los beneficios obvios, estos avances importan porque, como se?al¨® hace poco Unicef, la inversi¨®n en servicios sociales para ni?os vulnerables es el doble de efectiva cuando se la dirige a los m¨¢s pobres. Es decir, Ruanda pudo hacer tanto en tan poco tiempo porque invertimos en los sectores m¨¢s desfavorecidos y eso aumenta la tasa de rendimiento.
En la b¨²squeda de la equidad sanitaria, Ruanda prioriz¨® la accesibilidad. En 2016, nuestros programas de cobertura m¨¦dica alcanzaban a nueve de cada diez ruandeses. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n est¨¢ inscrita en un programa de salud comunitario, conocido como CBHI por sus siglas en ingl¨¦s, que aument¨® el acceso a la atenci¨®n m¨¦dica de los ciudadanos ruandeses m¨¢s vulnerables eximi¨¦ndolos del pago de aranceles.
Eso llev¨® a que Ruanda tenga hoy un nivel de cobertura alto seg¨²n criterios internacionales, algo notable en un pa¨ªs que hace una generaci¨®n sufri¨® los horrores del genocidio. Comp¨¢rese con la situaci¨®n en Estados Unidos: si bien la Ley de Atenci¨®n M¨¦dica Accesible de 2010 redujo la proporci¨®n de estadounidenses sin seguro m¨¦dico, al mismo tiempo, los asegurados tienen que pagar cada vez m¨¢s por primas y otros gastos no cubiertos. Tal vez a Estados Unidos le convendr¨ªa adoptar un programa similar al CBHI, para seguir reduciendo las barreras financieras contra el acceso a la atenci¨®n m¨¦dica.
Proveer dicho acceso fue un elemento central del dise?o del suministro de atenci¨®n m¨¦dica de Ruanda, para lo que se apel¨® al env¨ªo de trabajadores de salud comunitarios a las 15.000 aldeas del pa¨ªs. Estos profesionales locales hacen de puntos de conexi¨®n con el sistema, que redujo los tiempos de espera y los costes financieros, al tratar a los pacientes en forma directa (a menudo, en sus hogares).
El programa de trabajadores comunitarios tambi¨¦n ser¨ªa ¨²til en Estados Unidos, un pa¨ªs lleno de j¨®venes educados que, en esa funci¨®n, podr¨ªan hacer de puentes entre los establecimientos m¨¦dicos y los pacientes y mejorar as¨ª el capital social del pa¨ªs y su situaci¨®n sanitaria. Como demuestra la experiencia ruandesa, esos programas no solo ampl¨ªan el acceso a la salud, sino que tambi¨¦n permiten un abaratamiento de costes, al reducir las hospitalizaciones innecesarias.
Y son probadamente transferibles. Desde 1997, el Brigham and Women¡¯s Hospital de Boston da apoyo a la comunidad VIH de esa ciudad, por medio del programa Prevenci¨®n y Acceso a Atenci¨®n y Tratamiento (PACT), una iniciativa basada en el modelo de trabajadores comunitarios implementado en las zonas rurales de Hait¨ª por Partners In Health, una organizaci¨®n m¨¦dica sin fines de lucro que integra a esos trabajadores al sistema de atenci¨®n primaria y mental.
Ruanda tiene un nivel de cobertura alto seg¨²n criterios internacionales, algo notable en un pa¨ªs que hace una generaci¨®n sufri¨® los horrores del genocidio
Gracias a esa iniciativa, el seguro p¨²blico Medicaid ahorr¨® dinero en ingresos, y los gastos de atenci¨®n hospitalaria se redujeron 62%. Otras ciudades estadounidenses pueden y deben incorporar modelos similares a sus programas de tratamiento de afecciones cr¨®nicas.
La innovaci¨®n fue el punto de partida del renacimiento sanitario ruand¨¦s, y el pensamiento progresista lo mantiene andando. Por ejemplo, en todo el pa¨ªs hay centros sanitarios encargados de vacunar y tratar enfermedades que exceden las capacidades de los trabajadores comunitarios de las aldeas, y que han extendido los servicios de obstetricia a la mayor¨ªa de las ruandesas.
Para ampliar todav¨ªa m¨¢s el acceso, cada distrito de Ruanda tiene un hospital, y cada regi¨®n del pa¨ªs cuenta con un hospital de derivaci¨®n o de ense?anza con especialistas capaces de manejar casos m¨¢s dif¨ªciles. Algunos centros todav¨ªa padecen escasez de personal, pero el Gobierno trat¨® de cubrir los restantes mediante una iniciativa que emplea a profesores de m¨¢s de 20 instituciones estadounidenses para que colaboren con la capacitaci¨®n de nuestros especialistas cl¨ªnicos.
En poco m¨¢s de dos decenios, gracias a las soluciones locales y a la colaboraci¨®n internacional, Ruanda redujo enormemente la carga de enfermedades sobre su pueblo y econom¨ªa. En el futuro, nuestro objetivo es educar a los l¨ªderes del ma?ana para que sigan ampliando el sistema sanitario equitativo que hemos creado. Esa es la misi¨®n de la Universidad para la Equidad Sanitaria Global, una nueva instituci¨®n con sede en la Ruanda rural, que ha hecho de la justicia, la colaboraci¨®n y la innovaci¨®n sus principios rectores.
Como m¨¦dica ruandesa, participante en la creaci¨®n del sistema sanitario de mi pa¨ªs desde sus albores, estoy orgullosa de lo que pudimos hacer en tan poco tiempo. No fue magia: fue una f¨®rmula. Por medio de la cooperaci¨®n global continua, otros pa¨ªses, incluso los desarrollados, pueden aprender c¨®mo aplicarla.
Traducci¨®n: Esteban Flamini.?Copyright: Project Syndicate, 2017. www.project-syndicate.org
Agnes Binagwaho es exministra de salud de Ruanda, es vicerrectora de la Universidad para la Equidad Sanitaria Global. En 2017 ingres¨® a la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
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