El tab¨² de sentir rechazo a dar de mamar a un hijo
Muchas mujeres, llegado un punto de su lactancia materna, se enfrentan a sentimientos contradictorios. Es lo que se conoce como agitaci¨®n por amamantamiento
Muchas mujeres, llegado un punto de su lactancia materna, se enfrentan a sentimientos contradictorios cuando su hijo mama. Por un lado experimentan rechazo; por otro tienen el deseo de continuar amamantando. Es lo que se conoce como agitaci¨®n por amamantamiento, un fen¨®meno del que poco se habla pero sobre el que es habitual o¨ªr testimonios en c¨ªrculos de madres, especialmente entre las que amamantan a ni?os m¨¢s ¡°mayores¡±.
La primera vez que Ana, docente de lengua espa?ola para extranjeros y madre de dos hijos, tuvo una sensaci¨®n de rechazo absoluto a que su hija mayor mamara, la ni?a ten¨ªa poco m¨¢s de dos a?os por aquel entonces, cuando fue al hospital a visitarla cuando naci¨® su segundo hijo. Hasta entonces Ana le hab¨ªa dado pecho a demanda y, sin plantearse mucho c¨®mo ser¨ªa la lactancia de ambos cuando el beb¨¦ llegara, decidi¨® continuar con la lactancia en t¨¢ndem. Sin embargo, y para su sorpresa, aquel d¨ªa en el hospital, cuando los dos empezaron a mamar a la vez, Ana tuvo claro que ser¨ªa la ¨²ltima que lo har¨ªan al mismo tiempo. ¡°Verme con mis dos hijos, cada uno en una teta, fue demasiado para m¨ª y, justo en ese momento, decid¨ª que era la primera y ¨²nica vez que les dar¨ªa a los dos a la vez. Decid¨ª seguir amamantando a ambos por separado porque sab¨ªa que destetarla justo cuando su hermano acababa de nacer era demasiado doloroso para ella¡±. Continu¨® haciendo t¨¢ndem por separado durante tres meses poniendo l¨ªmites a su hija mayor respecto a la teta (¡°Primero tu hermano; en la calle no, en casa; la teta tiene que descansar¡±) hasta que finalmente el rechazo era tal que opt¨® por el destete. ¡°Nunca sent¨ª rechazo al darle la teta al beb¨¦, solo sent¨ªa rechazo cuando le daba a la mayor¡±, cuenta.
Lo que sent¨ªa Ana tiene nombre, agitaci¨®n por amamantamiento, y seg¨²n Alba Padr¨® Arocas, asesora de lactancia, IBCLC y autora de Somos la leche, vendr¨ªa a definir esa ¡°necesidad ingente de que termine la toma o que se aleje de nosotras unido a un deseo irracional de que se hagan mayores, de que crezcan y sean m¨¢s aut¨®nomos¡±. Reconoce la asesora que se trata de un sentimiento ¡°de lo m¨¢s oscuro¡±, una lucha entre la raz¨®n y el coraz¨®n y que, en general, es poco expresado por las madres ¡°por miedo al qu¨¦ dir¨¢n¡±.
Hay que poder sobrellevarlo desde la normalidad de no sentirse culpables ante el rechazo irracional que les aborda cuando sufren la agitaci¨®n.
Cristina Silvente, psic¨®loga especializada en maternidad y salud y docente del Grado de Psicolog¨ªa en la Universitat Oberta de Catalunya, a?ade que a veces esos sentimientos son descritos por las madres que lo experimentan como algo muy f¨ªsico, un sentimiento muy visceral ¡°que ellas no pueden controlar¡±, y que les produce mucho malestar e incluso culpabilidad. Insiste la psic¨®loga en que todo lo que se sabe de la agitaci¨®n es a trav¨¦s de lo que cuentan las madres, bien en consultas privadas o bien en grupos de madres, porque apenas hay estudios sobre ello. En ese sentido nos remite a un estudio publicado en diciembre de 2017 en Reino Unido por la investigadora Zainab M. Yate que recoge una muestra de 694 mujeres de las cuales un 70% afirmaba haber sentido agitaci¨®n en alg¨²n momento de la lactancia. En Espa?a Gemma Olivera, matrona e IBCLC, tambi¨¦n llev¨® a cabo un estudio descriptivo transversal en 2016, con una muestra de 29 mujeres que hab¨ªan sufrido agitaci¨®n por amamantamiento, de las cuales finalmente solo respondieron el cuestionario 14. ¡°Es muy dif¨ªcil encontrar mujeres que hayan vivido esta situaci¨®n, hasta hace poco ni estaba descrita o se confund¨ªa con el D-MER. Se recogieron datos en funci¨®n de ocho variables, como tipo de parto, inicio de lactancia o problemas con la lactancia, entre otros, y tras analizar los resultados observ¨¦ que la agitacio?n por amamantamiento es un feno?meno que se da en lactancias prolongadas ma?s alla? del an?o, por lo que se podri?a interpretar como un mecanismo instintivo de la naturaleza mami?fera, a trave?s de la accio?n hormonal, avisando de que es hora para destetar¡±, explica.
Identificar y afrontar la agitaci¨®n por amamantamiento
En la dificultad para recopilar testimonios sobre agitaci¨®n influye que, como admite Cristina Silvente, ¡°aunque cada vez hay m¨¢s, a¨²n no hay muchas madres que den el pecho ¡°a largo plazo¡±, durante un nuevo embarazo o en t¨¢ndem, que son los tres momentos en los que aparece habitualmente la agitaci¨®n, por lo que la propia muestra disponible ya es de por s¨ª reducida¡±. Deja claro adem¨¢s que no podemos hablar de un "diagn¨®stico" como tal, aunque haya unos signos claros como rabia, inquietud o cierta ansiedad, porque, seg¨²n explica la psic¨®loga, en psicolog¨ªa perinatal no existe la agitaci¨®n por amamantamiento ¡°como un cuadro patol¨®gico¡±, sino m¨¢s bien como un ¡°sentimiento¡±. A?adimos a esta ecuaci¨®n ese temor a lo que piensen los dem¨¢s que mencionaba Padr¨®, que hace que pase casi desapercibido, unido a que incluso muchas madres ni siquiera saben lo que les est¨¢ pasando. ¡°Suele ser habitual que las madres no hayan o¨ªdo hablar antes de esta situaci¨®n y no sepan poner nombre a sus sentimientos. Al no saber qu¨¦ les pasa, los sentimientos negativos suelen inundar su d¨ªa a d¨ªa y seguir con la lactancia se hace muy cuesta arriba. Una vez las madres pueden hablar y compartir este sentimiento todo es m¨¢s f¨¢cil¡±, explica la asesora de lactancia.
Chus Montes, periodista y madre de una ni?a de cuatro a?os, reconoce que si bien es cierto que en una lactancia ¡°larga¡± como la suya ha pasado por momentos de cierta incomodidad o de algo de molestia, la agitaci¨®n como tal no se manifest¨® hasta los dos a?os y pudo identificarla en cuanto aparecieron los primeros signos porque ¡°ten¨ªa much¨ªsima informaci¨®n de lo que era¡±. Chus tuvo una sensaci¨®n f¨ªsica muy fuerte de rechazo en el momento de mamar (¡°La agitaci¨®n comenz¨® cuando se pon¨ªa al pecho y sin sentir dolor f¨ªsicamente en el pecho, ninguna sensaci¨®n distinta a lo que hab¨ªa sentido durante todo el tiempo anterior, me invad¨ªa la sensaci¨®n de que necesitaba que dejara de hacer eso¡±) y reconoce que de alguna forma ¡°la estaba esperando¡±. Fue ese ¡°saber que podr¨ªa ocurrir¡± el que le aport¨® mucha tranquilidad, ¡°mucha serenidad¡± para no sentirse culpable por el hecho de que un momento placentero pasara a ser un momento ¡°dif¨ªcil¡±.
Gemma Olivera observ¨® tanto a trav¨¦s del estudio que llev¨® a cabo como de su propia experiencia profesional posterior que conocer de antemano qu¨¦ era este fen¨®meno pod¨ªa ayudar a las mujeres que lo experimentan a afrontarlo de manera diferente ¡°y a poder sobrellevarlo desde la normalidad de no sentirse culpables ante el rechazo irracional que les aborda cuando sufren la agitaci¨®n¡±. Ana Aristu tambi¨¦n hab¨ªa le¨ªdo sobre la agitaci¨®n por amamantamiento (¡°Sab¨ªa que exist¨ªa, que pod¨ªa pasarme y, como tal, digamos que estaba preparada¡±) y cuenta que eso en cierto modo tambi¨¦n le ayud¨® a no verlo como un problema cuando lleg¨®, sino como una reacci¨®n natural de su cuerpo ante una situaci¨®n nueva. ¡°No me sent¨ª culpable, ni mala madre, sino agobiada y sin saber qu¨¦ hacer al respecto para no herir a mi hija¡±, admite.
El destete dirigido como opci¨®n
Expresarlo es clave, hay que ser honesta y hacer balanza.
Si bien no siempre es as¨ª, en algunas madres la agitaci¨®n por amamantamiento s¨ª puede generar mucha culpabilidad precisamente por ese conflicto interno entre el deseo de amamantar y lo que su cuerpo ¡°les pide¡± que hagan, que puede ser no amamantar en ese momento o destetar. Esto es especialmente duro cuando hasta el momento la lactancia hab¨ªa sido satisfactoria y de repente aparece ese sentimiento que no pueden controlar. Vanesa Puente, madre de dos ni?as, una que est¨¢ a punto de cumplir tres a?os y otra de tres meses, pese a tener informaci¨®n previa y saber perfectamente lo que estaba viviendo, fue invadida por la culpabilidad cuando la agitaci¨®n apareci¨® a los 18 meses de lactancia con su hija mayor. ¡°Era como enfrentar el instinto animal con el racional; dentro de m¨ª hab¨ªa algo que me imped¨ªa hacerlo y mi cabeza me dec¨ªa lo contrario¡±, afirma. Su agitaci¨®n coincidi¨® con una crisis de lactancia (¡°Como demandaba tant¨ªsimo yo me empec¨¦ a agobiar, mi hija siempre mam¨® mucho, pero esto era demasiado para m¨ª¡±) y con la vuelta de la menstruaci¨®n, por lo que, en su caso, la agitaci¨®n aumentaba en intensidad y en culpabilidad. ¡°Yo la ve¨ªa grande en esos momentos y no quer¨ªa darle teta. Al final destetamos por la noche a los 22 meses y la agitaci¨®n desapareci¨®¡±.
Para Alba Padr¨® no hay una receta m¨¢gica para superar la agitaci¨®n por amamantamiento: ¡°Expresarlo es clave, hay que ser honesta y hacer balanza. Debemos valorar si es algo que se produce en ciertas ocasiones y la madre lo puede sobrellevar con peque?os trucos como escuchar m¨²sica mientras el beb¨¦ o el ni?o mama, hacer respiraciones o pactar que mame unos determinados minutos en cada toma. Es muy importante poder valorar si la situaci¨®n se puede reconducir o es mejor terminar la lactancia. El destete dirigido por la madre, en los casos de agitaci¨®n, es una opci¨®n a contemplar¡±. Y es que, a veces, un destete parcial, ya sea con la reducci¨®n de tomas diurnas o a trav¨¦s de un destete nocturno, como fue el caso de Vanesa, puede aliviar mucho la agitaci¨®n o, como en su caso, hacerla desaparecer.
La psic¨®loga Cristina Silvente opina como Padr¨® que hay que valorar cada caso de manera individual pero que cuando la agitaci¨®n provoca mucho malestar y culpabilidad ella prefiere recomendar el destete para dar prioridad al apego. ¡°Si t¨² est¨¢s con una situaci¨®n de malestar mantenido no creo que sea bueno para poder establecer un apego seguro. A veces m¨¢s vale dar cari?o y otras comidas que continuar alargando ese ¡°no quiero pero me siento mal por no querer¡±. Un apego seguro depende de la disponibilidad emocional de la madre o de sus cuidadores, con ser esa base segura, ese lugar al que acudir, ser comprendido, valorado, querido. Saber esto puede reducir mucho la angustia de las madres¡±.
La importancia del apoyo entre iguales
El mayor conflicto que he observado entre las mujeres que han sentido agitaci¨®n es siempre la posibilidad de herir a sus hijos
Eva Janeiro, asesora de lactancia y cordinadora de Mam¨¢M¨¢s, un grupo de lactancia que se re¨²ne en el madrile?o barrio de la Concepci¨®n, sabe que la agitaci¨®n por amamantamiento no es un tema ¡°muy f¨¢cil¡± de tratar el p¨²blico para todas las mujeres y reconoce que, aunque puntualmente se han dado casos en sus reuniones, lo encuentra m¨¢s en consultas que le hacen a nivel particular. ¡°No es agradable reconocer que has tenido esas sensaciones, es algo muy complicado de gestionar porque interviene mucho la culpa, como en casi todo lo relacionado con la crianza, y pensamos que no estamos aguantando lo suficiente, que tenemos que sacrificarnos. El mayor conflicto que he observado entre las mujeres que han sentido agitaci¨®n es siempre la posibilidad de herir a sus hijos, que sientan el abandono por culpa de esa supuesta debilidad. As¨ª que lo m¨¢s habitual es ponernos nosotras en un segundo plano y aguantar aunque sea casi insoportable¡±.
Una cosa que a Chus Montes le ha ense?ado la lactancia y los grupos de mujeres a los que ha acudido es que tambi¨¦n tenemos que pensar en nosotras y en nuestro bienestar (¡°La lactancia tiene que ser placentera porque no es solo una cuesti¨®n nutricional¡±), algo que, como apunta Janeiro, pasa habitualmente a un segundo plano de nuestras prioridades. Una recomendaci¨®n de Montes para superar cualquier momento dif¨ªcil de la maternidad es buscar el acompa?amiento de personas que hayan vivido lo mismo ¡°tanto en reuniones que puedan producirse en grupos de lactancia como en webs en las que se hable del tema o haya testimonios como puede ser La liga de la leche o Alba lactancia¡±. Opina que es dif¨ªcil recomendar una f¨®rmula v¨¢lida para todas las mujeres ¡°porque cada mujer tiene unas circunstancias determinadas¡±, y no es lo mismo una madre que amamanta y que tiene agitaci¨®n con un beb¨¦ de seis meses porque se ha vuelto a quedar embarazada, por ejemplo, que una madre de un ni?o de nueve meses que vive la agitaci¨®n sin que pueda negociar con ¨¦l por la edad. O que su caso, que se trataba ya de una ni?a m¨¢s mayor con la que pudo negociar determinados l¨ªmites en las tomas. Pese a las circunstancias personales, Chus Montes cree que hay que empezar a reconocer que en nuestro proceso de crianza vamos a pasar por situaciones que ¡°no son especialmente id¨ªlicas pero que sin embargo son inevitables y hay que vivirlas de la mejor manera posible¡±.
¡°Mi principal recomendaci¨®n es siempre la de pedir ayuda y reconocer que es un problema real. Que el entorno apoye a la madre durante toda la lactancia es b¨¢sico, pero en este caso se vuelve crucial. Para eso, la familia y el entorno cercano son primordiales, pero animo a todas las madres que sufren agitaci¨®n (o cualquier otra dificultad en la lactancia) a que busquen un grupo de apoyo. Sentir que lo que est¨¢s pasando es normal y que te den fuerzas para seguir adelante con lo que decidas, es un arma poderos¨ªsima¡±, concluye Eva Janeiro.
Visibilizar un tema tab¨²
Para Jesica Rodr¨ªguez Czaplicki, psic¨®loga perinatal y presidenta Asociaci¨®n Espa?ola de Psicolog¨ªa Perinatal, la agitaci¨®n por amamantamiento, como cualquier cuesti¨®n que afecta a la maternidad y m¨¢s concretamente a la lactancia materna y que se escapa de aquello que consideramos ¡°normalidad esperable¡±, queda velado. ¡°Hablar abiertamente de que una madre puede experimentar sensaciones negativas ante el hecho de lactar a su hijo, sensaciones que incluso pueden llevarle al rechazo, no es algo habitual; es un tab¨²; ya que una de las cuestiones que estar¨ªan en la base es el miedo al juicio, a verse valorada como una ¡°mala madre¡±. Adem¨¢s, es f¨¢cil observar c¨®mo la maternidad en muchas ocasiones se rodea de un halo de casi ¡°misticismo¡± en el que las madres han de sentirse plenas, satisfechas y felices, cualquier cuesti¨®n que se aleje de esta sensaci¨®n parece vetada a las mujeres-madres¡±.
Y es que el hecho de hablar de este fen¨®meno es una cuesti¨®n reciente. Vanesa Armengol, bibliotecaria y madre de tres hijos, coordinaba como asesora de lactancia un grupo de madres en una peque?a localidad valenciana. No fue hasta 2009 cuando comenz¨® a ver que hab¨ªa madres que expresaban su malestar cuando sus hijos mamaban a ra¨ªz de una queja personal sobre la agitaci¨®n que ella misma estaba sintiendo con su primera hija. ¡°Hab¨ªa madres que se avergonzaban de decir que ten¨ªan reacciones negativas hacia sus hijos. Una madre incluso me dijo que cuando su beb¨¦ de dos a?os mamaba se sent¨ªa como ¡°violada¡±, eran palabras muy fuertes. Yo esto lo habl¨¦ en aquel momento con Alba Padr¨®, intercambiamos opiniones, y a ella tambi¨¦n le pasaba; ambas sent¨ªamos que este tema se silenciaba porque nos sent¨ªamos avergonzadas de este sentimiento¡±. Vanesa comenz¨® a investigar el tema y observ¨® bas¨¢ndose en testimonios de otras madres que hab¨ªa un nexo com¨²n: no ten¨ªa por qu¨¦ ser un sentimiento asociado a la lactancia sino m¨¢s bien a la maternidad. ¡°Las madres somos las que habitualmente m¨¢s contacto f¨ªsico tenemos con los beb¨¦s pero hay madres que sent¨ªan una especie de ¡°rechazo¡± por sus hijos mayores, de seis o siete a?os. Es un sentimiento muy dif¨ªcil de explicar con palabras, pero es como si la naturaleza nos fuera preparando para ir alej¨¢ndonos poco a poco de nuestros hijos. Yo lo llamo agitaci¨®n por maternidad¡±.
La maternidad, para Jesica Rodr¨ªguez, supone un momento de cambio en la vida de la mujer ya que, entre otros, ¡°como primera y principal proveedora de los cuidados f¨ªsicos y emocionales del ni?o, es la figura sobre la que recae la mayor responsabilidad, tanto en el imaginario social como en el personal¡±. Para la psic¨®loga, ¡°toda madre debe permitirse poder quejarse de cansancio, de necesidad de tener tiempo para ella, de querer m¨¢s intimidad o de costarle adaptarse a su nuevo rol, lo que ocurre es que se silencia, pues parece que la maternidad ha de hacer sentir a las mujeres en un estado de felicidad y plenitud que de no alcanzarse se siente como un fracaso¡±
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