Fernando Arrabal: un jerogl¨ªfico en acci¨®n
El autor m¨¢s inclasificable de la literatura espa?ola repasa los avatares del surrealismo en una entrega de Loewe Conversations celebrada en Casa Loewe (Madrid)
¡°Conoc¨ª el surrealismo muy tarde, en 1960. No s¨¦ por qu¨¦ Breton quiso que entrara. Entrar en el surrealismo significaba ir al caf¨¦ surrealista, que comenzaba todas las tardes exactamente a las seis en punto de la tarde, as¨ª que llegar a las 6 y un minuto estaba muy mal visto. Cuando una persona estaba acogida, Breton nos dec¨ªa la frase ¡°Usted est¨¢ bienvenido¡±: esa era la ¨²nica prueba de que se era surrealista¡±.
Con estas palabras comenz¨® el pasado 25 de enero Fernando Arrabal su participaci¨®n en Loewe Conversations, el programa de charlas, di¨¢logos y conferencias en torno a la cultura que la firma de lujo madrile?a organiza desde finales de 2017. El tema de la jornada, ¡°80 a?os de surrealismo¡±, hab¨ªa surgido a partir de la influencia surrealista que recorre la colecci¨®n que Jonathan Anderson, director creativo de la casa, presenta esta temporada. Tambi¨¦n hac¨ªa referencia a uno de los movimientos capitales para entender la obra de Arrabal, uno de los escritores m¨¢s inclasificables de su generaci¨®n. Tan inclasificable, que incluso se resisti¨® a definirse como surrealista en su di¨¢logo con el profesor de la RESAD Juan Antonio Vizca¨ªno, que le hab¨ªa caracterizado como ¡°un jerogl¨ªfico vivo¡±. ¡°Yo nunca me he encerrado en una habitaci¨®n a escribir un texto surrealista, y creo que Breton tampoco¡±, afirm¨® Arrabal en un giro inesperado referido al autor de los manifiestos que inauguraron el Surrealismo en los a?os treinta.
A lo largo de una hora, y ante un atento auditorio concentrado en la primera planta de Casa Loewe, la flagship store que la firma tiene en la madrile?a calle de Serrano, Arrabal desgran¨® sus ideas acerca de la evoluci¨®n del surrealismo ¨C¡°El surrealismo hab¨ªa nacido como una rama del trostkismo, pero en la ¨¦poca en que llegamos Jodorowsky y yo ya apenas se hablaba de pol¨ªtica, felizmente¡±¨C y desgran¨® an¨¦cdotas y recuerdos propios y ajenos. Ante la audiencia desfilaron los recuerdos de Dal¨ª y Picasso, Paul ?luard, Gala y Max Ernst, de August Strindberg, Vlaminck o Luis Bu?uel. Tambi¨¦n las pol¨¦micas pol¨ªticas del Surrealismo, la compleja personalidad de sus creadores y su desigual fortuna, viviendo en la pobreza d¨¦cadas antes de que sus pertenencias se subastaran como reliquias de la Vanguardia.
Siempre en di¨¢logo con Vizca¨ªno, que aport¨® su propia visi¨®n de este movimiento decisivo en la cultura del siglo XX, Arrabal, autor de una obra dram¨¢tica que hoy goza de reconocimiento internacional, concluy¨® su intervenci¨®n con recuerdos de infancia, con una menci¨®n para la religiosa que le ense?¨® a leer y a escribir durante la posguerra espa?ola. ¡°Breton es nada al lado de ella¡±, sentenci¨® visiblemente emocionado. Desde luego, un final sorprendente que demuestra que Arrabal, adem¨¢s de una leyenda de la literatura espa?ola, sigue poseyendo un genio imprevisible.
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