¡°No se puede iniciar un proceso de paz en Siria si no se atiende a los ni?os¡±
Fran Equiza, representante de Unicef en Siria, cuenta c¨®mo trabajan para salvar a los menores del pa¨ªs, no s¨®lo de la muerte, la enfermedad o el hambre, sino de creer que lo que han vivido es la ¨²nica realidad
En siete a?os da tiempo a muchas cosas. Sacarse una carrera. Enamorarse y desenamorarse. Emprender un negocio y fracasar. O tener ¨¦xito. Tener hijos y llevarles de la mano a su primer d¨ªa de colegio. Tras ese tiempo, un reci¨¦n nacido en 2011 ya ha participado en una funci¨®n de teatro de la escuela, se ha ido de excursi¨®n con los amigos, ha estrenado varias decenas de pares de zapatos y ha aprendido a leer. Esto ser¨ªa lo normal, pero en Siria no. En los ¨²ltimos siete a?os, la mayor¨ªa de los ni?os de este pa¨ªs solo ha vivido y experimentado las consecuencias de la guerra civil. Muchos han tenido que dejar el colegio o no han ido nunca. Si han enfermado, se han encontrado con hospitales destruidos o con falta de m¨¦dicos que les atendiesen. Cientos de miles han tenido que abandonar sus casas y viven en campos de desplazados. Todav¨ªa 5,3 millones de menores necesitan de ayuda humanitaria para sobrevivir. Y otros 2,5 millones han huido con sus familias m¨¢s all¨¢ de sus fronteras a los pa¨ªses vecinos o por peligrosas rutas tratando de llegar a Europa. O donde sea para que no les caigan bombas. Eso si no han sido reclutados por un grupo armado como soldados o simplemente asesinados.
As¨ª describe Fran Equiza, representante de Unicef en Siria, el pa¨ªs, el contexto, la cotidianidad de los ni?os sirios. "Todav¨ªa hay un porcentaje muy alto que est¨¢ viviendo en zonas en conflicto, como Idlib o Guta, y algunos mueren por bombas, tiros o explosiones", subraya. Solo en los primeros 14 d¨ªas de 2018, 30 peque?os fueron asesinados en Guta oriental, seg¨²n sus datos. Si bien, mientras todav¨ªa miles de ciudadanos huyen con lo puesto de sus hogares cuando la violencia se recrudece, como en Idlib, de donde 200.000 personas se han marchado en el ¨²ltimo mes, otros retornan. "Es un acto de esperanza. Piensan que son capaces de volver a su territorio porque hay unas ciertas condiciones que se lo permiten", afirma el trabajador humanitario de visita en Madrid. Pero ?c¨®mo proteger a los ni?os de las idas y venidas? ?De la falta de agua y comida? ?Del fr¨ªo?
Pregunta. Usted se ha preguntado si el mundo se ha hecho insensible al asesinato de ni?os. ?Lo cree?
Respuesta. Me lo pregunto porque los asesinatos no cesan. Seguimos viendo que caen bombas en las escuelas. O al lado. Y est¨¢n marcadas, como los centros m¨¦dicos. Los ataques a colegios y centros m¨¦dicos en Siria han sido constantes por todas las partes. Creo que se ha normalizado el todo vale y eso es lo que me preocupa. Quiz¨¢ alguien pueda considerar la muerte de ni?os como un efecto colateral de lo que hacen, lo que deja claro que no se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones. Y no s¨¦ si la comunidad internacional es consciente. Siempre que puedo insisto en que en el Consejo de Seguridad de la ONU, en las conversaciones en Ginebra, en Sochi, en Astan¨¢¡ los ni?os y ni?as est¨¢n ausentes. No se habla de ellos y siguen muriendo cada semana. No se puede llegar a un acuerdo pol¨ªtico ni comenzar un proceso de paz en Siria si no se presta una atenci¨®n particular a la infancia.
P. ?Hace falta entonces m¨¢s sensibilidad?
R. Quiz¨¢ solo hace falta que se respete el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, que est¨¢n firmados.
P. Pero no se hace. ?C¨®mo combatir entonces el todo vale?
R. Creo que tenemos que seguir denunciando. Un riesgo en este tipo de situaciones es el olvido. En el momento que no se habla de las cosas, las partes pueden hacer los que quieran porque no solo no tienen temor a una posible represalia internacional, ni siquiera sienten verg¨¹enza de hacer seg¨²n qu¨¦ cosas. El rol de los medios en esto es muy importante.
P. ?Y poner nombre y apellidos a los ni?os?
R. S¨ª, pero me da igual que se llamen Omar o Manolo. El caso es que en todas estas poblaciones hay muchos ni?os y hay que considerar que est¨¢n ah¨ª cuando se toman determinadas decisiones porque ellos sufrir¨¢n las consecuencias. Pero est¨¢ claro que no est¨¢n siendo tenidos en cuenta. Desafortunadamente, en los siete a?os de crisis, las violaciones a sus derechos y los asesinatos han sido constantes. De hecho, nosotros decimos que hay una guerra contra los ni?os directamente. Que adem¨¢s est¨¢n indefensos y est¨¢n pagando el precio de las decisiones de los adultos.
La prioridad de las familias es la educaci¨®n de los ni?os y, para m¨ª, eso es una demostraci¨®n de la esperanza en que el futuro ser¨¢ mejor y sus hijos estar¨¢n ah¨ª
Hablo del coste psicosocial, el de interpretar que lo que pasa es lo normal. Cuando t¨² eres un cr¨ªo, tu realidad es lo normal. Y ese cr¨ªo un d¨ªa, Insha'Allah [si Dios quiere], se convertir¨¢ en un adulto y ser¨¢ un miembro del gobierno o trabajar¨¢ en una empresa, una ONG, o ser¨¢ un periodista o lo que quiera. Y la cosmovisi¨®n que tienen ahora es la de la violencia, la brutalidad, la del todo vale. ?Vamos a dejar que esa sea su manera de entender el mundo en el futuro o vamos a trabajar para que sepan que lo que han vivido es anormal?
P. ?C¨®mo describen los peque?os esa realidad brutal?
R. La mayor¨ªa de los cr¨ªos te cuentan su experiencia con una candidez enorme. Como una ni?a que recuerdo bien, era pecosita y rubita, y hablaba muy bien, como una locutora. Explicaba c¨®mo sali¨® de noche de Raqa con su familia mientras les disparaban. Al final, llegaron al campo y ten¨ªa mucho miedo. No lo comprend¨ªa. Le pregunte: "?Y ahora?" Ella respondi¨®: "Ahora estoy muy contenta porque estoy aqu¨ª con otros ni?os y podemos jugar. Y lo que yo quiero es estudiar porque no he podido ir al colegio durante estos a?os". Su hermano no la dejaba porque el ISIS no permit¨ªa que las ni?as fueran a la escuela.?
Las criaturas de 10, 11 o 12 a?os, a pesar del tremendo sufrimiento que han pasado durante el conflicto, con diferentes niveles de riesgo, mantienen una actitud positiva. Creo que la poblaci¨®n siria es extremadamente resiliente y sigue pensando en su futuro. No cree que esto sea el fin del mundo. Sino que hoy es as¨ª, pero ma?ana va a ser un poco mejor. La prioridad de las familias es la educaci¨®n de los ni?os y, para m¨ª, eso es una demostraci¨®n de la esperanza en que el futuro ser¨¢ mejor y sus hijos estar¨¢n ah¨ª.?
P. ?C¨®mo se le explica a un ni?o que solo haya vivido el conflicto cu¨¢l es la otra normalidad, la de la paz que conocen?
R.? Con los cr¨ªos peque?os es m¨¢s f¨¢cil porque olvidan antes. Son mucho m¨¢s pl¨¢sticos. Pero es m¨¢s complicado con los adolescentes y los j¨®venes. Con 16 a?os ya se cuestionan las cosas y se preguntan qu¨¦ es lo normal. Por eso, estamos desarrollando programas muy intensos dirigidos a ellos con lo que llamamos habilidades para la vida. B¨¢sicamente son para que tomen conciencia de s¨ª mismos, que crean que son capaces de hacer lo que quieran, que tengan confianza y se valoren.
P. Habla de la educaci¨®n como uno de los pilares del futuro de Siria y de los ni?os en particular, pero muchos cr¨ªos han abandonado la escuela. ?Qu¨¦ hace Unicef en este sentido?
Formamos a maestros pues se han perdido 150.000 profesores en Siria entre los que han muerto o se han marchado del pa¨ªs
R. La escuela es posiblemente el mecanismo m¨¢s eficaz de normalidad para un ni?o y sobre todo en un pa¨ªs como Siria, donde hab¨ªa un porcentaje del 100% de escolarizaci¨®n en 2012. As¨ª que hacemos muchas cosas para conseguir que los ni?os tengan ese espacio donde aprender, no solo matem¨¢ticas y lengua, sino tambi¨¦n a convivir sin importar cu¨¢l sea su religi¨®n o de d¨®nde vengan. Rehabilitamos colegios, arreglamos las puertas, ventanas, el tejado¡ en zonas donde no hay conflicto abierto ni hostilidades en el momento. Tambi¨¦n instalamos escuelas prefabricadas. Tenemos un sistema modular que fabricamos en Siria ¡ªcon las clases, sala de profesores, retretes¡ª que junto con las escuelas en una maleta que tenemos, nos permite poner en marcha una escuela para 1.000 alumnos en tres semanas. Adem¨¢s, formamos a maestros pues se han perdido 150.000 profesores en Siria entre los que han muerto o se han marchado del pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n nutricional de los menores?
R. En Is Guta es grave. En noviembre llevamos un convoy. Como la ciudad est¨¢ sitiada necesit¨¢bamos permiso de las partes en conflicto, los unos, los otros, el Gobierno, la artiller¨ªa¡ Y finalmente entramos con 48 camiones con comida, material m¨¦dico y tambi¨¦n ropa de invierno. Fuimos al hospital y hab¨ªa casos de ni?os con desnutrici¨®n muy seria. Estoy hablando de las fotos que se ve¨ªan en la Somalia de 2011. Seg¨²n las mediciones de Unicef, el 11,9% de los ni?os en Is Guta sufr¨ªa desnutrici¨®n. Es una cifra catastr¨®fica, brutal. De ellos, el 2,1% ten¨ªa desnutrici¨®n aguda, lo que quiere decir que se pod¨ªan morir al d¨ªa siguiente. En el resto del pa¨ªs, los casos de desnutrici¨®n se concentran en la poblaci¨®n desplazada.
P. ?Qu¨¦ otros retos de salud existen?
R. Hay varios. Uno es el acceso al agua potable. Otro: las vacunaciones. Y tambi¨¦n desarrollamos programas de salud materno-infantil. Tenemos muchas cl¨ªnicas m¨®viles para atender en zonas donde los hospitales han sido destruidos o en aquellas que ahora est¨¢n superpobladas y en las que los centros que hay no dan abasto. Es muy importante entender que hoy en Siria m¨¢s del 65% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza porque la crisis ha generado, a parte de todos los muertos, falta de empleo. Las empresas han cerrado o han sido destruidas. Y moverse es muy caro, por lo tanto si tu hospital est¨¢ muy lejos, no vas porque no tienes lo medios para ir. As¨ª que no solo se trata de que existan hospitales, sino que puedas acudir a ellos. Por eso tenemos cl¨ªnicas m¨®viles de salud materno-infantil, para mam¨¢s embarazadas y lactantes.
P. ?Y las vacunaciones?
Siria ten¨ªa una tasa de vacunaci¨®n virtualmente del 100%. Pero durante la crisis se ha interrumpido la inmunizaci¨®n de rutina
R. Siria ten¨ªa una tasa de vacunaci¨®n virtualmente del 100%. Pero durante la crisis se ha interrumpido la inmunizaci¨®n de rutina y, adem¨¢s, hay zonas a las que literlamente no se ha tenido acceso. Aun as¨ª, se ha conseguido mantener la vacunaci¨®n sobre todo para la polio y el sarampi¨®n en tasas razonables. En polio, justo la semana pasada acabamos una campa?a extra en Deir ez-Zor, Raqa y Hasaka porque ha habido 72 casos de la enfermedad en Deir Ez-Zor, donde ten¨ªamos menos acceso. No ha sido derivado de virus salvaje, sino por el de la vacuna. Pero la transmisi¨®n ha tenido mucho que ver con el hecho de que muchos ni?os no estaban inmunizados.
P.?La transmisi¨®n de muchas enfermedades tienen que ver tambi¨¦n con la falta de acceso a agua potable y saneamiento en crisis humanitarias. ?
R. Hemos realizado numerosas acciones en este sentido. El a?o pasado potabilizamos agua para proveer a 14 millones de personas regularmente. Y la poblaci¨®n siria actualmente es de 17 millones. Tambi¨¦n hemos llevado agua en camiones, una distribuci¨®n de emergencia porque hay sistemas que se interrumpen, a veces porque alguien cierra el grifo en la fuente de origen. Tambi¨¦n hemos restaurado sistemas. Una de las ventajas que tiene el pa¨ªs respecto a otros contextos en los que trabajamos es que las infraestructuras anteriores eran notables y su reparaci¨®n es m¨¢s barata que la distribuci¨®n en camiones y es sostenible a largo plazo.
Un dato muy interesante es que gracias a estas intervenciones, adem¨¢s de dar de beber a la gente, en siete a?os no ha habido un solo caso de c¨®lera. La enfermedad aparece inmediatamente en cuanto el sistema de agua y saneamiento es interrumpido durante m¨¢s de una semana. Y en Siria, hemos sido capaces entre todos evitarlo. Unicef, junto con otros actores, fue capaz de salvar Damasco y Alepo, donde vive el 50% de la poblaci¨®n, de los cortes de agua que estaban en manos grupos armados que cerraban el grifo como arma de guerra.
Gracias a las intervenciones de agua y seneamiento, adem¨¢s de dar de beber a la gente, en siete a?os no ha habido un solo caso de c¨®lera
P. ?Las ni?as tienen m¨¢s riesgos de sufrir violaciones de sus derechos?
R. Ellas han sido utilizadas como mecanismo de supervivencia por las familias. Las casan por la dote, es una venta. Las violan y pasado un tiempo, el se?or se divorcia. Las enlazan por d¨ªas a cambio de una dote, lo que en la pr¨¢ctica es una prostituci¨®n forzada encubierta. Esto pasa sobre todo en las zonas bajo el dominio del ISIS. No tenemos muchas estad¨ªsticas de matrimonio infantil, como casi de nada en Siria, pero s¨ª tenemos la evidencia. Otro tema es que la educaci¨®n sexual y reproductiva, bajo el dominio de determinados grupos armados, es imposible. No existe.
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