Monedas sociales desde las 3 funciones del dinero
Hay un elemento fundamental que necesitamos tener en cuenta para entender la naturaleza del dinero: sus tres funciones principales. Me gustar¨ªa dedicar este post para definirlas y compararlas con las pr¨¢cticas de las monedas sociales.
Las tres funciones fundamentales de cualquier moneda son: medida de valor (si un litro de gasolina vale 1,20 €, 10 litros de gasolina equivalen a una comida de 12 €), medio de intercambio (me das un libro de 10 euros y a cambio te doy un billete de 10) y medio de ahorro (seguir¨¦ ahorrando dinero para poder comprar un coche en 2 a?os).
Como medida de valor, la mayor¨ªa de las monedas sociales son adecuadas por su estabilidad (equivalente a la moneda oficial o a hora). La ¨²nica excepci¨®n preocupante son las criptomonedas cuya cotizaci¨®n con la moneda oficial (principalmente el d¨®lar estadounidense) fluct¨²a tan violentamente, pues su valor permanente cambiante har¨¢ dif¨ªcil que las transacciones en este medio sean impulsadas.
En cuanto a la funci¨®n de dinero como medio de intercambio, es imprescindible acordarse de la definici¨®n del dinero por Bernard Lietaer, experto mundial en monedas sociales y complementarias, de "un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio." Del mismo modo que podemos alterar el estatuto de una asociaci¨®n para que funcione bajo una regla de juego m¨¢s apropiada para su realidad, podemos crear nuestra propia regla para que sirva nuestra moneda social para lograr nuestras propias metas, por ejemplo:
Como medida de valor las monedas sociales son adecuadas por su estabilidad salvo la excepci¨®n preocupante de las criptomonedas
- ¡¤ Modelo LETS y barter comercial: permiten que sus socios comiencen la compra y la venta aunque no dispongan de efectivo o saldo en la cuenta bancaria.
- ¡¤ Monedas sociales emitidas en base a bienes depositados: se permite convertir productos en liquidez.
Adem¨¢s, sus otras caracter¨ªsticas, distintas que las del dinero de curso legal generan otros impactos positivos, por ejemplo:
- ¡¤ Anclaje territorial: cada moneda social est¨¢ dise?ada intencionalmente para el uso exclusivo dentro de un ¨¢mbito territorial restringido, impulsando comercios locales.
- ¡¤ Oxidaci¨®n: el hecho de que la moneda pierda su valor paulatinamente impulsa transacciones en este medio de intercambio.
- ¡¤ Donaci¨®n al proyecto social: el 3% del gasto que se dona al proyecto social elegido estimula que los consumidores compren en comercios locales en vez de en tiendas de grandes franquicias.
En cuanto al medio de ahorro, precisamente contrario a la idea de medio de intercambio (no puedes ahorrar si gastas el 100% de tu ingreso y viceversa), las monedas sociales cumplen esta funci¨®n mejor que en moneda oficial en una hiperinflaci¨®n. La subida desmesurada de precios imposibilita que el valor econ¨®mico no sea almacenado en esta forma por mucho tiempo y entre otras opciones se presenta la de usar una moneda social como medio de ahorro, aunque se trata de un uso poco s¨®lito. En algunos pa¨ªses donde la inseguridad es uno de los problemas m¨¢s graves, funcionan las monedas sociales como un medio de ahorro contra robo. Ha habido casos en que los asaltantes se llevaron s¨®lo la moneda oficial sin tocar la moneda local, ya que no valdr¨ªa nada fuera de la zona (y el uso masivo de este medio de intercambio dentro de la zona generar¨ªa sospechas).
Pero el aspecto m¨¢s relevante de la moneda social como medio de ahorro para mis lectores en Espa?a ser¨¢ la posibilidad de poder recibir algo que no se consiga f¨¢cilmente. Uno de los ejemplos es el uso de bancos del tiempo en Jap¨®n en la asistencia a los mayores, o sea una persona cuida a los mayores y acumula horas para poder gastarlas cuando esa misma persona sea tan mayor como para necesitar pedir esas ayudas. Pero cualquier otro servicio o bien a producirse en el fututo tiene la posibilidad de ser aceptada como respaldo.
Espero que este punto de vista os sirva para que pod¨¢is dise?ar una moneda social m¨¢s apropiada para vuestras necesidades.
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