Villa Inflamable: cloacas de petr¨®leo, agua de plomo
A escasos kil¨®metros de Buenos Aires, unas 1.500 familias malviven entre lagunas contaminadas con los residuos de la industria petroqu¨ªmica, sin agua corriente ni un sistema de cloacas
Claudia Esp¨ªnola llega agitada. Maldice. "Tengo cloacas en la boca, perd¨®name", se excusa. Viene de recorrer el barrio, inundado por las ¨²ltimas lluvias, y no da abasto con los reclamos de los vecinos. "Hemos pedido ayuda a la Municipalidad [el Ayuntamiento], pero nada", suspira mientras camina por las calles de barro de Villa Inflamable, a tres kil¨®metros del centro de Buenos Aires, donde el agua corriente rezuma olor a azufre y las cloacas son marismas fluorescentes que se reparten entre cientos de chabolas.
Villa Inflamable est¨¢ enclavada en el centro del Polo Petroqu¨ªmico Dock Sud, una zona del municipio de Avellaneda cercana al puerto de la capital argentina donde desarrollan su actividad 44 empresas de hidrocarburos que, a lo largo de los a?os, han convertido la cuenca Riachuelo-Matanza en una de las v¨ªas fluviales m¨¢s contaminadas del mundo.
A pesar de que la Corte Suprema argentina orden¨® el saneamiento de la cuenca en 2008, inst¨® a las empresas adyacentes a detener sus actividades contaminantes y al Gobierno municipal a relocalizar a los vecinos, la sentencia tiene un nivel de ejecuci¨®n paup¨¦rrimo, seg¨²n denuncia Sebasti¨¢n Pilo, codirector de la ONG ACIJ (Asociaci¨®n Civil por la Igualdad y la Justicia), que asesora jur¨ªdicamente a los habitantes del barrio.
El resultado es un paisaje dist¨®pico, un entramado de casas de madera y chapa aupadas en plataformas de tierra h¨²meda y un horizonte sembrado de torretas met¨¢licas de las refiner¨ªas que rodean el asentamiento, donde, seg¨²n el censo m¨¢s reciente (2009), viven m¨¢s de 1.500 familias. Con lluvias como las del pasado domingo, las calles se vuelven intransitables. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, todav¨ªa es imposible caminar sin mojarse los pies.
Claudia recorre casa por casa la zona. Es la l¨ªder de la Junta Vecinal Sembrando Juntos, fundada para dar forma institucional a las demandas diarias de los vecinos. ¡°El nene se pas¨® toda la noche gritando, me cans¨¦ de llamar a la Municipalidad¡±, le cuenta Coni con Tom¨¢s entre los brazos, su hijo de nueve meses. Para acceder a su casa hay que sortear un charco enorme que se cuela por debajo de las paredes de madera. ¡°Por todos lados me entr¨® el agua¡±, explica.
¡°El agua de la canilla ¡ªel grifo¡ª a veces sale limpia, pero otras veces sale toda verde¡±, comenta preocupada al mostrar su casa, una habitaci¨®n de cuatro por cuatro donde el olor de la tierra h¨²meda se mezcla con el de la comida reci¨¦n hecha.
A pesar de que la Corte Suprema argentina orden¨® el saneamiento de la cuenca en 2008 e inst¨® a las empresas adyacentes a detener sus actividades contaminantes, la sentencia tiene un nivel de ejecuci¨®n paup¨¦rrimo
Afuera, los ni?os juegan en el barro, arena mezclada con el agua residual de la zona, con alto contenido en plomo, cromo o ¨¢cido hip¨²rico, entre otros compuestos qu¨ªmicos. Cristian, embutido en un ch¨¢ndal de River Plate y una gorra negra, muestra en su tel¨¦fono m¨®vil c¨®mo quedaron las calles tras las lluvias. Un ni?o de unos diez a?os camina con las botas en las manos y el agua le cubre hasta las pantorrillas. ¡°Mir¨¢ este pibito descalzo. Va a la escuela. Me dio una bronca cuando lo vi... No lo pod¨ªa creer¡±, se enerva.
Rosa Zulema ayuda a Coni con todo el agua que se le meti¨® en casa. Como tantos otros vecinos se siente impotente porque entiende que las instituciones nunca llegan al barrio cuando se los necesita. Ella est¨¢ jubilada y vive de la pensi¨®n que le dej¨® el Estado tras la muerte de su marido. ¡°Cobro la m¨ªnima¡±, dice. 4.600 pesos. Unos 255 euros. ¡°Tengo epoc y un quiste mamario. La mayor¨ªa de la pensi¨®n se me va en la medicina¡±, explica. Su marido muri¨® hace seis a?os por una leucemia avanzada. ¡°Se fue de un d¨ªa para el otro¡±, recuerda con la mirada clavada en el suelo.
Los casos de enfermedades derivadas de la exposici¨®n a los qu¨ªmicos del agua y del aire no son aislados. Tom¨¢s, el hijo de Coni, tambi¨¦n tiene altos niveles de plomo en sangre, cuando su madre. Claudia cuenta que a Mar¨ªa, una vecina a la que acaba de visitar, ¡°le entr¨® la laguna en casa¡± y los mosquitos se ensa?aron con toda la familia. Ahora, su hija est¨¢ llena de infecciones por las picaduras, pero no hay un centro de salud cercano donde la puedan atender.
La Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) realiz¨® entre julio y agosto de 2012 un estudio sanitario sobre la salud de los vecinos que revel¨® que m¨¢s del 50% de los ni?os encuestados presentaba niveles de plomo por encima de los est¨¢ndares de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y hasta tres veces m¨¢s elevadas que en Villa Corina, ubicada tambi¨¦n en Avellaneda, pero alejada del ¨¢rea industrial.
Adem¨¢s, la gran parte de la poblaci¨®n presentaba afecciones dermatol¨®gicas, broncoespasmos, asma familiar o cefaleas con mucha m¨¢s frecuencia que en Villa Corina. ¡°El panorama general es que existen en Villa Inflamable peores condiciones de salud y peores condiciones de vida¡±, sintetiza el informe.
Los primeros estudios sobre contaminaci¨®n del suelo, del agua superficial y subterr¨¢nea y del aire se remontan a m¨¢s de dos d¨¦cadas atr¨¢s. En 1996, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires encarg¨® a la consultora estadounidense Brown & Caldwell un informe que concluy¨® que los niveles de poluci¨®n en la zona estaban muy por encima de los est¨¢ndares internacionales, al tiempo que recomend¨® una remodelaci¨®n de la zona y limitar las emisiones de las empresas.
En 2003, el Municipio de Avellaneda, la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nacio?n y la Subsecretari?a de Poli?tica Ambiental de la Provincia de Buenos Aires, con fondos de la Agencia de Cooperacio?n Internacional del Japo?n (JICA), desarrollaron un estudio sobre el ambiente y sobre la poblaci¨®n, con una muestra de 300 ni?os de entre siete y 11 a?os que replic¨® las conclusiones. Seg¨²n los datos recabados, en la villa hay una presencia habitual de 17 gases t¨®xicos, como benceno, tolueno y xileno, y metales pesados como plomo y cromo. De los 144 chicos analizados en Villa Inflamable, 57 presentaron un alto nivel de plomo en sangre. Este metal tambi¨¦n apareci¨® en el suelo de las viviendas.
La causa Mendoza
Tanto el informe de Brown & Caldwell como el de JICA fueron presentados como prueba documental en la causa que impuls¨® Beatriz Mendoza contra el Estado argentino, la provincia y la ciudad de Buenos Aires y contra las 44 empresas que operan en la zona. En 2008 la Corte Suprema argentina fall¨® a favor de Mendoza en una sentencia pionera y orden¨® una serie de medidas para limpiar la zona de contaminaci¨®n y proteger a los vecinos.
Entre las principales medidas de la Corte se encuentran el saneamiento de las aguas superficiales y subterr¨¢neas, as¨ª como del aire y de los basureros colindantes, la instalaci¨®n de desag¨¹es pluviales y de cloacas, la implementaci¨®n de una red de agua potable y la reubicaci¨®n de las familias a asentamientos libres de contaminaci¨®n de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires.
Estamos abandonados. S¨®lo se acuerdan de nosotros cada vez que necesitan un voto
¡°Ese fallo, a la vez que es importante, es muy incumplido: nueve a?os despu¨¦s, las empresas siguen contaminando, las familias que viven a la vera del riachuelo en su mayor¨ªa est¨¢n igual que cuando el fallo se dict¨®¡±, lamenta Pilo.
Un juez orden¨® el mes pasado un seguimiento de las medidas establecidas por el Supremo en un escrito en el que revel¨® que todav¨ªa quedan 14 basurales sin sanear y las marismas del barrio siguen funcionando como cloacas para las casas aleda?as. Adem¨¢s, solo algunas decenas de familias han sido relocalizadas.
El ¡°mientras tanto¡±
¡°El barrio est¨¢ en una situaci¨®n tramposa, porque por un lado la decisi¨®n oficial es que sea relocalizado, pero no se hacen obras de infraestructura y servicios esenciales. Padecen una desidia estatal¡±, explica Pilo. Ese ¨ªnterin se conoce en el barrio como ¡°mientras tanto¡±. Un periodo eterno que los mantiene en la inc¨®gnita permanente.
¡°Estamos abandonados. Solo se acuerdan de nosotros cada vez que necesitan un voto¡±, protesta Silvia, que se ha reunido con un grupo de vecinos. Comenta que hay rumores de que van a asfaltar algunas calles, aunque ¡°son solo rumores¡±. ¡°Preferimos los desag¨¹es con urgencia¡±, reclama Maira airada. Tiene 28 a?os y vive desde los seis en la villa. Cuando el clima empeora, relata, la convivencia se tensiona.
¡°Se hacen obras menores a las que le llaman 'mientras tanto'. Y la verdad es que mientras tanto la gente en el barrio se muere y sufre¡±, sentencia Pilo.
Una de esas soluciones aborda el problema del agua corriente. Una camioneta reparte a diario bidones de agua potable por las casas del barrio. Cada bid¨®n tiene cinco litros y a cada familia numerosa le corresponden dos bidones por d¨ªa. Claudia hace cuentas: lavar la ropa, las verduras, cocinar, ba?ar a los chicos¡ ¡°La mayor¨ªa de las veces no alcanza¡±, reconoce.
La Acumar inici¨® este servicio en 2007 con el prop¨®sito de evitar que los vecinos beban el agua contaminada de las ca?er¨ªas que construyeron artesanalmente a lo largo de los a?os. La autoridad edific¨® cinco a?os m¨¢s tarde un espacio a las afueras del barrio para almacenar esos bidones, aunque los vecinos se organizan y distribuyen los envases por diferentes puntos estrat¨¦gicos de la villa en la camioneta.
La relocalizaci¨®n: una espera interminable
La relocalizaci¨®n suena para los habitantes de Villa Inflamable como una quimera, una loter¨ªa que solo ocurre una vez cada tanto. Apenas varias decenas de familias han sido trasladadas a otros barrios, un proceso que, seg¨²n ACIJ, tambi¨¦n entra?a una serie de irregularidades importantes.
La relocalizaci¨®n suena para los habitantes de Villa Inflamable como una quimera, una loter¨ªa que s¨®lo ocurre una vez cada tanto. Apenas varias decenas de familias han sido trasladadas
¡°La versi¨®n oficial es que sean relocalizados, pero la forma de implementarlo est¨¢ ajena a los vecinos¡±, cuenta Pilo. De acuerdo con su denuncia, que deriv¨® en otro fallo favorable en 2013, el Estado no tiene en cuenta las demandas de los vecinos a la hora de derivarlos a otros barrios. Esto es, si tienen necesidades especiales, sin son familias numerosas o unipersonales o si, por ejemplo, precisan un espacio para trabajar.
En 2015 comenz¨® un proceso para trasladar a 400 familias en Isla Maciel, un barrio cercano, pero a salvo de los estragos de la contaminaci¨®n. Sin embargo, el anuncio de mudanza gener¨® un conflicto esperable para quienes conocen ambas zonas. En Villa Inflamable, los vecinos son hinchas del modesto equipo de f¨²tbol Dock Sud, eterno rival del san Telmo, otro club venido a menos cuya cancha se ubica en el centro de Isla Maciel. ¡°Hay una rivalidad muy fuerte y esto genera situaciones de violencia serias. Es algo que el Estado no puede desconocer¡±, denuncia Pilo.
Claudia reclama por el protagonismo de los vecinos en todo el proceso de reubicaci¨®n del barrio. ¡°Esperamos que sirva [la lucha]. Queremos que la justicia entienda que el vecino es el que propone y tiene que ser escuchado sobre sus propias necesidades, que nadie decida por nosotros. Queremos ser parte de la transformaci¨®n de nuestro futuro¡±, se ilusiona. De fondo, se oye el sonido constante del motor de los camiones petroleros.
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