Cerrar mercados afectar¨¢ a la lucha contra el hambre

El resurgir de los nacionalismos y el proteccionismo ¡ªilustrado por la elecci¨®n del presidente estadounidense, Donald Trump, pero tambi¨¦n por el Brexit o el auge populista en los Parlamentos europeos¡ª llega a las aduanas y tratados, extendiendo nubarrones de guerra comercial. Un cierre de mercados contra el que previenen los l¨ªderes de distintos organismos internacionales. "Los primeros que perder¨¢n ser¨¢n los pobres, los menos privilegiados", vaticinaba Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional. ¡°Si nos adentramos en el camino del ¡®ojo por ojo', al final todos ciegos¡±, avisaba por su parte Jos¨¦ Graziano da Silva, director general de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura.

Porque, entre otras cosas, preocupan los efectos de esta creciente cerraz¨®n en la seguridad alimentaria (la posici¨®n en la que no hay riesgo de pasar hambre). El?Ifpri, un instituto sobre pol¨ªticas alimentarias sostenido por distintos pa¨ªses, agencias internacionales y fundaciones, ha dedicado a ello su informe anual, publicado este martes. En ¨¦l, distintos expertos previenen contra los peligros de un retroceso en la apertura de fronteras (y de miras). ¡°Las pol¨ªticas que apoyaron la globalizaci¨®n a trav¨¦s de un mercado abierto, migraciones e intercambio de conocimientos han sido esenciales para las recientes e in¨¦ditas reducciones del hambre y la pobreza", seg¨²n el m¨¢ximo responsable del instituto, Shenggen Fan. La cantidad de personas que no comen lo suficiente hab¨ªa bajado de forma sostenida en los ¨²ltimos a?os, pero repunt¨® en 2016 hasta los 815 millones, arrastrada por el conflicto y el cambio clim¨¢tico.

Limitar el comercio, alerta el documento, podr¨ªa disparar los precios de la comida en los pa¨ªses con poco terreno cultivable, tirarlos por los suelos en los que tienen mucho y rebajar los ingresos en todos ellos. Los autores coinciden con Lagarde en que los peor parados ser¨ªan los m¨¢s vulnerables, entre ellos, los casi 600 millones peque?os agricultores que dan de comer al mundo y, parad¨®jicamente, se encuentran entre los m¨¢s pobres y hambrientos. "Dificultar¨¢ la venta de sus productos, generando m¨¢s migraciones", opina David Laborde, uno de los investigadores.

Limitar el comercio de alimentos podr¨ªa disparar los precios en algunos pa¨ªses y hundirlos en otros

Migraciones que tambi¨¦n afrontan un rechazo cada vez mayor, pese a que Alan de Braw (otro de los autores) insiste en que los n¨²meros indican que son positivas tanto para los lugares de acogida como para los de salida. Restringir los movimientos de personas en busca de oportunidades podr¨ªa tener un efecto negativo al reducir la llegada de remesas a los hogares m¨¢s expuestos al hambre y la pobreza.

Por eso, el documento invita a favorecer los flujos estacionales dentro de pa¨ªses agr¨ªcolas para que los campesinos puedan tener distintas fuentes de ingresos a lo largo del a?o. E incluso facilitar la emigraci¨®n exterior legal y regulada.

El estudio se centra en su defensa del libre comercio, pero ofrece pocas reflexiones sobre las fallas que el sistema ha mostrado hasta ahora. "Las limitaciones de la globalizaci¨®n no se deben al comercio en s¨ª, sino a una gobernanza imperfecta", en palabras de Laborde.

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