?Qu¨¦ tiene ?frica que engancha?
La pareja fot¨®grafa 'Una banda de dos' recorre el continente para documentar los pueblos m¨¢s aislados
¡°?Sabes lo que m¨¢s fastidia?¡±, pregunta Miguel Celis. ¡°Que cada d¨ªa hay m¨¢s sitios en ?frica donde no se puede ir, cuando deber¨ªa ser al rev¨¦s. Cuando nosotros empezamos a viajar parece que se pod¨ªa ir a m¨¢s lugares, pero ahora, con Boko Haram, el terrorismo yihadista, los conflictos¡ resulta muy dif¨ªcil acceder a algunas partes¡±, a?ade. ¡°Hemos intentado ir dos veces al norte de Mal¨ª y se nos ha fastidiado el viaje dos veces¡±, detalla su mujer, Sandra Ballesteros. ¡°Igualmente, cuando estuvimos en N¨ªger ten¨ªamos intenci¨®n de seguir hasta el desierto del T¨¦n¨¦r¨¦ y no se pudo, era muy peligros. Lo mismo nos sucede con partes de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo¡±.
A pesar de ello, acaban de regresar de Sud¨¢n del Sur, un pa¨ªs en guerra desde 2013. Una experiencia dif¨ªcil pero de la que vuelven muy satisfechos. Llegan cargados de emociones y de muchas ganas de contar. Este analista de riesgos que trabaja en un banco y esta enfermera, ambos de Le¨®n, llevan 25 a?os recorriendo el mundo para plasmarlo con sus c¨¢maras. Juntos forman Una banda de dos, nombre con el que firman su trabajo, cuya muestra Or¨ªgenes se puede contemplar hasta el 6 mayo en La ciudad invisible de Madrid.?
Reconocen que ?frica no fue su primera opci¨®n. Empezaron en Asia. Pero en 2006, Celis propuso cambiar de continente. Ella se mostr¨® reacia al principio porque prefer¨ªa seguir explorando ese continente, hasta que al final optaron por un cl¨¢sico de principiantes, recorrer Namibia, Botsuana y Zimbabue. ¡°Fue un comienzo espectacular, nos quedamos totalmente asombrados y nos enamoramos irremediablemente¡±, confiesa Ballesteros. ¡°Pero veo que no somos los ¨²nicos porque es algo que le pasa a la mayor¨ªa de las personas que van a ?frica, siempre se ven obligadas a volver¡±. Y ello a pesar de que consideran que ?frica es dura. "Muchas veces te encuentras en situaciones complicadas que te hacen decir que la pr¨®xima vez te quedas en un hotel, o encuentras miles de contratiempos a lo largo del camino. Pero luego llegas a casa y no tienes m¨¢s remedio que volver, no s¨¦ qu¨¦ tiene esa tierra que engancha¡±, a?ade Ballesteros.
Fue en ese primer viaje cuando entraron en contacto con el pueblo himba, su primera experiencia con poblaci¨®n ind¨ªgena, algo que les cambiar¨ªa la vida. A partir de ese momento empezaron a documentarse sobre tradiciones, ritos, ceremonias¡, en definitiva, sobre la cultura de estos pueblos, lo que les ha impulsado a viajar y conocer nuevas etnias. Esta fue tambi¨¦n la raz¨®n por la comenzaron a formarse m¨¢s en serio en el campo de la fotograf¨ªa. Son dos procesos que han ido de la mano. ¡°A medida que m¨¢s conoces, m¨¢s te metes en la fotograf¨ªa. Detr¨¢s de cada foto hay muchas horas de estudio, de lectura, de ver la obra de otros autores. Hasta el punto de que la fotograf¨ªa se convierte en una pasi¨®n¡±, confiesa Celis. Todo ello para documentar ¡°los lugares de ?frica donde la gente todav¨ªa se siente orgullosa de su estilo de vida y quiere mantenerlo¡±. Regiones de no f¨¢cil acceso y carentes de todo tipo de comodidades para la industria del turismo. Justo de lo que huyen ellos.
Cada uno viaja con una c¨¢mara, aunque despu¨¦s de tantos a?os de trabajo compartido no necesitan hablar para saber a qui¨¦n corresponde la fotograf¨ªa que tienen delante en cada momento. ¡°Miguel est¨¢ m¨¢s especializado en retratos de primer plano y a m¨ª me gusta utilizar los objetivos m¨¢s abiertos para envolver a la persona en el contexto que la rodea¡±, explica Ballesteros. ¡°Lo importante es que tanto nosotros como las personas a las que fotografiamos lo pasemos bien, que nadie se sienta inc¨®modo¡±, asegura Celis. ¡°A m¨ª no me gustan los robados¡±, a?ade ella. ¡°Me gusta hablar con la gente que voy a fotografiar. Para m¨ª es muy importante el tiempo de antes, el poder convivir con esas personas, compartir con ellas. Entiendo que a todos nos incomoda una c¨¢mara, por eso me gusta ese momento anterior en el que se coge confianza con las personas y luego les da igual que las fotograf¨ªes. Hablas con ellas, hay confianza, dejan de posar y se comportan de manera m¨¢s natural¡±.
En su ¨²ltimo viaje han dado un paso m¨¢s al comenzar a rodar v¨ªdeos, incluso con la ayuda de un dron. ¡°Son unas im¨¢genes incre¨ªbles¡±, afirma Celis. ¡°Eso s¨ª, al dron lo han atacado con lanzas, los buitres, se qued¨® atrapado en un ¨¢rbol a 17 metros de altura¡, ha habido de todo. Pero vale la pena porque te muestra una perspectiva nueva¡±. Una evoluci¨®n l¨®gica para explicar mejor la realidad de esas partes remotas de ?frica y mostrarla ¡°tal y como es en este momento. Es importante respetar lo que vemos, para no caer en los t¨®picos, porque aunque nos gustar¨ªa que en ?frica todo siguiese con el exotismo de hace d¨¦cadas, sin cambiar, hay que respetar la realidad y el cambio que vive en la actualidad¡±, concluye Celis.
Del 10 de abril al 6 de mayo, en La ciudad invisible de Madrid se podr¨¢ ver parte de su obra junto a la de Tom¨¢s L¨®pez-G¨¢lvez y Toni Espada, en una exposici¨®n que lleva por t¨ªtulo Or¨ªgenes.
Los rincones preferidos de Una banda de dos
Sandra Ballesteros y Miguel Celis despu¨¦s de llevar 13 a?os recorriendo los lugares m¨¢s remotos y perdidos de ?frica atesoran con especial cari?o varios momentos, entre ellos, una donga a la que asistieron en la zona surma de Etiop¨ªa. "Me pareci¨® impresionante y adem¨¢s tuvimos la suerte de estar solo nosotros, sin turistas como sucede en la actualidad. Tambi¨¦n recuerdo gerewol, en N¨ªger, porque entre otras cosas me gusta mucho la cultura peul. Y el cruce de las vacas en el Nilo de los mundaris de Sud¨¢n del Sur que hemos vivido este a?o ha sido espectacular¡±, dice Ballesteros.
"Yo a?adir¨ªa el paso de la llamada Zona cr¨ªtica, en la bah¨ªa de los Tigres, en Angola. Una extensi¨®n de dunas que termina en las aguas del Atl¨¢ntico", a?ade Celis. "Algo impresionante desde el punto de vista del paisaje unido a la sensaci¨®n de peligro, porque nunca sabes si tendr¨¢s las fuerzas para llegar al otro lado antes de que vuelva a subir la marea. Pero cuando pasas te da un gran subid¨®n de adrenalina".
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