Sud¨¢frica apuesta por el anonimato para combatir el sida
El pa¨ªs m¨¢s afectado por el VIH aboga por la autoevaluaci¨®n y m¨¢quinas expendoras de medicinas para evitar que los pacientes sean estigmatizados
?C¨®mo evitar que los pacientes con VIH sean estigmatizados? Sud¨¢frica, el pa¨ªs m¨¢s afectado por la epidemia, apuesta por m¨¢quinas de autoevaluaci¨®n, un m¨¦todo discreto, barato y eficaz. A pesar del progreso de la prevenci¨®n, las pruebas generalizadas y la ca¨ªda en el precio de las terapias triples, el virus del sida sigue causando estragos en el pa¨ªs m¨¢s industrializado del continente, con m¨¢s de siete millones de afectados, el equivalente al 18,9% de su poblaci¨®n adulta. En t¨¦rminos m¨¢s generales, seg¨²n la ONG Unitaid, tres de cada diez personas con VIH en el mundo no saben que est¨¢n infectadas con el virus.
En Sud¨¢frica, una de las razones que mantienen la epidemia en un nivel tan alto es que, con frecuencia, las personas en riesgo son reacias a acudir a los centros de salud p¨²blica para que se les realice una prueba de detecci¨®n de la enfermedad debido al estigma que a¨²n supone padecerla. Para solucionar este problema, el pasado 18 de marzo Unitaid ofreci¨® una alternativa, y lo hizo en un lugar muy corriente: la puerta de un supermercado en el barrio pobre de Hillbrow, en el centro de Johannesburgo.
En unas carpas azules situadas en plena calle, un grupo de voluntarios intenta atraer a los curiosos para mostrar la t¨¦cnica que quieren poner en marcha: "Nos estamos dirigiendo espec¨ªficamente a los hombres j¨®venes", afirma Lynne Wilkinson, de la Universidad de Witwatersrand, que coordina el proyecto.
Protegidos de la vista de los transe¨²ntes, los interesados rellenan un formulario en el interior de la tienda de campa?a y a cambio reciben una prueba gratuita que pueden usar por s¨ª mismos en ese sitio o en casa. "El manual est¨¢ escrito en seis idiomas, la mayor¨ªa de las personas lo comprende", asegura Mokgadi Mabuela, una joven que distribuye los aparatos. "Entienden r¨¢pidamente que se trata de una prueba para hacer ellos mismos, sobre todo si no se atreven a pedir una cita m¨¦dica".
El resultado de la prueba est¨¢ disponible en 20 minutos. Si es positivo, se? realiza una prueba de confirmaci¨®n
El resultado de la prueba est¨¢ disponible en 20 minutos. Si es positivo, se propone inmediatamente una prueba de confirmaci¨®n. "Pas¨¦ la semana pasada con mi hermano y se hizo el examen, hoy es mi turno para conocer mi situaci¨®n", dice un joven que prefiere mantener su nombre en el anonimato. "Es realmente muy f¨¢cil".
Lanzada en Malaui, Zambia y Zimbabue desde 2015, la iniciativa ahora se extiende a Sud¨¢frica. Despu¨¦s del distrito de Hillbrow, las pruebas estar¨¢n disponibles a partir de mayo en las estaciones de minibuses de la ciudad, que transportan a cientos de miles de pasajeros todos los d¨ªas. Unitaid planea distribuir 4,8 millones de copias.
Usando una de estas pruebas fue c¨®mo Oscar Tyumre, un m¨²sico de 45 a?os que vive en Alberton, al este de Johannesburgo, se enter¨® de que era portador de la enfermedad. Cuenta que se le aconsej¨® ir a la cl¨ªnica para iniciar un tratamiento y hoy se alegra por ello. "Fue dif¨ªcil de aceptar, pero gracias a eso mejor¨¦ muy r¨¢pido". Tyumre dice hoy que se sinti¨® aliviado despu¨¦s de saber su estado de VIH. "Mi consejo es no desilusionarse, ?Puedes comenzar tu tratamiento ahora mismo y seguir viviendo hasta los 100 a?os!", exclama.
M¨¢quinas expendedoras de tratamientos
A unos diez kil¨®metros m¨¢s al norte, en la localidad de Alexandra, el Ministerio de Salud y la organizaci¨®n ben¨¦fica Right to Care acaban de lanzar las llamadas unidades de dispensaci¨®n de f¨¢rmacos, una especie de cajeros autom¨¢ticos como los de los bancos, pero dise?ados para que los pacientes pueden retirar su tratamiento con discreci¨®n y as¨ª protegerlos de los prejuicios contra el VIH. Se trata de la primera de este tipo en servicio en el continente africano.
"Elegimos Alexandra como la primera ubicaci¨®n porque est¨¢ muy poblada, las instalaciones est¨¢n sobrecargadas y las personas necesitan atenci¨®n m¨¦dica p¨²blica", asegura Fanie Hendriksz, directora general de Right to Care.
Gracias a una tarjeta, un c¨®digo y a la confirmaci¨®n legalmente necesaria de un farmac¨¦utico que se obtiene a trav¨¦s de un enlace de v¨ªdeo, los pacientes pueden retirar su terapia en menos de cinco minutos, sin cruzar una sola mirada. "Es m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s r¨¢pido", dice una usuaria, Philda Dladla, de 59 a?os. "Antes, ten¨ªas que esperar todo el d¨ªa en la cl¨ªnica", explica. Con la m¨¢quina expendedora, cualquiera puede recoger f¨¢cilmente sus medicamentos, "siempre que no olvide su c¨®digo personal".
Coincide Primrose Good, empleada dom¨¦stica de 60 a?os con diabetes. Para ella, el principal beneficio es que ahora se ahorra largos tiempos de espera. "Para las personas mayores que estamos enfermas, como yo, esto es una ayuda. Los centros de salud est¨¢n demasiado llenos y nos mareamos al cabo de tiempos de espera tan largos", dice mientras coloca sus medicamentos dentro del bolso. "Acabo de llegar a la m¨¢quina, he marcado mi n¨²mero, he recogido mis p¨ªldoras y ya me voy a casa".
Unos 200 pacientes han utilizado las m¨¢quinas expendedoras cada d¨ªa
Para asegurar el anonimato de los usuarios, las cuatro m¨¢quinas expendedoras, fabricadas en Alemania y vendidas por debajo de 140.000 euros por unidad, est¨¢n aisladas del exterior gracias a una cabina. "Solo revelas tu enfermedad si sales con la medicina en la mano", asevera el l¨ªder del proyecto, Thato Mathabathe. "Ha cambiado mi vida porque ya no he vuelto a preocuparme por recoger tarde mis pastillas. Estas m¨¢quinas m¨¢s cercanas son muy necesarias porque las cl¨ªnicas est¨¢n demasiado lejos", afirma Mbele, desempleado de 25 a?os.
Desde septiembre, unos 200 pacientes han utilizado estos dispensadores cada d¨ªa para renovar su tratamiento contra el sida, la diabetes, el asma o la hipertensi¨®n. Se espera que en los pr¨®ximos meses se habiliten tres nuevos puntos de recogida en Johannesburgo.
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