A la escuela para comer bien
Dos centros de Kolda promueven la seguridad alimentaria a trav¨¦s de la producci¨®n local y los comedores escolares
Una competici¨®n de poes¨ªa sobre alimentaci¨®n equilibrada y otra de dibujo en torno al comedor escolar ideal han sido dos de los concursos art¨ªsticos celebrados el D¨ªa Africano de la Alimentaci¨®n Escolar en dos centros educativos de la regi¨®n de Kolda, al sur de Senegal. Reconocer el valor de las comidas ofrecidas en las escuelas, mejorar las condiciones de las familias m¨¢s empobrecidas, estimular la econom¨ªa y la emprendedur¨ªa de los productores locales o acercar a los residentes en zonas dif¨ªciles una educaci¨®n de calidad y que puedan mejorar su rendimiento son algunos de los objetivos de esta efem¨¦ride, instituida por la Uni¨®n Africana en 2016.
La iniciativa parte de una campa?a de sensibilizaci¨®n de Alianza por la Solidaridad Senegal, se celebr¨® el pasado 1 de marzo con la intenci¨®n de reflexionar sobre la importancia que tienen los comedores, ya convertidos en una parte m¨¢s de las escuelas de Pring Maound¨¦ y Sar¨¦ Wogna, como las aulas. El comedor es el lugar donde las cocineras y vecinas voluntarias de cada pueblo con hijos o nietos entre el alumnado se esmeran en prepararles almuerzos que les den la energ¨ªa que necesitan para correr o jugar al f¨²tbol pero, sobre todo, concentrarse y aprender en clase.
Alimentos variados
Bajo la sombra de un frondoso ¨¢rbol del centro educativo de Sar¨¦ Wogna, m¨¢s de 200 estudiantes pudieron disfrutar de las actuaciones de sus compa?eros en este d¨ªa. Tras dedicar, no solo esa ma?ana completa sino varias sesiones previas en el aula, a hablar de su alimentaci¨®n desde distintos puntos de vista, el profesorado afirma que los chavales son ahora m¨¢s conscientes de la importancia de lo que ingieren. Que tienen que comer, s¨ª, pero no cualquier cosa, sino variado y, sobre todo, mucha cantidad de verdura y de fruta.
Verduras como la col, la preferida de Amadou Kand¨¦, de la escuela de Pring Maound¨¦, que dibuj¨® una con la esperanza de resultar ganador en el concurso y de motivar a las cocineras de la escuela a que la incluyan m¨¢s abundante y frecuentemente en sus platos. La col tambi¨¦n fue una de las m¨¢s alabadas en las composiciones de los mayores de Sar¨¦ Wogna, que enumeraban los principales alimentos cultivados en el huerto escolar.
La col es una de las verduras m¨¢s alabadas por los alumnos
En esta clase de eventos, me doy cuenta de lo similares que son las actitudes humanas m¨¢s all¨¢ de fronteras, idiomas y culturas. Los participantes en el concurso de poes¨ªa repet¨ªan los mismos gestos: ponerse la capucha de la chaqueta para esconderse, juguetear compulsivamente con las prendas que llevaban, mirar al techo o al suelo, cualquier cosa menos al p¨²blico que ten¨ªan delante, pese a que fueran sus compa?eros de juegos, los profesores a los que ven a diario y alg¨²n que otro padre que se hab¨ªa acercado por curiosidad y para apoyar a su peque?o artista. Muestras de timidez o miedo esc¨¦nico que pueden verse en cualquier espect¨¢culo infantil, as¨ª se celebre en Senegal, Argentina o Espa?a.
Se notaba que lo quer¨ªan hacer bien. Quienes recitaron sencillas composiciones sobre nutrici¨®n y quienes plasmaron sobre un papel lo que m¨¢s les gusta del comedor escolar. Y es que cuando entraba al aula donde los m¨¢s peque?os hac¨ªan sus dibujos, el silencio era sepulcral. Ni?os y ni?as que apenas levantan un palmo del suelo y que, momentos antes, no paraban de moverse y hacer ruido, estaban de repente muy concentrados en sus garabatos y sus l¨¢pices de colores.
Los 'peques' no son los ¨²nicos perfeccionistas
Otra conclusi¨®n que saco en claro es que, al menos, a los actores con los que trabajamos en nuestros proyectos, les gusta que est¨¦ todo pautado y que se cumpla el protocolo. Nada de comenzar los concursos sin m¨¢s, hay que dejar unos minutos para los discursos inaugurales de varias personalidades: director de la escuela, jefe del pueblo o autoridad local, im¨¢n o autoridad religiosa, responsable del comit¨¦ de gesti¨®n de la escuela y, finalmente, un representante de la ONG.
Las acciones formativas en zonas conflictivas y aisladas dan confianza en sus posibilidades de desarrollo
Una formalidad que tambi¨¦n se hizo patente en la labor del jurado que deb¨ªa elegir a quien mejor declamara y el dibujo m¨¢s elaborado. Los jueces se tomaron muy en serio su cometido y le dedicaron un buen tiempo de c¨¢lculos y valoraciones hasta emitir un veredicto justo.
Confiando en que, con la excusa de los concursos, el mensaje de que hay que comer bien y valorar lo que les aporta el comedor de la escuela haya calado un poco en las peque?as mentes en formaci¨®n, me vuelvo satisfecha de la misi¨®n en el terreno ya solo por sentir que nuestra presencia les anima y motiva.
Profesorado, padres y madres, cocineras y vecinos del pueblo en general nos dieron las gracias una y otra vez, muy afectuosamente, por el simple hecho de ir hasta all¨ª. Los pueblos donde intervenimos est¨¢n en zonas remotas, de dif¨ªcil acceso y cerca de las siempre conflictivas fronteras, por lo que sus habitantes est¨¢n acostumbrados al aislamiento y quiz¨¢, incluso, a sentirse ignorados. Por eso, estas acciones resultan tan importantes para ellos y les dan confianza en sus posibilidades de desarrollo. Y esto ya es mucho.
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