As¨ª funciona la 'madriguera' del parto natural que reduce las ces¨¢reas

Mar¨ªa Divar llega por su propio pie a la consulta de la doctora Regina C¨¢rdenas por la ma?ana. Est¨¢ de 40 semanas y, hoy, cree que s¨ª, va a dar a luz. Las dos se conocen de los dos partos anteriores de Divar, que tambi¨¦n ocurrieron en el hospital HM Nuevo Bel¨¦n, en el barrio madrile?o de Arturo Soria, y en los que C¨¢rdenas la estuvo asistiendo. Divar pasar¨¢ todo el tiempo que sea necesario en la unidad de parto natural de este hospital hasta que nazca su hija. Esta unidad no es como otra cualquiera.

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¡°A m¨ª me gusta comparar estos paritorios con una madriguera. ?Por qu¨¦? Porque en ese momento necesita un espacio ¨ªntimo, relativamente acotado, c¨¢lido, sin luz, sin ruido y donde se sientan a gusto¡±, explica C¨¢rdenas. En esta habitaci¨®n, Divar hace recuento de sus otros dos partos: ¡°Pues dos beb¨¦s muy grandes y pr¨¢cticamente ning¨²n punto en ninguno de los dos¡±.

Una de las claves de estas unidades es la tranquilidad de las usuarias, que permite que el cuerpo de cada mujer se prepare para el momento de dar a luz. Esto se refleja en el descenso del n¨²mero de ces¨¢reas que se han practicado en estas habitaciones. ¡°La OMS sit¨²a en un 15% el n¨²mero de ces¨¢reas que se deber¨ªan practicar, mientras que el a?o pasado nos situamos en alrededor de un 12%¡±, detalla la ginec¨®loga.

El riesgo en la pr¨¢ctica de las ces¨¢reas qued¨® patente este mi¨¦rcoles cuando se conoci¨® el fallecimiento de una mujer a la que le practicaron una en Melilla. Debido a la intervenci¨®n, el beb¨¦ sufri¨® un corte en la cara tras el uso del bistur¨ª.

Otro de los aspectos en los que se refleja el influjo de este modelo de paritorios es el del momento de la epidural. ¡°Un buen n¨²mero de mujeres cada vez m¨¢s quieren o bien no ponerse epidural o pon¨¦rsela lo m¨¢s tarde posible. Entonces todos los elementos que tenemos en estos paritorios ayudan mucho a que la necesidad de la epidural sea tard¨ªa o no sea¡±, contin¨²a.

Elena Palacio, la matrona, acompa?a tras la consulta a Divar hacia la sala de parto n¨²mero 3 de esta unidad. Al abrir la puerta, ¡°no parece un hospital. Parece m¨¢s bien una habitaci¨®n de un hotel¡±, expresa Divar. Una habitaci¨®n propia, silenciosa, con ba?era de dilataci¨®n, bal¨®n suizo y el elemento que m¨¢s llama la atenci¨®n: un mueble central que permite buscar a la mujer la postura que m¨¢s se acomode a sus necesidades durante las contracciones. ¡°Al sentirse tranquilas, el parto fluye con naturalidad¡±, explica C¨¢rdenas.

Estos beneficios, inevitablemente, tambi¨¦n llegan hasta los reci¨¦n nacidos. Momentos antes del parto, ¡°bajamos las luces completamente hasta casi una semitiniebla precisamente para no impactar los ojos del beb¨¦ y subimos much¨ªsimo la temperatura, de manera que ese impacto de transici¨®n al exterior que completamente minimizado¡±, relata la doctora.

Divar habla con C¨¢rdenas de manera distendida, ya con la bata del hospital. Espera a que venga su marido del trabajo y, mientras, se pone al d¨ªa con la doctora. Cuatro horas despu¨¦s de haber llegado a la habitaci¨®n, esta se convirti¨® en la ¡°madriguera¡± de Marta.