El ambicioso plan de Argentina para dejar de tener ni?os pobres
Hay m¨¢s de cinco de menores de edad en situaci¨®n de vulnerabilidad en el pa¨ªs. Las instituciones y entidades sociales buscan una v¨ªa de soluci¨®n con el fantasma de crisis econ¨®mica de fondo
Cuatro de cada diez ni?os argentinos de entre cero y cuatro a?os vive en la pobreza. Son 5,6 millones de menores de 18 a?os que ya comienzan sus vidas en una situaci¨®n de desventaja, seg¨²n Unicef; no solo la econ¨®mica: la ni?ez es un per¨ªodo crucial para el desarrollo cognitivo, f¨ªsico y emocional de las personas, que se suele ver lastrado ene stas condiciones. La infantilizaci¨®n de la pobreza supone un desaf¨ªo de alta complejidad para el pa¨ªs, seg¨²n el Centro de Implementaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
¡°Una de las claves para abordar esta problem¨¢tica es garantizar que las familias con ni?os y adolescentes cuenten con ingresos suficientes. En Argentina, el Estado les transfiere ingresos a trav¨¦s de tres v¨ªas: el subsistema contributivo (asignaciones familiares), el subsistema no contributivo (asignaci¨®n universal por hijo y embarazo), y la deducci¨®n del Impuesto a las Ganancias. Si bien se ha avanzado en t¨¦rminos de cobertura y equidad, todav¨ªa restan desaf¨ªos¡±, explica Florencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de Protecci¨®n Social de Cippec.
Seg¨²n Caro Sachetti, el actual esquema de transferencias es fragmentado porque los m¨²ltiples tipos de cobertura dependen de la condici¨®n laboral de los adultos y no de los derechos de los ni?os y adolescentes. Adem¨¢s, se?ala que el esquema es inequitativo: el valor de las prestaciones es en algunos casos regresivo; los criterios para determinar la elegibilidad para percibir prestaciones son heterog¨¦neos; y no todas las familias con hijos est¨¢n cubiertas.
Desde Cippec, proponen modificar el esquema de transferencias para garantizar que todas las familias cuenten con un ingreso que les permita llevar una vida decente y basarlo en los principios de universalidad, coparentalidad y equidad. Otro objetivo es fortalecer la estrategia de salud sexual y reproductiva: ¡°Es un paso necesario para que la tenencia de un hijo o hija sea una elecci¨®n que favorezca trayectorias vitales inclusivas¡±.
El Gobierno puso en marcha en 2016 el primer programa a nivel nacional para asegurar que todos los ni?os lleguen a la escuela con las mismas oportunidades
La coordinadora del programa de Protecci¨®n Social resalta que no invertir en los grupos etarios m¨¢s j¨®venes conlleva costos significativos, tanto para los hogares en situaci¨®n de pobreza como para la sociedad en su conjunto.
Propuesta del Estado
En el marco de la lucha contra la pobreza, el Gobierno puso en marcha en 2016, a trav¨¦s del Ministerio de Desarrollo Social, el primer programa a nivel nacional que busca asegurar que todos los chicos lleguen a la escuela con las mismas oportunidades, sin importar el lugar donde nacen.
¡°El Plan Nacional de Primera Infancia tiene como objetivo garantizar el desarrollo integral de ni?os y ni?as de 45 d¨ªas a cuatro a?os en situaci¨®n de vulnerabilidad social. La iniciativa se basa en el hecho demostrado de que la estimulaci¨®n temprana y la adecuada nutrici¨®n desde las primeras semanas de vida resultan decisivas para el desarrollo intelectual y f¨ªsico para el resto de la vida. La cantidad total de peque?os alcanzados por el plan son 214.967¡±, cuenta Gabriel Castelli, Secretario Nacional de Ni?ez, Adolescencia y Familia (Sennaf). El Plan se lleva adelante en Espacios de Primera Infancia (EPI, guarder¨ªas).
Seg¨²n Castelli, el principal desaf¨ªo que permanece abierto es que todas las provincias se apropien del plan y lo conviertan en prioridad. ¡°Nosotros hacemos convenios por dos a?os con organismos gubernamentales y no gubernamentales. Acompa?amos con informes t¨¦cnicos y pagamos becas por la cantidad de chicos que asisten. Ahora, estamos viendo c¨®mo hacer m¨¢s eficiente el desembolso de los fondos para que no haya demoras¡±.
Vemos que muchas mujeres al no tener como proyecto de vida, deciden ser madres. Cuando los chicos crecen, se repite el c¨ªrculo
Otro punto que mejorar, piensa Castelli, tiene que ver con la formaci¨®n de los educadores, que est¨¢n al frente de los espacios. ¡°Hay mucha asimetr¨ªa en la capacitaci¨®n de estas personas. Tambi¨¦n hay diferencias en t¨¦rminos salariales¡±, reconoce.
El plan pone foco en la infraestructura y equipamiento de los centros. ¡°Para seguir mejorando en este eje, se firm¨® una l¨ªnea de Cr¨¦dito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de hasta mil millones de d¨®lares. Los fondos, que se comparten con el Ministerio de Educaci¨®n, comenzar¨ªan a desembolsarse en el pr¨®ximo trimestre. En t¨¦rminos concretos, de ac¨¢ a los pr¨®ximos tres a?os tenemos el desaf¨ªos de mejorar 850 espacios¡±, dice Castelli.
C¨®mo se trabaja en los barrios
SonRisas, una asociaci¨®n civil ubicada en la localidad de Esteban Echeverr¨ªa en la Provincia de Buenos Aires, trabaja para fortalecer a las familias en situaci¨®n de vulnerabilidad. ¡°Detectamos que una gran parte de los ni?os y ni?as de cuatro y cinco a?os no asist¨ªan al jard¨ªn e ingresaban directamente en primaria. Se ha comprobado que la carencia de educaci¨®n en el nivel inicial repercute desfavorablemente en la trayectoria escolar¡±, cuenta Evangelina Vidal, coordinadora de las ¨¢reas de Relaciones con el Entorno y Educaci¨®n de la organizaci¨®n.
Desde esta necesidad de la comunidad, SonRisas cre¨® el dispositivo llamado Sonriseritos, un espacio de educaci¨®n no formal que abarca tanto contenidos pedag¨®gicos como tambi¨¦n la adquisici¨®n de h¨¢bitos cotidianos. El taller busca proporcionar a los chicos su primera experiencia socializadora fuera del hogar y trabaja de manera conjunta con las familias. El espacio se desarrolla recibe financiaci¨®n y apoyo del sector p¨²blico y privado.
En otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires, trabaja Pilares, que cuenta con centros que funcionan de lunes a viernes en los que los chicos de uno a tres a?os desayunan, almuerzan y meriendan. ¡°Cuando se habla de infantilizaci¨®n de la pobreza, no hay que olvidar que los chicos se encuentran en un contexto familiar. Ac¨¢ vemos que muchas mujeres al no tener como proyecto de vida, deciden ser madres. Cuando los chicos crecen, se repite el c¨ªrculo¡±, cuenta Mar¨ªa Paz Moya, coordinadora del Centro de Primera Infancia de Fundaci¨®n Pilares.
Adem¨¢s de las educadoras, el equipo est¨¢ formado por trabajadoras sociales, psicopedagogas y psicomotricistas. Desde el ¨¢rea de trabajo social, las responsables del centro verifican que los ni?os tengan la documentaci¨®n obligatoria, que posean las vacunas al d¨ªa y est¨¢n atentas a cuestiones familiares particulares.
Entre las problem¨¢ticas con las que conviven los ni?os a diario, Moya observa retrasos en el lenguaje. ¡°La poblaci¨®n que asiste a nuestro centro est¨¢ compuesto por muchas familias migrantes. Muchas madres hablan guaran¨ª o aymara. En general, no quieren que los ni?os aprendan su lengua materna para que no los discriminen, pero como ellas no hablan bien el espa?ol, entonces no pueden comunicarse con ellos. Cuando las madres no les hablan a los ni?os, todo lo que es l¨ªmites, desarrollo de h¨¢bitos y v¨ªnculos afectivos se obtura¡±.
Otra problem¨¢tica que Moya ve con frecuencia en la sala de los m¨¢s chiquitos es que juegan siempre en un rinc¨®n: ¡°Cuando los pon¨ªamos en el medio del sal¨®n lloraban y se angustiaban. Ve¨ªamos un desarrollo psicomotriz muy b¨¢sico. A partir de esta situaci¨®n, hicimos una visita al barrio con las profesoras y vimos que era una consecuencia del hacinamiento. Los espacios abiertos eran todo un descubrimiento para ellos¡±.
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