Botsuana: c¨®mo combinar turistas y animales salvajes
El pa¨ªs africano sali¨® de la pobreza gracias a sus yacimientos de diamantes, pero estos no son eternos. Conseguir atraer m¨¢s turismo y ser ejemplo de sostenibilidad se perfila como nuevo motor econ¨®mico


Itumeleng significa alegr¨ªa en setsuana, el idioma de Botsuana. Tambi¨¦n es el nombre de una muchacha de 22 a?os, vivaracha y servicial, empleada en uno de los hoteles m¨¢s exclusivos de Kasane, localidad situada en una de las cuatro esquinas de ?frica, donde este territorio casi se da la mano con sus vecinos Namibia, Zambia y Zimbabue. Son apenas 10.000 habitantes los que moran aqu¨ª, pero la ciudad es muy popular porque representa una de las puertas de entrada del turismo internacional a las maravillas naturales del pa¨ªs.
El turismo es la nueva joya de la corona de Botsuana y tienen razones para cre¨¦rselo: como el peculiar delta del Okavango, recorrido por el r¨ªo del mismo nombre a lo largo y ancho 22.000 kil¨®metros cuadrados de superficie para nunca desembocar en el mar. Este va a morir entre la arena del inexplorado desierto del Kalahari, habitado por el bosquimanos, uno de los pueblos m¨¢s antiguos del mundo. Por no hablar del Parque Nacional de Chobe, que alberga la mayor poblaci¨®n de elefantes del continente, o de la impresionante biodiversidad que puebla todo el pa¨ªs y que incluye a los cinco grandes mam¨ªferos salvajes: le¨®n, elefante, leopardo, rinoceronte y b¨²falo.
Este para¨ªso, m¨¢s o menos del tama?o de Francia y con tan solo 2,2 millones de habitantes, era uno de los 13 pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo hace 50 a?os, cuando se independiz¨®. Pero pose¨ªa algo muy valioso, adem¨¢s de sus ecosistemas y de una democracia que hoy es la m¨¢s antigua del continente: minas de diamantes que fueron explotadas por la empresa De Beers, aunque gestionadas por el Gobierno del primer y venerado presidente Seretse Khama. Gracias a estas pol¨ªticas, Botsuana creci¨® y creci¨®, a veces a ritmos superiores al 9% de su PIB, hasta convertirse en lo que hoy se considera una econom¨ªa media. Esto permiti¨® realizar mejoras en salud, educaci¨®n (hoy el 100% de la poblaci¨®n est¨¢ escolarizada) e infraestructuras.
Pero Botsuana est¨¢ viendo que su gallina de huevos de oro se agota y que hay que buscar alternativas: ya en 2016, el crecimiento hab¨ªa descendido al 3,4% debido a la ralentizaci¨®n de la miner¨ªa. "Los diamantes no duran para siempre, pero el turismo y el desarrollo sostenible, s¨ª", sostiene Tshekedi Khama, ministro de Medio Ambiente, Vida Salvaje y Turismo, en un encuentro con periodistas durante la celebraci¨®n de la asamblea anual del programa marco del turismo sostenible de la ONU (10YFP en sus siglas en ingl¨¦s), que tuvo lugar a principios de diciembre en Kasane.
Junto a las exportaciones de carne ¡ªes otro gran activo: en 2017 el pa¨ªs contaba con 2,5 millones de cabezas de ganado, es decir, hay m¨¢s vacas que personas¡ª, el turismo es la esperanza. Ya se pens¨® en ¨¦l durante los a?os sesenta, con la independencia reci¨¦n ganada: hab¨ªa que elegir entre un turismo comercial y masivo o uno de menor volumen, mayores costes, pero menos impacto. Y apostaron por el segundo. Hace tres a?os, cuando la Agenda 2030 fue aprobada en Nueva York, Botsuana se reafirm¨® en su apuesta por la sostenibilidad. "Sabemos del valor de nuestros recursos naturales, pero no sabemos cu¨¢nto durar¨¢n si no los protegemos, por eso vamos a cuidarlos", afirma Khama. "Adem¨¢s, no queremos ser otro destino africano de safari sin m¨¢s. Debemos marcar la diferencia, y lo podemos hacer a trav¨¦s de nuestra manera de manejar nuestra responsabilidad sobre la madre Tierra", abunda.
En esas l¨ªneas trabaja el Gobierno y su labor ha dado frutos: en 2017, la Organizaci¨®n Nacional de Turismo de Botsuana (BTO, por sus siglas en ingl¨¦s) recibi¨® uno de los prestigiosos premios Tourism for Tomorrow concedidos por la asociaci¨®n World Travel & Tourism Council (WTTC).? Una de las medidas es que es el Estado quien posee las tierras para asegurarse de que se explotan de manera responsable. Hoy, el 38% del territorio nacional est¨¢ protegido y se alquila por periodos de 15 a?os (renovables por otros 15) a empresas que cumplen los criterios de gesti¨®n sostenible que marca el Gobierno y cuyas instalaciones est¨¢n oficialmente reconocidas como alojamiento ecotur¨ªstico. "Cuando llegas a un hotel de lujo en el Okavango, encuentras que la tierra est¨¢ protegida a nivel gubernamental y administrada por las comunidades", explica Jillian Blackbeard, directora ejecutiva de BTO.
Los diamantes no duran para siempre, pero el turismo y el desarrollo sostenible, s¨ª
Tshekedi Khama, ministro de Medio Ambiente, Vida Salvaje y Turismo
Paneles solares, gesti¨®n de residuos, reciclaje de agua, contrataci¨®n de personal local... En uno de los exclusivos hoteles ubicados en la reserva de Moremi, en pleno delta del Okavango, se hacen notar esas exigencias sobre el cuidado de la tierra, la vida salvaje y la comunidad. Por ejemplo, no se encuentran pl¨¢sticos por ninguna parte, pues los recipientes y bolsas son t¨¦xtiles. Adem¨¢s, toda la estructura del alojamiento es de madera y tela, y no hay construcciones permanentes. "Esta pasarela se puede desmontar porque a veces los elefantes quieren cruzar por aqu¨ª", ejemplifica Tshapo, una de las camareras, con un dedo apuntando hacia un muelle de madera que acaba en un embarcadero. Ella, las cocineras, limpiadoras, guardias de seguridad y dem¨¢s empleados pertenecen a esa regi¨®n.
La vida salvaje, el gran activo
Botsuana tambi¨¦n prohibi¨® cazar especies salvajes en 2012 y hoy puede presumir de albergar la mayor poblaci¨®n de elefantes africanos del mundo (130.000, un 37% del total) en un momento en que la caza furtiva y el cambio clim¨¢tico est¨¢n esquilmando la especie en otros lugares del continente: en los ¨²ltimos siete a?os, la humanidad ha matado a 144.000 ejemplares, el 30% de los que quedaban.
Kelly Landen es directora de Elephants Without Borders, una organizaci¨®n cuya labor cuenta para contribuir a la buena fama del pa¨ªs y por tanto, atraer viajeros: la conservaci¨®n del elefante africano. Trabajan con el departamento de vida salvaje aportando recursos y conocimiento a la hora de rescatar ejemplares o reintroducirlos en su h¨¢bitat.? Tambi¨¦n con las comunidades. "Ofrecemos educaci¨®n, mejoramos sus conocimientos... Son de gran importancia en el sector porque en Chobe todo se trata de turismo", cuenta Landen.
En Elephants Without Borders acogen a cuatro cr¨ªas hu¨¦rfanas y se ocupan de su desarrollo, pues no pueden permitirse perder ni un solo ejemplar. "La estaci¨®n seca, entre octubre y noviembre, es la m¨¢s dif¨ªcil porque hay menos comida, competencia por el agua...", describe la conservacionista mientras acaricia a una de las cr¨ªas. Pide silencio a los periodistas. Los paquidermos j¨®venes son muy susceptibles al estr¨¦s y por eso tratan de mantenerlos alejados de las personas, en un ambiente silencioso.
"Botsuana tiene muchos a?os de experiencia en la protecci¨®n, cuidado y convivencia con elefantes y otras formas de vida salvaje, es un punto importante y debe mostrar c¨®mo lo est¨¢n haciendo. Educan a los ciudadanos, que pueden ver los beneficios y c¨®mo pueden participar", opina Ellison Wright, coordinador s¨¦nior del Programa Global de Vida Salvaje del Banco Mundial. Otro de los objetivos del Gobierno es introducir materias escolares obligatorias a partir del cuarto curso de Primaria sobre protecci¨®n. "Hemos llevado a cabo con varios colegios ha sido la plantaci¨®n de un mill¨®n de ¨¢rboles en el ¨¢rea del Okavango", recuerda el ministro Khama. "Y no hay que olvidar la responsabilidad y la transparencia, que aqu¨ª en Botsuana se toman muy en serio", completa Wright.
Un turismo que beneficie a todos
Los datos demuestran que el turismo aumenta en Botsuana: en 2016 super¨® los dos millones de visitantes, la contribuci¨®n directa al PIB fue del 3,9% (10% la total) y las inversiones en esta industria supusieron el 8,5% del total, seg¨²n el informe de impacto econ¨®mico de Botsuana de 2017. ¡°La tasa de empleo en el sector est¨¢ probablemente entre las m¨¢s altas del pa¨ªs, con 35.000 puestos directos y alrededor de 125.000 indirectos", informa el ministro Khama.
El sector tur¨ªstico ha creado 35.000 puestos de trabajo directos y alrededor de 125.000 indirectos, seg¨²n el ministro Khama
Itumeleng pertenece a esa generaci¨®n de botsuaneses que debe tomar el relevo a quienes consiguieron salvar al pa¨ªs de la miseria, una que ya tuvo m¨¢s f¨¢cil estudiar. Pasa sus horas laborales rodeada de postales, llaveros, bolsos, sombreros, camisetas y vestidos estampados con toda clase de colores y formas geom¨¦tricas. "Aqu¨ª, en Kasane, la mayor¨ªa est¨¢ empleado en el sector, yo dir¨ªa que hasta el? 90%: unos trabajan en hoteles, otros han comprado un barco y pasean turistas por el r¨ªo Chobe, otros han montado casas de hu¨¦spedes...".
En los albores de la Navidad, en Kasane hace calor a ratos, a ratos llueve. Los cambios de temperatura y la humedad no son impedimento para que los operadores tur¨ªsticos funcionen a toda pastilla para mostrar el Parque Nacional de Chobe a los cientos ¡ªincluso miles¡ª de visitantes que exploran la regi¨®n. Los veh¨ªculos todoterreno que los llevan de safari pasan de un lado a otro de la carretera que lleva a Kazungula, localidad fronteriza, ya casi en Zimbabue, punto de entrada hacia las cataratas Victoria. Y es en esta periferia donde se percibe la pobreza de la que Botsuana a¨²n no se ha desprendido: en 2010 (¨²ltimos datos disponibles en el Banco Mundial) un 18,2% de sus habitantes subsist¨ªan con menos 1,9 d¨®lares al d¨ªa. "A solo dos kil¨®metros est¨¢ el asentamiento de Khamapadi. All¨ª la gente no tiene trabajo, no hacen nada", cuenta Itumeleng.
A ambos lados de la v¨ªa hacia Kazungula, justo delante de opulentos centros comerciales, se desparraman humildes puestos de paja y madera de verdura, de ropa y de recuerdos. Es otra manera de vivir del turismo, pero m¨¢s precaria. Uno de esos negocios pertenece a Josephine Chika, de 32 a?os y con cuatro hijos: tres ni?os y una ni?a, de entre dos y 11 a?os. Se gana la vida vendiendo esculturas de madera que ella misma talla y trabaja siete d¨ªas a la semana, desde las ocho de la ma?ana hasta que anochece. "Esto es muy inseguro porque unas veces vendes y otras no. Y si un d¨ªa no ganas suficiente, ?a ver qu¨¦ haces con los ni?os!", exclama. "Con el dinero de un d¨ªa comemos al otro, as¨ª que no puedo permitirme libranzas". Josephine gana unas 1.200 pulas en temporada alta que bajan hasta las 150 en la baja: de 100 euros a 13 en una ciudad donde una habitaci¨®n en un hotel de cuatro estrellas cuesta unos 180 diarios.
Chika representa a una parte de la poblaci¨®n de Botsuana que se ha quedado atr¨¢s y a la que el Gobierno a¨²n tiene que dar una soluci¨®n que pase por reducir el empleo informal y ofrecer oportunidades. "Si al menos hicieran algo por las comunidades: abrieran m¨¢s escuelas, crearan m¨¢s empleos para ellos... Aqu¨ª, poca gente adulta ha ido al colegio", suspira Itumeleng. "Kasane est¨¢ lejos de otras ciudades y aqu¨ª no hay m¨¢s que turismo, no puedes trabajar en la miner¨ªa o en la agricultura. Y la educaci¨®n primaria y la secundaria son gratuitas, pero sucede que, a veces, si quieres realizar estudios superiores tienes que ir a centros que no est¨¢n en tu ciudad y vivir fuera. Es mucho dinero", afirma. "Estudiar algo relacionado con el turismo cuesta m¨¢s de 500 d¨®lares, es cuatro veces el salario medio. Y sin formaci¨®n cualificada, la vida es muy dif¨ªcil", describe la joven, que curs¨® contabilidad en Francistown, una ciudad a seis horas en coche de Kasane.
En Botsuana existen dificultades para obtener financiaci¨®n y visados de empleo para trabajadores extranjeros
Para crear empleo, el ministro de Turismo apuesta por "formas m¨¢s imaginativas" y recuerda que no solo su Ministerio es el responsable, tambi¨¦n lo son el de Finanzas, Trabajo y el departamento de inmigraci¨®n. "Necesitamos abrir el pa¨ªs y permitir que surjan nuevas ideas, y estas ideas vendr¨¢n con inversiones, permisos de trabajo y residencia". El ?ndice de facilidad para hacer negocios de 2017 del Banco Mundial posiciona Botsuana en el puesto 71 de 190, uno m¨¢s abajo que en el anterior. La raz¨®n radica en las dificultades para obtener financiaci¨®n y visados de empleo para trabajadores extranjeros y los altos costes de la electricidad. Estos son aspectos a mejorar.
Blackbeard, por su parte, recuerda que las empresas que arriendan territorio gubernamental tienen como obligaci¨®n contratar a cierta cantidad de personas dentro de la comunidad y tambi¨¦n que un 6% de las ganancias estatales en el sector tur¨ªstico se destina a la poblaci¨®n local, a crear hospitales, escuelas, etc. "Estas iniciativas acercan a la gente al turismo", sostiene.
Otra de las medidas que deb¨ªa haberse implementado en 2017 es crear una tasa tur¨ªstica que se pagar¨¢ al obtener el visado de entrada al pa¨ªs y que ir¨¢ destinada al sector. A¨²n no est¨¢ en vigor, pero Blackbeard asegura que es inminente. Son pasos peque?os y silenciosos y los obst¨¢culos est¨¢n ah¨ª, pero Botsuana no se rinde: quieren ganarse la medalla de oro del turismo sostenible. Por su propio bien, s¨ª, pero tambi¨¦n para dar ejemplo al resto del mundo.
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La realizaci¨®n de este reportaje ha sido posible gracias a la iniciativa Chimelong/OMT, un acuerdo entre la empresa de origen chino y la agencia de la ONU para fomentar la defensa del turismo sostenible y la conservaci¨®n de la vida salvaje a trav¨¦s de varias acciones, entre ellas la formaci¨®n de periodistas.
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