Violencia y f¨²tbol en el Magreb
El soci¨®logo Abderrahim Bourkia publica un libro sobre el fen¨®meno ultra en Casablanca
¡°La crisis de la violencia en el f¨²tbol en el norte de ?frica es esencialmente una crisis de la juventud¡±, asegura el soci¨®logo marroqu¨ª Abderrahim Bourkia, que ha acaba de publicar el libro Ultras dans la ville (Ultras en la ciudad: un estudio sociol¨®gico de la violencia urbana). Su ensayo es el resultado de una tesis en ciencias sociales sobre los fan¨¢ticos del f¨²tbol en Marruecos, supervisada por el antrop¨®logo Hassan Rachik: ¡°Mi estudio ha demostrado que la mayor¨ªa de las personas que cometen actos violentos en los partidos de f¨²tbol son j¨®venes de entre 13 y 24 a?os. Es probable que muchos de los norafricanos de entre 15 y 24 a?os est¨¦n desempleados¡±, aseguraba unas semanas atr¨¢s, en el marco de un encuentro con estudiantes de Ciencias Pol¨ªticas, en Rabat.
Bourkia trabaja como investigador del Laboratoire M¨¦diterran¨¦en de Sociologie (LAMES), de la Universidad francesa Aix-Marseille, y es miembro del Centre Marocain des Sciences Sociales (CM2S), pero antes que todo eso fue (y es) aficionado al f¨²tbol e hincha del equipo m¨¢s rutilante de Marruecos: el Raja Casablanca. ¡°Hablo de un ni?o de 9 a?os proveniente de un barrio popular de Casablanca que empez¨® a ir al estadio con su hermano mayor, que luego se escapa con los amigos del barrio a ver los partidos y que, como parte del grupo, asiste a cosas desagradables. Ese ni?o soy yo y por eso quise hablar de otro modo sobre los estadios, no del modo en que nos presentan otros periodistas¡±, lanza.
El inicio del fen¨®meno ¡®ultra¡¯ en el Norte de ?frica se data en T¨²nez, a mediados de la d¨¦cada del 90; en Marruecos nace el primer grupo de fans organizados hacia 2005. ¡°En 2010, hice trabajos en Alger y en T¨²nez, y hay muchas similitudes. El sistema sociopol¨ªtico es similar, con jerarqu¨ªas que capitalizan muchas cosas y una juventud que est¨¢ librada a s¨ª misma y quiere asomar la cabeza. En fin, un chico que no tiene perspectivas, que siente que su pa¨ªs lo aplasta, si tiene la posibilidad de vivir mejor va a robar. Abord¨¦ tambi¨¦n los acontecimientos de Port-Said, en Egipto, en los que los militares utilizaron el antagonismo entre los fans del Al Ahly y el Al Masry y se produjo una masacre por una raz¨®n de Estado. Achacar todo a los estadios o al f¨²tbol es una manera de enmascarar los errores de nuestro sistema, de no escucharlos. Lo que sucede en los estadios es un modo de expresi¨®n¡±, adelanta el experto. Y no solo en los estadios: el ¨²ltimo episodio de violencia ultra de los fan¨¢ticos del Raja Casablanca ocurri¨® a principios de mayo y fue dirigido contra los propios jugadores que ven¨ªan de perder un partido que los dej¨® sin opciones de liga. Esto, mientras Marruecos est¨¢ abocado a una importante campa?a para convertirse en sede del Mundial de F¨²tbol 2026.
El soci¨®logo entiende que los actos de violencia ¡°son marginales y tienen peor prensa que lo que se merecen¡± pero, s¨ª, a?ade que ¡°es cierto que se ha visto a un polic¨ªa tirando una silla, y un agente no deber¨ªa comportarse como un joven de la periferia que pierde los nervios¡±. En ese caso, los aficionados dicen que han sido provocados, como cuando los polic¨ªas intentan confiscar las camisetas. Seg¨²n su criterio, hace falta preparaci¨®n psicol¨®gica por parte del cuerpo policial. Tambi¨¦n est¨¢n los problemas de encierros y atropellos por puertas cerradas en los estadios; es decir, de mala gesti¨®n de la log¨ªstica y la seguridad en el caso de las multitudes en grandes espect¨¢culos. E insiste: ¡°Los ultras no son ¡®barrabravas¡¯ (al modelo de los grupos criminales), pero ya hemos empezado a ver en Marruecos que hay quienes comienzan a trabajar en campa?as electorales. No est¨¢n tan politizados como en Argentina o en Italia, pero para un joven que est¨¢ en el paro, ganar 200 dirhams (el equivalente a 20 euros) por una jornada de campa?a es una salida¡±.
El tambi¨¦n periodista comenta que empez¨® a viajar con los aficionados del Raja Casablanca como uno m¨¢s, para estudiar sus movimientos. ¡°?Pagabas el tren?¡±, lo interrumpe un estudiante de esos que ven lo que se cuece en los medios de transporte p¨²blicos marroqu¨ªes.
En el trayecto de la investigaci¨®n hubo, asimismo, cosas que le hicieron ver la cara festiva del fen¨®meno ¡®ultra¡¯, como el orgullo que conlleva la organizaci¨®n colectiva de una animaci¨®n visual en las gradas, por ejemplo. Junto a eso, ¡°hay una violencia que sobrevuela el ser aficionado, como este h¨¢bito de salir a buscar ¡®trofeos¡¯ que significa ni m¨¢s ni menos que ir a robar camisetas, banderas o bufandas de los simpatizantes del equipo contrario, algo que se sabe ¡®sagrado¡¯, o intimidar tratando de ¡®afeminados¡¯ a los otros, etc¨¦tera¡±.
En segundo t¨¦rmino, ¡°hay una violencia que viene de gente organizada que no tiene nada que ver con los aficionados, y que es algo oscuro para el observador. Esta no es una violencia que fabrica el estadio. Y as¨ª como la violencia en la escuela no es necesariamente violencia de la escuela, igual pasa en los estadios. Si una persona est¨¢ socializada en buenas pr¨¢cticas se comportar¨¢ de la misma manera en el estadio que en la calle. Entonces, lo que sucede es que no hacemos las preguntas correctas¡±, reclama Bourkia.
Hacer las preguntas correctas significa que desde este blog tambi¨¦n le demandemos una opini¨®n sobre el ¨²ltimo incidente de los ultras del Raja cortando la ruta y atacando a los jugadores y al t¨¦cnico de su equipo, en lo que el investigador califica de ¡°actos deplorables¡±. Esta violencia, nos dice, ¡°toma como reh¨¦n el espect¨¢culo futbol¨ªstico y nos da una imagen sobre una manera de ser en el medio deportivo, en particular, pero tambi¨¦n en el seno social, en general¡±.
Le preguntamos tambi¨¦n acerca de qui¨¦n se interes¨® por el ensayo en Marruecos, si hay responsables del ¨¢mbito educativo o deportivo que hayan tomado nota de sus investigaciones: ¡°Entre los que se interesaron por mi libro tuve la ocasi¨®n de encontrarme con investigadores e investigadoras que trabajan en el tema. Tambi¨¦n di una conferencia en el Instituto Real de Polic¨ªa de Kenitra. Estuvieron todos y todas entusiasmadas en el debate. Esto tendr¨ªa que desembocar en otra manera de proceder con los aficionados en los d¨ªas de partidos. Pienso que los responsables de la cosa futbol¨ªstica se habr¨¢n procurado tambi¨¦n un ejemplar del libro¡±. Para finalizar, Bourkia anuncia que comienza a trabajar en un proyecto que abarca todo el Mediterr¨¢neo.
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