Guillermo Solana: una naturaleza muy viva
El director art¨ªstico del Thyssen prepara un gazpacho mientras departe sobre los puntos de conexi¨®n entre la pl¨¢stica y la cocina. Dos disciplinas diferentes pero con concomitancias: ambas est¨¢n hechas para el disfrute.
LOS BODEGONES son, en el caso que nos trae, el g¨¦nero m¨¢s evidente: se trata de pinturas que representan frutas, verduras, animales o incluso elementos de la vajilla como copas o jarras. Pero no son estas las ¨²nicas obras de arte que se pueden encontrar en un museo relacionadas con la alimentaci¨®n. En el Thyssen-Bornemisza madrile?o, por ejemplo, han organizado en varias ocasiones un itinerario gastron¨®mico dentro de su colecci¨®n, en el que se pueden admirar desde piezas del siglo XV como una ?ltima cena de un seguidor del Maestro de la Virgo inter Virgines hasta una hamburgueser¨ªa hiperrealista recreada por el pincel casi fotogr¨¢fico de Richard Estes. ¡°En la pintura la cocina est¨¢ presente constantemente¡±, reconoce Guillermo Solana, director art¨ªstico de esta instituci¨®n que, junto con el Reina Sof¨ªa y el Prado, conforma el afamado tri¨¢ngulo del arte de la capital. ¡°Creo que tiene que ver con el hecho de que ahora el paradigma del placer en la cultura europea es el sexo, pero durante mucho tiempo fue la comida, porque entonces era mucho m¨¢s dif¨ªcil conseguirla: era m¨¢s escasa y m¨¢s inaccesible. Y a los ricos se les notaba porque eran orondos¡±.
Como explica Solana (Madrid, 1960), hombre elegante y de pelo cano que antes de llegar a la gerencia del Thyssen en 2005 fue profesor universitario y cr¨ªtico de arte, las naturalezas muertas pict¨®ricas han marcado tradicionalmente un s¨ªmbolo de hospitalidad. ¡°En la antigua Roma, cuando llegabas a una casa te dejaban en la habitaci¨®n unas aceitunas para que picaras. Como las frutas que se dejan hoy en los hoteles. Poco a poco se empez¨® a poner un cuadro o un mosaico con los objetos representados¡ y as¨ª surgieron los bodegones¡±. Sabiendo esto, sorprende menos el exquisito agasajo con el que me recibe en su museo. En una calurosa ma?ana de verano, aprovechamos el fresco a la sombra de las Terrazas del Thyssen (un bar-restaurante situado a las puertas de la pinacoteca) para hacer un intercambio de papeles. Hoy ser¨¢ ¨¦l quien se ponga el mandil para preparar un gazpacho cuya receta aprendi¨® de su madre. Del arte, como ¨¦l mismo explica, me hago cargo yo y, en realidad, nos hacemos cargo todos: todo depende de c¨®mo queramos entender el t¨¦rmino. ¡°A veces utilizamos la palabra para hablar de cualquier actividad que est¨¢ hecha con un grado de virtuosismo, con un oficio tan excelente que es extraordinario. Y en ese sentido se puede decir de la arquitectura, de la escultura, de la pintura o de la cocina, que es un arte¡±.
Por muy asequible que resulte preparar un gazpacho, tambi¨¦n hace falta una dosis de destreza que ¨¦l demuestra a pesar de su empe?o en subrayar su desconocimiento en materia culinaria. Adem¨¢s de f¨¢cil, una sopa fr¨ªa de tomate y hortalizas es un plato bien agradecido, sobre todo en los rigores del verano. En esos terrenos de sencillez y autenticidad se mueve el paladar de Solana y tambi¨¦n, por lo que cuenta, el de su jefa, Carmen Cervera, quien cre¨® la colecci¨®n del museo junto a su difunto marido, el bar¨®n Thyssen. Cuenta Solana que Cervera, conocida como Tita, se suele decantar por una cocina sin ambages. ¡°Tiene un gusto muy sencillo. Una cosa que hay siempre en su casa y me gusta mucho son las ensaladas de apio y queso parmesano, que son deliciosas y no pueden ser m¨¢s f¨¢ciles de preparar. Este plato lo sirve en su casa de Sant Feliu, un entorno donde te encuentras en la gloria. A m¨ª siempre me ha gustado ir all¨ª porque te permite soltarte: te relajas y autom¨¢ticamente adoptas una actitud diferente ante la vida. Y la comida es muy importante como parte de eso¡±.
Si bien es posible encontrar muchos puntos de conexi¨®n entre arte y gastronom¨ªa, lo cierto es que tambi¨¦n se pueden detectar grandes diferencias. ¡°Lo que envidio de la cocina es el tejido con el que cuenta: los museos est¨¢n en cierto modo separados de la realidad de la gente, pero no as¨ª la cocina, que est¨¢ muy metida en la cotidianidad. Ahora todo el mundo se ha refinado en sus gustos culinarios y quiere ir a sitios especiales. Sin embargo, la crisis ha hecho que muchas ferias, galer¨ªas, mucho coleccionismo¡ hayan desaparecido¡±.?
Gazpacho con arte
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS
1,50 EUROS POR PERSONA
¨C 4 mendrugos de pan.
¨C 1 kilo de tomates pera.
¨C 1 pimiento verde italiano.
¨C 1 pepino peque?o.
¨C 1 diente de ajo.
¨C 1 cebolleta.
¨C Vinagre de Jerez.
¨C Aceite de oliva arbequina.
¨C Sal.
¨C Agua.
1. Mojar los mendrugos de pan en vinagre (al gusto).
2. Escaldar los tomates durante unos segundos en agua hirviendo, pelar y cortar. Trocear el pimiento quit¨¢ndole las pepitas, pelar el pepino y cortar en rodajas. Pelar el diente de ajo y quitar la simiente.
3. A?adir los ingredientes a un recipiente de batidora. Mientras se bate, a?adir poco a poco el aceite (medio vaso aproximadamente) para que la mezcla emulsione.
4. A?adir agua bien fr¨ªa y sal al gusto
y volver a triturar.
5. Picar finamente un poco de tomate, pimiento, pepino, cebolleta y pan duro y servir en cada plato con un chorro de aceite.
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