Rosa Montero, ¡®Petra¡¯ y ¡®Carlota¡¯, contacto animal

CONTABA ROSA Montero en su columna del 2 de septiembre en El Pa¨ªs Semanal que su teckel fue atropellada durante las vacaciones. Petra, que as¨ª se llama la peque?a, est¨¢ ya mejor. Antes del accidente, la escritora hablaba de ella para esta secci¨®n. Se la regalaron unas amigas cuando hace tres a?os muri¨® Bruna, una perra de la misma raza con la que vivi¨® tres lustros. Su nombre ha quedado inmortalizado en el personaje de Bruna Husky, protagonista de una saga de la autora cuya tercera entrega, Los tiempos del odio, ver¨¢ la luz el 30 de octubre. ¡°Bruna ha sido la perra de mi vida¡±, dice la periodista madrile?a con la mirada fija en una de las fotograf¨ªas del animal que cuelgan en su despacho. Petra permanece agazapada tras sus piernas. En un momento que su due?a se ausenta del sal¨®n, se queda petrificada, haciendo honor a su nombre. ¡°Vive aterrada y es algo neur¨®tica. Incluso la et¨®loga le ha dado ansiol¨ªticos¡±, comenta la ganadora del Premio Nacional de las Letras 2017. Hoy, con varias v¨¦rtebras rotas y ocho clavos en su cuerpo, la miedosa Petra demuestra un empe?o por recuperarse que sorprende a veterinarios y fisioterapeutas.

La otra compa?era canina de Montero es Carlota. Maltratada de cachorra, tiene m¨¢s de 12 a?os y hace 10 que lleg¨® a casa. La recogi¨® en el refugio ANAA y durante meses no se dejaba tocar. ¡°Ahora es un sinapismo ¡ªpersona que exaspera¡ª, todo el rato pegada a m¨ª¡±, r¨ªe mientras la abraza. Ya de ni?a, como no pod¨ªa tener perro (¡°mi familia no ten¨ªa dinero¡±), sobaba a todos los de la calle. Despu¨¦s de 40 a?os viviendo con ellos, mantiene esa vieja costumbre. Sobre todo, cuando viaja y extra?a a los suyos. ¡°Necesito ese contacto animal¡±.