?Son t¨®xicos los perfumes? Desmontando el movimiento 'antifragancias'
Los compuestos con los que se realizan perfumes, detergentes, ambientadores y otros productos arom¨¢ticos favorecen a la contaminaci¨®n urbana. Pero, ?perjudican a la salud?
Aunque puedan parecer minoritarios, los movimientos como los activistas antiperfume o el de las casas libres de t¨®xicos llevan a?os protestando contra el uso de productos sint¨¦ticos en la elaboraci¨®n de fragancias para uso personal y dom¨¦stico. Su argumento se basa en que estos aromas pueden favorecer el desarrollo de alergias y otras enfermedades respiratorias. Tanto es as¨ª, que, aunque no se trate de una medida oficial, en lugares como Halifax (Canad¨¢) algunas empresas han implementado pol¨ªticas de espacios "libres de perfumes" y algunos ciudadanos han denunciado a otros por acudir a sus puestos de trabajo habiendo usado, por ejemplo, desodorante. Pero, ?hasta qu¨¦ punto es cierto que esas fragancias elaboradas con materiales sint¨¦ticos suponen un riesgo para nuestra salud?
Desde la ciencia, "la dicotom¨ªa 'sint¨¦tico' versus 'natural' es una falacia", advierte Rafael Bail¨®n, profesor titular de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica en la Universidad de Granada y experto en I+D+i de productos en perfumer¨ªa y cosm¨¦tica. Seg¨²n este especialista, las composiciones surgen a partir de una mezcla compleja cuya elaboraci¨®n implica tanto aceites esenciales y extractos de origen vegetal y animal como sustancias procedentes de esas fuentes, extra¨ªdas directamente o sintetizadas, por lo que no caben las diferencias: un perfume que contenga solo aceites o extractos naturales no significa que sea mejor o peor para la salud que el perfume sint¨¦tico. Adem¨¢s, apunta que "se clasifiquen como se clasifiquen, los componentes de los perfumes contienen mol¨¦culas que est¨¢n normalmente en la naturaleza y esas mismas sustancias pueden haberse sintetizado o extra¨ªdo de una fuente natural y son indistinguibles".
As¨ª, por ejemplo el aceite esencial de bergamota, un extracto natural procedente de este c¨ªtrico que se cultiva principalmente en Italia y que huele a la t¨ªpica agua de colonia que todos conocemos, tiene efectos fotosensibilizantes y en algunas personas puede provocar graves quemaduras. En cambio, el acetato de isoamilo, que suele sintetizarse industrialmente mediante la esterificaci¨®n de Fischer a partir del ¨¢cido ac¨¦tico glacial y el alcohol isoam¨ªlico, no supone ning¨²n problema para la salud.
Lo natural y lo artificial, entre los prohibidos
Las sustancias que contienen pueden ser aceites esenciales de plantas a partir de mezclas muy complejas de mol¨¦culas de muy diversos tipos, como los extractos vegetales de distintas partes de plantas y frutos o extractos animales, normalmente de gl¨¢ndulas.
"La frontera entre lo natural y lo no natural es imprecisa y arbitraria. Extraer el aceite esencial m¨¢s natural necesita procesos fisicoqu¨ªmicos con mayor o menor grado de intensidad: extracci¨®n por arrastre de vapor, extracci¨®n con disolventes, o enfleurage, extracci¨®n a partir de flores con grasas. La etiqueta "natural" no es m¨¢s que un constructo comercial que pretende evocar al consumidor recuerdos id¨ªlicos de que la naturaleza siempre es buena y todo lo alejado de ella es siempre malo, sin contar que la cicuta y el veneno de las serpientes son naturales y tambi¨¦n venenos muy peligrosos", explica este experto.
Una sustancia peligrosa para unas personas no lo es para otras
Defender la eliminaci¨®n de los perfumes suele relacionarse con la quimiofobia, el miedo a todo lo que suene a qu¨ªmico, sin base cient¨ªfica, aclara Bail¨®n: "Un perfume puede contener mol¨¦culas que puedan dar problemas puntuales a ciertas personas por su sensibilidad, pero esto no implica que todos los perfumes sean igual de peligrosos para todas las personas ni en todas las circunstancias".
Para ilustrarlo, valga el ejemplo de la cumarina, una mol¨¦cula presente en vegetales como las coles y en alguna especia, como la canela. "A personas especialmente sensibilizadas les puede producir, sobre todo cuando se exponen al sol, hinchaz¨®n e irritaciones d¨¦rmicas que pueden llegar a ser graves. Pero le ocurre a una minor¨ªa, por lo que no hay motivo para prohibir totalmente los perfumes con cumarina. Del mismo modo que no se prohibe el consumo de coles, coliflores o la canela", se?ala Bail¨®n.
Sin embargo, existen leyes que regulan el uso de las sustancias en los perfumes y, aclara el experto, "son muy estrictas". Para toda sustancia y aplicaci¨®n, la Uni¨®n Europea cuenta con la norma REACH, para proteger la salud humana y el medio ambiente del posible riesgo de la utilizaci¨®n de productos qu¨ªmicos. La cantidad l¨ªmite permitida en productos como los ambientadores o de higiene ¨ªntima depende de las sustancias consideradas y su aplicaci¨®n.
Como reflejan los est¨¢ndares de la Asociaci¨®n Internacional de Fragancias (IFRA), cuya base de datos recoge todos los compuestos que se proh¨ªben y restringen y las especificaciones de los admitidos, lo artificial y lo natural, tanto sustancias de s¨ªntesis como extractos y aceites esenciales, forman parte del listado de las prohibidas y restringidas. Para Bail¨®n, se trata de la "prueba palmaria" de que el hecho de que algo sea sint¨¦tico o natural no tiene nada que ver con que sea bueno o malo para la salud, adem¨¢s de desmontar las cr¨ªticas de descontrol u oscurantismo.
?Contaminan tanto como los coches de las ciudades?
Algunos art¨ªculos, como un estudio de la Universidad de Melbourne (Australia), apuntan a los ambientadores como propagadores de part¨ªculas contaminantes. "Incluso pueden favorecer la formaci¨®n de ozono [uno de los principales gases de efecto invernadero]. Muchos de esos productos contienen terpenos, hidrocarburos que generan los propios ¨¢rboles en los bosques y que ante la insolaci¨®n tambi¨¦n favorecen la formaci¨®n de ozono", se?ala Joan O. Grimalt, profesor de Qu¨ªmica Ambiental del Centro de Investigaci¨®n y Desarrollo en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CID-CSIC).
Otras investigaciones recientes advierten de que las emisiones de productos del hogar o de la higiene rivalizan con la contaminaci¨®n producida por el tr¨¢fico en las ciudades. Aunque, apunta Grimalt, "esto se debe a que las emisiones del tr¨¢fico est¨¢n bajando, pero hay que evaluar el impacto de estos productos".
La formaci¨®n de part¨ªculas en el aire entro de las casas no es bueno, se?ala Grimalt, pero "no se puede afirmar que los ambientadores y dem¨¢s productos perfumados supongan un grave problema ambiental" y matiza: "Dentro de los hogares, la concentraci¨®n siempre es mayor al haber menos ventilaci¨®n, y se relaciona con alergias, pero son casos puntuales". Este experto en qu¨ªmica ambiental recomienda que, en caso de aparecer una reacci¨®n, se deje de usar el producto que la haya podido provocar. Pero no debe generalizarse como un problema con los productos qu¨ªmicos. Se necesita profundizar todav¨ªa en el conocimiento e investigar m¨¢s".
Para Bail¨®n, tampoco hay raz¨®n para dejar de consumir productos perfumados. "Si es un detergente o un producto de limpieza siempre es agradable tener un resultado final con buen olor ya que produce satisfacci¨®n. Si es un cosm¨¦tico o una colonia, es un placer oler bien, como es tambi¨¦n un placer ir limpio, bien vestido y con una sonrisa en la boca", concluye.
En octubre de 2013, varias organizaciones de consumidores europeas asociadas con la OCU realizaron un estudio en el que, tras analizar 22 productos, concluyeron que los ambientadores de quemar, los aceites y los inciensos para aromatizar estancias empeoran la calidad del aire tanto como el tabaco porque emiten sustancias alerg¨¦nicas y nocivas como el benceno y el formaldeh¨ªdo, de forma similar a la de una sala de fumadores.
Pero, explica Bail¨®n, que "en este tipo de productos el problema no es el perfume en s¨ª, sino las transformaciones qu¨ªmicas que se producen en la combusti¨®n, que es lo peligroso". Por esto, al experto no le extra?a que al quemarse liberen benceno y otros qu¨ªmicos: "Los humos sean de incienso, sean de tabaco o sean de madera no son recomendables".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.