Gestionar el agua en la regi¨®n m¨¢s h¨²meda del pa¨ªs m¨¢s lluvioso
En El Choc¨®, uno de los departamentos m¨¢s olvidados de Colombia, escasean servicios b¨¢sicos como el saneamiento
En El Choc¨®, el departamento m¨¢s h¨²medo de Colombia, el pa¨ªs m¨¢s lluvioso del mundo, dicen que en invierno hay precipitaciones todo el d¨ªa y, en verano, todos los d¨ªas. Uno de los grandes problemas de sus habitantes, sin embargo, es el agua: la residual no se trata y la potable escasea.
No hay forma de llegar por carretera a la mayor¨ªa de las poblaciones de esta tierra donde nueve de cada 10 personas son afrodescendientes. En coche, para recorrer los 600 kil¨®metros que separan a Quibd¨®, su capital, de Bogot¨¢, son necesarias unas 15 horas de trayecto. Buena parte de ellas transcurren entre una densa jungla tropical que, desde el cielo, se ve como un enorme mar de un verde tupido atravesado por multitud de r¨ªos y afluentes que conectan las peque?as poblaciones entre s¨ª.
Pero la mayor distancia no es la f¨ªsica. Es la que hay entre el Estado y los habitantes de un departamento (el equivalente en Espa?a a una comunidad aut¨®noma) que ha sido casi siempre olvidado. Una zona que sufri¨® los rigores de la guerra de medio siglo con las FARC y otras guerrillas, las cuales aprovecharon la ausencia de autoridad para imponer la suya.
De las 126.000 personas que viven en Quibd¨®, menos de la mitad cuenta con un grifo en casa del que brote agua potable. Y solo los residuos de un 15% van a parar a una alcantarilla. La mayor¨ªa llegan directos a las quebradas (arroyos), cuyos cauces son insuficientes para diluir los desechos humanos. La insalubridad y el mal olor se perciben con solo acercarse a algunos de ellos, especialmente en los barrios m¨¢s humildes, donde los vecinos se agolpan en lugares que quedan inundados cuando crece el caudal.
Para paliar estas desigualdades de acceso a servicios b¨¢sicos, el Gobierno colombiano puso en marcha en 2014 el plan Todos somos Pazc¨ªfico, que persigue articular proyectos de desarrollo en Choc¨® y los otros tres departamentos (Valle del Cauca, Cauca y Nari?o) de la costa oeste del pa¨ªs, con financiaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, que aportan 231,4 y 188,6 millones de d¨®lares respectivamente.
El an¨¢lisis que realiz¨® el Gobierno indic¨® que las mayores brechas est¨¢n en los servicios p¨²blicos domiciliarios: solo el 44% de la poblaci¨®n en esta regi¨®n tiene acceso a agua potable, 49% a alcantarillado y 27% a energ¨ªa el¨¦ctrica. ¡°Los problemas econ¨®micos y sociales est¨¢n acentuados por la condici¨®n de dispersi¨®n de la poblaci¨®n y la ruralidad de sus municipios. En Choc¨®, Cauca y Nari?o, entre el 40% y 80% de los habitantes tiene necesidades b¨¢sicas insatisfechas, inseguridad en zonas urbanas y rurales y desarticulaci¨®n con el resto del territorio nacional. La zona del litoral requiere de una transformaci¨®n social y econ¨®mica que permita mejorar sus condiciones de vida, desarrollar competitivamente su potencial para actividades productivas sostenibles, e integrarla con el resto del pa¨ªs y la cuenca del Pac¨ªfico¡±, explica Edgar Orellana, que asesora la implementaci¨®n del plan desde el BID.
Uno de los proyectos que financia su instituci¨®n acaba de echar a andar. Es el saneamiento de Quibd¨®, que va a pasar de una cobertura del 15% al 51%. Las obras comenzaron hace unos meses y estar¨¢n previsiblemente terminadas en cuatro a?os. Mucho antes se ampliar¨¢ la cobertura de agua potable, que llegar¨¢ al 95% de los habitantes el a?o que viene, seg¨²n cuenta su alcalde, Isa¨ªas Chal¨¢. Cuando se le pregunta cu¨¢ndo podr¨ªa alcanzar esta misma cobertura la red cloacal pausa por un segundo su acelerado discurso: ¡°Eso es algo muy lejano¡±.
La regi¨®n Pac¨ªfico de Colombia
La costa oeste de Colombia est¨¢ conformada por la franja costera de la Regi¨®n Pac¨ªfico, a la que pertenecen los departamentos de Cauca, Choc¨®, Nari?o y Valle del Cauca. La regi¨®n aporta el 2% del Producto Interior Bruto del pa¨ªs, con poblaci¨®n estimada de 1,6 millones, equivalente al 3,2% de la poblaci¨®n del pa¨ªs (90% es afrodescendiente, 6% mulato o mestizo, y 4% ind¨ªgena). Es una regi¨®n con alto potencial de recursos naturales, diversidad ¨¦tnica y cultural, y localizaci¨®n geogr¨¢fica estrat¨¦gica privilegiada entre el sistema de ciudades de Antioquia, la Zona Cafetera y del Valle del Cauca. Esto permite al pa¨ªs ser parte de la Cuenca del Pac¨ªfico y conectarlo a los mercados de Asia, Australia y Nueva Zelanda.
Cubrir a la mitad de la poblaci¨®n ya es todo un desaf¨ªo en una ciudad donde la mayor parte de las calles son de tierra y en la que en cualquier momento el cielo se viene abajo en forma de una tormenta tropical que hace imposible continuar los trabajos. ¡°Es una tarea lenta y compleja, de rendimientos bajos. Adem¨¢s de la lluvia, que es casi diaria, Quibd¨® es una ciudad muy comercial con mucha congesti¨®n de tr¨¢fico y pocas v¨ªas alternativas, por lo que abrir ciertas calles supone un verdadero desaf¨ªo. Hay una importante labor de comunicaci¨®n con vecinos y comerciantes¡±, relata Jackeline Meneses, ingeniera de la Unidad Nacional para la Gesti¨®n del Riesgo de Desastres del Gobierno de Colombia, que articula el plan Todos somos Pazc¨ªfico.
Antes de llegar a las calles m¨¢s c¨¦ntricas, las obras han comenzado por los barrios m¨¢s humildes de la ciudad. En Kennedy, donde se est¨¢n instalando las tuber¨ªas, el problema no son los comerciantes, sino las bandas y la delincuencia. Yansi Andrade, que lidera el componente social sobre el terreno, explica que para sortear estas dificultades es imprescindible la comunicaci¨®n constante con los vecinos. ¡°Una de las premisas es contratar a personas del barrio para que est¨¦n implicadas. Tambi¨¦n implicamos a los ni?os para que se familiarizasen con las obras y no supusieran un peligro para ellos¡±, asegura.
Cuando comenzaron, los robos de material y gasolina eran constantes. ¡°Logramos que algunos l¨ªderes se vincularan y ellos mismos nos ayudan a recuperar lo sustra¨ªdo y a evitar que se repitan estos incidentes¡±, apostilla el ingeniero Remy Castillo.
Solo un 44% de la poblaci¨®n de la regi¨®n Pac¨ªfico tiene acceso a agua potable, un 49% a alcantarillado y un 27% a energ¨ªa el¨¦ctrica
Uno de los retos es que la ciudadan¨ªa comprenda las molestias de unos trabajos cuyos resultados no parecen tan palpables como podr¨ªa ser el asfaltado de las calles o la iluminaci¨®n, que tambi¨¦n es una demanda vecinal antigua para mejorar la seguridad. Javier Vadoyes, portavoz del barrio Kennedy, cuenta que su misi¨®n en este proyecto es hablar con los habitantes para concienciarnos de que se trata de ¡°un bien para la ciudad¡±.
¡°Mucha gente no se da cuenta, pero no es lo mismo que los excrementos vayan a las quebradas que fuera¡±, dice V¨ªctor S¨¢nchez, del barrio Rosales. Algunos de sus vecinos se han negado a que los operarios entren en su casa para hacer las labores necesarias para la obra, precisamente porque no ven necesidad. Mientras, el arroyo que tienen al otro lado de la casa, donde muchos incluso pescan para subsistir, contin¨²a acumulado podredumbre.
Cuando est¨¦ listo el sistema de alcantarillado, estos desechos ir¨¢n a parar al r¨ªo Atrato. No pasar¨¢n por una planta de tratamiento, algo que no est¨¢ previsto hasta dentro de una d¨¦cada, pero su enorme caudal hace que el impacto de los residuos sea ¡°m¨ªnimo¡±, en palabras de la ingeniera Meneses.
El agua potable y el saneamiento son un m¨ªnimo imprescindible para el desarrollo, pero con ello no basta. El alcalde de Quibd¨®, la ciudad con m¨¢s desempleo del pa¨ªs (casi un 18%), mira al Gobierno central para pedir planes de desarrollo productivo: ¡°Aqu¨ª la inversi¨®n privada no viene, nos hace falta un impulso p¨²blico para ofrecer trabajo a nuestros vecinos¡±.
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