
Fumar y otras 11 cosas por las que nos duele la espalda
C¨®mo identificar el dolor y c¨®mo tratarlo

"Tres de cada cuatro personas sufrir¨¢ dolor de espalda en alg¨²n momento de su vida, asegura Miguel ?ngel Plasencia, jefe de la Unidad de Columna de Cl¨ªnica Cemtro. Aunque lo m¨¢s habitual es que "sean molestias mec¨¢nicas pasajeras", aclara Pablo Garc¨ªa Ib¨¢?ez, m¨¦dico del servicio de Cirug¨ªa Ortop¨¦dica y Traumatolog¨ªa del Hospital Universitario de M¨®stoles, la prevalencia es alta. Sobre todo en el dolor lumbar, que ¡ªseg¨²n una serie de estudios publicados por la revista The Lancet¡ª afecta a un 80% de la poblaci¨®n adulta alguna vez en su vida y es, indica la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo y que afecta a la capacidad de desempe?ar las tareas en el trabajo y en los dem¨¢s ¨¢mbitos de la vida.
Identificar las causas es complicado, aclaran los investigadores de los trabajos publicados en la prestigiosa revista. Pero lo m¨¢s habitual, lejos de encontrarse en problemas vertebrales o infecciones, est¨¢ en las caracter¨ªsticas que definen un estilo de vida sedentario: falta de ejercicio f¨ªsico, el tabaquismo o el sobrepeso. Con ayuda de Placencia, Garc¨ªa Ib¨¢?ez y Jos¨¦ Serrano, tambi¨¦n del servicio de Cirug¨ªa Ortop¨¦dica y Traumatolog¨ªa del Hospital Universitario de M¨®stoles, identificamos las causas m¨¢s frecuentes y sus caracter¨ªsticas.

No solo los estudios publicados en The Lancet apuntan en esta direcci¨®n. Son muchas las investigaciones, incluido un metan¨¢lisis en el que se han repasado 95 estudios, apuntan a que la obesidad aumenta la incidencia del dolor de espalda, tanto espor¨¢dico como cr¨®nico, y la necesidad de buscar ayuda por este problema.
Lo que ocurre, explica Plasencia, es que "el sobrepeso y la falta de actividad incrementan la presi¨®n que absorbe la columna ¡ªtanto los discos como las articulaciones¡ª y favorece la aparici¨®n de cambios degenerativos precoces". El m¨¢s com¨²n de los dolores causados por el sobrepeso es el lumbar ¡ªen la parte inferior de la espalda¡ª, seguido por el de la ruptura de los discos, que tambi¨¦n suele darse en la parte inferior de la espalda, apunta una investigaci¨®n realizada por expertos de Universidad de Cornell (EE UU).
Combatirlo es tan sencillo como "desterrar los h¨¢bitos de una vida sedentaria", aclara Serrano. Una actividad tan sencilla como caminar, explicaba a El Pa¨ªs Semanal Pablo Clavel, neurocirujano especialista en columna, "es lo mejor que podemos hacer para salvar nuestras espaldas". Eso s¨ª, recuerde que para que andar le sirva como una sesi¨®n de gimnasio tendr¨¢ que ir a m¨¢s de 4,8 km/h y andar al menos 150 minutos a la semana.

"Existe una asociaci¨®n significante entre el consumo de tabaco y el dolor de espalda", concluye un estudio realizado por la Universidad Nacional de Ciencias de la Salud (EE UU) en colaboraci¨®n con otras instituciones estadounidenses. Y lo corrobora Plasencia: "Fumar constituye otro factor de riesgo de padecer dolor lumbar y degeneraci¨®n del disco intervertebral¡±. Adem¨¢s, este h¨¢bito favorece a que los dolores se cronifiquen, seg¨²n un trabajo de la Universidad de Medicina de Chicago.
Dejar de fumar es la ¨²nica forma de combatir el origen de los dolores de espalda que est¨¢n relacionados con el tabaquismo. Adem¨¢s, su salud mejorar¨¢ en muchos otros aspectos: ir¨¢n desapareciendo la tos y la fatiga, se reducen los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares y c¨¢ncer de pulm¨®n, mejoran la frecuencia cardiaca y la tensi¨®n arterial, y ¡ªlo dice la ciencia¡ª tendr¨¢ mejores orgasmos.

La mala higiene postural cuando se est¨¢ sentado o de pie tambi¨¦n causa dolores de espalda, indica Jos¨¦ Serrano: "Si se produce una cinem¨¢tica alterada de la columna ¡ªes decir, una mala postura¡ª, la faceta articular, que es la articulaci¨®n que hay entre v¨¦rtebra y v¨¦rtebra, y la c¨¢psula que la recubre se pueden da?ar y producir dolor".
Una vez m¨¢s el sedentarismo puede tener que ver. Desde Harvard explican que pasarse todo el d¨ªa sentado delante del ordenador puede producir tensi¨®n en los m¨²sculos y derivar en dolor de espalda. Aunque tambi¨¦n puede pasar al adquirir una mala postura cuando levantamos peso.
"Afortunadamente se puede hacer mucho para resolver este problema", aclaran desde Harvard. Y no solo se trata de estar en un peso adecuado y realizar ejercicio. Debemos estar atentos a nuestra postura. Tanto cuando estemos de pie como sentados debemos fijarnos en que nuestra columna est¨¦ recta sin curvaturas demasiado marcadas ni en la zona cervical ¡ªa la altura de la nuca¡ª ni en la zona lumbar.

Por edad, los que m¨¢s presentan este dolor son los ni?os y los adolescentes, sobre todo las chicas, explican los expertos. "Se debe a factores de riesgo espec¨ªficos de esta ¨¦poca de la vida como el uso de mochilas, el peso de las mismas, o la regulaci¨®n de la altura de las sillas en los colegios", comenta Garc¨ªa Ib¨¢?ez.
De media, los ni?os llevan 4,5 kilos a sus espaldas. La recomendaci¨®n de la OMS es que la mochila no supere el 10% o el 15% del peso del menor. Es decir, si su hijo pesa 30 kilos, no debe cargar con m¨¢s de tres en su espalda. Algo que se supera en el 80% de los casos. Y las de ruedas no est¨¢n exentas de debate: aunque no se ha estudiado lo suficiente, al tirar solo con un brazo, el peso se distribuye de forma desigual en la espalda.
Entre las soluciones, que a¨²n se est¨¢n buscando, se plantea que los libros de texto sean trimestrales uno anuales.

M¨¢s de 300 millones de personas en el mundo sufren depresi¨®n y m¨¢s de 260 millones, ansiedad, seg¨²n los datos de la OMS. Los s¨ªntomas habituales de estas enfermedades mentales son la tristeza, la p¨¦rdida de inter¨¦s, los sentimientos de culpa, la falta de autoestima, los trastornos del sue?o y del apetito, la sensaci¨®n de cansancio o la falta de concentraci¨®n. Adem¨¢s, las personas que tienen depresi¨®n o ansiedad tienen mayor riesgo de desarrollar dolores de espalda en el futuro, seg¨²n una revisi¨®n sistem¨¢tica realizada por la Universidad de Sydney.
Aunque no se sabe el motivo, dice Plasencia: "No se conoce con exactitud la relaci¨®n causal pero puede deberse a una somatizaci¨®n o intento de rentabilizar su enfermedad mental". Serrano puntualiza: "El dolor no es siempre lo que ocurre en el resto del cuerpo, sino lo que el cerebro percibe seg¨²n las emociones y creencias. La ansiedad, la depresi¨®n, el miedo y otras variantes psicol¨®gicas pueden aumentar la percepci¨®n del dolor agudo y cr¨®nico. Y puede ser la causa del fracaso del tratamiento rehabilitador".

Una de las causas m¨¢s frecuentes del dolor dorsal y "dependiendo de la intensidad de los mismos y del estado basal del paciente, tendr¨¢n mejor o peor pron¨®stico y ocasionar¨¢n m¨¢s o menos secuelas", asegura Garc¨ªa Ib¨¢?ez. Es decir, "ante el mismo traumatismo una persona joven y sana puede sufrir nada m¨¢s que una simple contusi¨®n, mientras que en una persona con osteoporosis puede ser causa de una fractura", a?ade.
La contusi¨®n no tiene que ser directamente en la espalda, explica Garc¨ªa Ib¨¢?ez: "Los golpes en los costales tambi¨¦n pueden ser causa de dolor dorsal si afecta a la parte posterior de la costilla o a su uni¨®n con la columna". Plasencia tambi¨¦n apunta a las fracturas ocultas para estos padecimientos: "Son causa de dolor dorsal agudo e intenso incluso en reposo y se asocian a una osteoporosis vertebral".

Esta condici¨®n se trata de una curvatura hacia los lados de la columna vertebra, o bien en forma de S o en forma de C. Afecta m¨¢s a las mujeres que a los hombres y normalmente aparece al final de la ni?ez o en la adolescencia.
Por s¨ª misma, esta deformidad de la espalda no causa dolor, aunque es frecuente que las personas que la tengan se quejen de molestias, explican los expertos. De hecho, seg¨²n un estudio llevado a cabo en 1981, la incidencia de dolor de espalda en pacientes con escoliosis es del 59% y la gravedad del dolor aumenta a medida que la curvatura sea mayor. Sobre todo cuando supera los 45 grados.
El tratamiento para la escoliosis depende de cada paciente, apuntan desde la Scoliosis Research Society (EE UU).

Uno de los s¨ªntomas de los c¨¢lculos renales precisamente es el "dolor intenso en el costado y la espalda, debajo de las costillas", dice la web de la Cl¨ªnica Mayo. Plasencia dice que tambi¨¦n lo causan "otras enfermedades sist¨¦micas como una pancreatitis o una inflamaci¨®n de ovarios". Su principal caracter¨ªstica es que este tipo de molestia no mejora con el reposo.
En este caso el tratamiento tambi¨¦n var¨ªa seg¨²n el tipo de c¨¢lculo y de lo que lo haya causado, explican desde la Cl¨ªnica Mayo. Desde beber agua para limpiar el aparato urinario hasta tratamiento m¨¦dico. Sin duda, el m¨¢s curioso de todos es el de subirse a los vagones traseros en una monta?a rusa. Es la teor¨ªa de David Wartinger, ur¨®logo y profesor de la Universidad de Michigan, que observ¨® que muchos de sus pacientes que ten¨ªan c¨¢lculos renales los hab¨ªan eliminado al regresar de unas vacaciones en uno de los parques tem¨¢ticos de Orlando.

Un 30% de la poblaci¨®n tiene hernias discales, el problema viene cuando provocan dolor. "Entre un 0,15% y 4 % de los casos sintom¨¢ticos de hernias discales son dorsales y son m¨¢s frecuentes m¨¢s abajo en la columna", comenta Garc¨ªa Ib¨¢?ez. "La forma de presentaci¨®n cl¨ªnica de estas hernias puede ser similar algunas patolog¨ªas card¨ªacas o de algunas v¨ªsceras abdominales por lo que ante un cuadro de dolor dorsal con irradiaci¨®n o dolor referido se debe consultar al m¨¦dico de atenci¨®n primaria".
De aquellas que causan molestia, "solo hay que operar aproximadamente el 5% de las que se atienden en atenci¨®n primaria, y aproximadamente un 20% de las que son derivadas a un servicio de neurocirug¨ªa", seg¨²n explic¨® Francisco Kovacs, director de la Red Espa?ola de Investigadores en Dolencias de Espalda (REIDE), a El Pa¨ªs. En la mayor parte de casos, aclar¨® Kovacs, el dolor desaparece con un tratamiento de seis semanas.

La inflamaci¨®n o degeneraci¨®n de las facetas o articulaciones vertebrales constituyen una causa frecuente de molestias. "Habitualmente se presentar¨¢ como un dolor leve a moderado asociado a la actividad, a veces acompa?ando a determinadas posiciones mantenidas o movimientos repetidos", dice Garc¨ªa Ib¨¢?ez. Y contin¨²a: "Algunas caracter¨ªsticas que nos deben poner sobre aviso sobre nuestro dolor dorsal son que est¨¦ presente por la noche con una intensidad similar a la que tiene durante el d¨ªa; que se acompa?e de una sensaci¨®n de rigidez que dura m¨¢s de 30 o 60 minutos; que se acent¨²e o aplaque con actividades que no tienen que ver con la actividad f¨ªsica (comer, por ejemplo); que no se mitigue con analg¨¦sicos; que tenga una calidad distinta del dolor mec¨¢nico habitual (quemaz¨®n, calambre, escozor...)". En cualquiera de estos casos hay que consultar al m¨¦dico para descartar que no sea una artritis inflamatoria, un problema visceral o un cuadro con componente neurol¨®gico.

La osteoporosis no duele, pero s¨ª sus consecuencias. Es decir, las fracturas que puedan darse por la fragilidad ¨®sea, explica Plasencia: "Es un factor de riesgo para sufrir una fractura vertebral oculta ante un m¨ªnimo traumatismo y generar dolor dorsal intenso".
No es para tomarlo a broma, seg¨²n un estudio del Hospital San Cecilio (Granada), en Espa?a dos millones de mujeres y 800.000 varones presentan osteoporosis. Y, seg¨²n la National Osteoporosis Foundation, el 50% de las mujeres tendr¨¢n una fractura derivada de la osteoporosis en alg¨²n momento de su vida.
"La fractura vertebral osteopor¨®tica se suele tratar sin cirug¨ªa, realizando reposo en cama, medicaci¨®n analg¨¦sica, uso de cors¨¦ para prevenir deformidades y f¨¢rmacos. Actualmente a este tratamiento se ha a?adido la posibilidad de procedimientos m¨ªnimamente invasivos que suponen una mejora m¨¢s r¨¢pida de la calidad de vida, funci¨®n, movilidad y dolor", concluye Serrano.