?Por qu¨¦ la izquierda ha tirado la toalla en el debate migratorio?

Cuando Hillary Clinton sugiri¨® esta semana en The Guardian que la izquierda europea necesita ¡°controlar mejor las migraciones para combatir la amenaza creciente del populismo de derechas¡±, lo ¨²nico que estaba haciendo es expresar en p¨²blico lo que muchos otros pol¨ªticos de su ¨®rbita dicen en privado. Desde luego, lo que me dijeron a m¨ª y a otros participantes en una reuni¨®n organizada en Bruselas por FEPS, uno de los think tank de referencia de los partidos socialistas europeos. Convocados por una pregunta tan corta como endemoniada ¨Cc¨®mo construir una narrativa migratoria progresista¨C, nuestro peque?o guateque de pol¨ªticos socialdem¨®cratas y expertos no alineados se convirti¨® en una constataci¨®n del alarmante desarme ideol¨®gico de la izquierda en este ¨¢mbito.

Dejando a un lado el inspirador discurso portugu¨¦s, las intervenciones de los pol¨ªticos socialistas europeos (alemanes, franceses, holandeses, h¨²ngaros) fueron un monumento al derrotismo. Las referencias al ¡°suicidio electoral¡±, ¡°la infeliz decisi¨®n de Merkel [sobre refugiados] en 2015¡± o ¡°las migraciones fuera de control¡± salpimentaban una l¨®gica revisionista que apunta en una ¨²nica direcci¨®n: en palabras de un representante alem¨¢n, ¡°reconocer que la gente tiene miedo¡± y ¡°escorarse a la derecha a partir de ahora¡±.

?A partir de ahora? ?Pero en qu¨¦ momento han dejado de hacerlo a lo largo de mal llamada ¡®crisis de los refugiados¡¯? La acci¨®n o la omisi¨®n de la izquierda europea ha contribuido a convertir el gesto de Merkel en una nota heroica dentro del fracaso hist¨®rico de la respuesta de Europa ante una crisis humanitaria. Desde Londres a Lesbos y desde Budapest a Madrid, partidos y gobiernos socialdem¨®cratas han callado o actuado para construir decenas de campos de detenci¨®n y deportaci¨®n, perpetuar pr¨¢cticas ilegales como las devoluciones en caliente, obstaculizar el trabajo humanitario de las ONG o poner el sistema europeo de ayuda al desarrollo al servicio imp¨²dico del control migratorio en pa¨ªses terceros. En alg¨²n caso particularmente grave, como el del laborismo vintage de Jeremy Corbyn, los socialistas han hecho una interpretaci¨®n de la defensa de los trabajadores aut¨®ctonos que se alinea de facto con la antinmigraci¨®n de los populistas de derechas y con el Brexit.

El problema ¨Ccomo dijo otro de los participantes en un tono que son¨® a fado¨C es que, cuando se trata de hacer pol¨ªticas de derecha, la derecha suele hacerlas mucho mejor. Entre otras cosas, porque sus l¨ªderes ponen la cabeza donde sus votantes tienen el coraz¨®n. ?Pueden decir lo mismo los representantes socialistas?

No pretendo caricaturizar lo que constituye un verdadero laberinto para miles de representantes p¨²blicos que tratan sinceramente de hacer lo correcto y que han pasado de dirigir gobiernos a reunir a sus votantes en un VIPS. Pero creo que ya no hay espacio para la melancol¨ªa del statu quo y el ¨²nico modo de no ir hacia atr¨¢s es empujar decididamente hacia adelante. Este sistema migratorio no est¨¢ fracasando porque las medidas de protecci¨®n son laxas y los flujos de inmigrantes est¨¢n fuera de control, sino precisamente por todo lo contrario: porque nos hemos atado a un sistema concebido casi ¨²nicamente para impedir el paso. Nuestra incapacidad patol¨®gica para gobernar estos flujos, adapt¨¢ndolos a las verdaderas pulsiones de la movilidad, supone ignorar los hechos m¨¢s b¨¢sicos sobre las consecuencias econ¨®micas y sociales de las migraciones y cavar m¨¢s hondo en el mismo agujero nacionalista.

La verdadera alternativa progresista consiste en concebir para este ¨¢mbito de la globalizaci¨®n una arquitectura institucional y regulatoria similar a la que nos ha permitido embridar otros como el comercio internacional o la lucha contra el cambio clim¨¢tico. El Pacto Mundial sobre Migraciones que se firma en Marrakech en un par de semanas es un ejemplo de d¨®nde se debe jugar este partido. Pero yo argumentar¨ªa que la deseable Pol¨ªtica Migratoria Com¨²n podr¨ªa ir m¨¢s r¨¢pido con regiones como Am¨¦rica Latina, donde la madurez institucional y las opciones en origen permiten fomentar modelos de movilidad m¨¢s abiertos, flexibles y circulares. Esto es exactamente lo que ha recomendado el reciente Foro Iberoamericano de las Migraciones y lo que han apoyado los l¨ªderes regionales.

?Parece radical? Tal vez. Pero no m¨¢s radical que otras transformaciones hist¨®ricas impulsadas por la socialdemocracia, como los sistemas de pensiones, el derecho a la sanidad universal o la transici¨®n ecol¨®gica. Lo ¨²nico que necesitan en este caso es convencerse ¨Cy convencernos a todos¨C de un principio ¨¦tico y pol¨ªtico simple que a Hillary Clinton le parece extraterrestre: que, en el siglo XXI, el lugar del mundo en el que naces no puede determinar tu derecho fundamental a la protecci¨®n y la prosperidad. Todo lo dem¨¢s se deriva de ello.