Espa?a no es diferente, pero usted puede serlo

La irrupci¨®n de Vox en el parlamento andaluz demuestra un hecho simple: si se trata de comprender, blanquear y publicitar las posiciones del populismo de extrema derecha, mejor votar al original.

Durante esta campa?a, Ciudadanos y el Partido Popular han trabajado duro por espolear algunos temores oscuros de los votantes andaluces, desde la amenaza separatista a la inmigraci¨®n fuera de control. Nada diferente de lo que llevan haciendo en el resto de Espa?a durante meses o incluso a?os. Pero, al menos en el caso de la inmigraci¨®n, que conozco bien, lo han hecho sobre la base de un discurso mentiroso y la construcci¨®n de una identidad nacional por oposici¨®n a otros. Exactamente el mismo juego que est¨¢ dando ping¨¹es resultados electorales en el resto de Europa, donde la vulnerabilidad social deriva en miedo y el miedo en involuci¨®n.

Si Espa?a fue en alg¨²n momento diferente, est¨¢ claro que ya ha dejado de serlo.

Cr¨¦anme que nos duele tener raz¨®n, pero desde porCausa llevamos dos a?os advirtiendo sobre este riesgo. Durante este tiempo hemos aprendido dos lecciones por encima de cualquier otra: la primera es que el fen¨®meno de la antinmigraci¨®n es una mancha de aceite que parte de los movimientos abiertamente xen¨®fobos, pero que cobra verdadera fuerza cuando contamina a los partidos m¨¢s tradicionales o centrados. Los contamina cambiando mentiras por votos ¨Ccomo ha hecho Pablo Casado¨C o escondi¨¦ndose en un agujero hasta que pase la tormenta ¨Ccomo est¨¢ haciendo la socialdemocracia en medio continente¨C.

La segunda es que la idea cl¨¢sica de la ultraderecha espa?ola ¨Ccuatro fantoches con boina de requet¨¦ y melancol¨ªa franquista¨C encaja mal con este fen¨®meno. Los 400.000 votos que ha recibido Vox en Andaluc¨ªa provienen de un espectro social infinitamente m¨¢s diverso, y que comparte poco m¨¢s que el miedo a lo que vendr¨¢. Pero el miedo es un aglutinador poderoso, y los partidos tradicionales se han demostrado incapaces de ofrecer la esperanza que podr¨ªa inocularlo.

Ahora estamos entrampados en un agujero del que no s¨¦ cu¨¢ndo demonios vamos a salir. Pero s¨ª tengo una certeza: como en la Hungr¨ªa de Orb¨¢n, el Brasil de Bolsonaro o los EEUU de Trump, solo un debate p¨²blico informado, basado en hechos, que trate a los ciudadanos como adultos y agentes de cambio, nos permitir¨¢ ofrecer alternativas compatibles con la dignidad humana. Y eso me reafirma m¨¢s que nunca en la importancia del trabajo que estamos haciendo.

El debate sobre las migraciones va sacar lo peor y lo mejor de nuestra sociedad. Elijan ustedes de qu¨¦ lado est¨¢n.