La cocina como arte visual entra en el Thyssen
El museo invita a 25 chefs a crear platos inspirados en sus pinturas. El resultado es un libro de recetas para comer obras maestras
Quique Dacosta, To?o P¨¦rez, Juan Mari y Elena Arzak, Ricardo Sanz, Diego Guerrero o Jes¨²s S¨¢nchez son algunos de los 25 cocineros espa?oles que han deambulado ante las m¨¢s de 900 obras que atesora el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza para encontrar una pintura que contenga algo, ¡°una llamada¡±, ¡°una especial sinton¨ªa¡±, ¡°un sentimiento¡±, susceptible de inspirar una nueva receta. El resultado no es comestible, pero casi, y tiene forma de libro: El Thyssen en el plato. La colecci¨®n interpretada por 25 grandes chefs. El primer recetario que edita el museo madrile?o ¡°permite ver la colecci¨®n de otra manera¡±, apunt¨® el pasado lunes Guillermo Solana, director art¨ªstico del museo.
¡°Para crear una receta inspirada en una pintura ten¨ªamos dos posibilidades: dibujar el cuadro en un plato, de forma mim¨¦tica, u optar por las met¨¢foras. Algunos hemos elegido esta segunda opci¨®n y, en mi caso, reflejo la tristeza de Arlequ¨ªn con espejo, de Picasso, en una sopa de cocido que es casi transparente, dorada, con aroma de morcilla. La sopa se sirve en un plato roto, recompuesto con miga de pan gracias a la ayuda del escultor Jos¨¦ Luis Vicario¡±, explic¨®?Jes¨²s S¨¢nchez, del Cenador de Am¨®s, en Villaverde de Pontones (Cantabria). Un plato, asegura S¨¢nchez, que reconfortar¨¢ la dura vida de los c¨®micos de las compa?¨ªas ambulantes que retrat¨® Picasso.
¡°Lo m¨¢s divertido es que puedes so?ar con un cuadro que jam¨¢s podr¨¢s tener colgado en tu casa; pero s¨ª en el plato. Yo eleg¨ª Marr¨®n y plata I, de Pollock, y empec¨¦ a hacer dripping como ¨¦l, pero le he metido el rojo y me ha quedado un Sacha Pollock estupendo¡±, bromea el cocinero, fot¨®grafo y escritor Sacha Hormaechea, propietario de un restaurante con su nombre en Madrid y que ha creado un postre que, como la obra de Pollock, ¡°te permite ser un adolescente contra todo¡±.
Diego Guerrero, propietario de DSTAgE en Madrid, ha elegido El panadero (1909), de Mij¨¢il Lari¨®nov, una pintura vanguardista de colores distorsionados y brillantes que le ha inspirado su Koji de pan viejo. ¡°Cuando me propusieron participar en este proyecto me plante¨¦ la pregunta: ?Es la gastronom¨ªa un arte o no? Yo encuentro que hay cierta similitud entre ambas porque los cocineros somos artesanos y, a veces, nos creemos artistas. En cualquier caso lo importante en ambas profesiones es transmitir emociones¡±, afirm¨® Guerrero.
¡°A los tratados de pintura antigua a veces se los ha comparado con recetarios de cocina. El Thyssen en el plato es mucho m¨¢s que un recetario que plantear¨¢ desaf¨ªos a los amantes de la cocina; es una forma de crear sinestesias que refuercen las conexiones entre el disfrute de los sentidos y nuestra cultura¡±, a?adi¨® Solana durante la presentaci¨®n de la obra el pasado lunes a la que asistieron muchos de los cocineros.
¡°Algunos crean r¨¦plicas muy literales del cuadro en el plato; Carme Ruscalleda recomienda incluso un plato rectangular ¡®para recrear con m¨¢s detalle¡¯ un moholy-nagy. A veces la afinidad se concentra en un detalle en trampantojo, como la piel de tigre de un cuadro de Dal¨ª [Sue?o causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (1944)] simulada con tinta de calamar sobre l¨¢minas de boniato fritas por Roberto Mart¨ªnez Foronda. [...] Pero la conexi¨®n entre cuadro y plato no tiene por qu¨¦ ser el color ni la forma. La mejor traducci¨®n de un paisaje boscoso puede ser un plato de setas, seg¨²n demuestran en sus respectivas creaciones V¨ªctor Arguinzoniz y Paco Morales¡±, escribe Solana en el pr¨®logo de la obra.
Degas, el movimiento y los rodaballos
Degas estaba obsesionado con "capturar el movimiento en s¨ª mismo" y fue de los primeros artistas que parti¨® de fotograf¨ªas para realizar sus pinturas, eso es precisamente lo que llam¨® la atenci¨®n del chef Ricardo Sanz, quien desde Kabuki en Madrid abri¨® la puerta a la cocina japonesa a Espa?a, para elegir Caballos de carreras en un paisaje (1894). Sanz ha captado un momento de vida marina con Mini rodaballos fritos, "una naturaleza viva en la que los mini rodaballos nadan tranquilos momentos antes de que se los coma otro pez o un humano sobre una cama de algas", comenta el cocinero, quien especifica en su receta que deben escogerse peces de 10 gramos de acuicultura ¡ªcuando la espina a¨²n no est¨¢ dura y pueden comerse enteros¡ª y fre¨ªrse rebozados en harina de arroz.
¡°Es una forma de recordar el chanquete frito, cuya captura ya no es legal desde hace muchos a?os¡±, apunta.
El proyecto ha propiciado encuentros como el de Quique Dacosta con Quappi con su¨¦ter rosa, de Beckmann, una de las obras m¨¢s conocidas del museo, o la feliz coincidencia entre la obra de Paul Klee Omega 5 seleccionado por ?ngel Le¨®n, el chef del mar. Tambi¨¦n los de Andoni Luis Aduriz con Lucio Fontana, el de los Arzak con Mondrian, el de Berasategui con un paisaje de Jacob Philipp Hackert, el de To?o P¨¦rez con un delicado retrato de Ghirlandaio o el de Manuel Urbano con Verde sobre morado, de Rothko.
En la obra, coordinada por Ana Cela, directora de la tienda del Thyssen, aparece el cuadro seleccionado por cada cocinero junto a un peque?o texto en el que justifica esa elecci¨®n, la receta y una fotograf¨ªa del plato. Un libro que se convierte as¨ª en ¡°un camino para trasladar las emociones a sabores¡±, como apunta Cela; quien asegura que no ha habido problemas a la hora de elegir las pinturas. ¡°Tan solo un cocinero quer¨ªa trabajar sobre un artista que ya se hab¨ªa incluido, no era el mismo cuadro, pero no quer¨ªamos repetir autores; as¨ª que pudimos convencerle para que cambiara¡±, confirma la coordinadora.
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