As¨ª vest¨ªamos cuando se aprob¨® la Constituci¨®n
El Museo del Traje expone la ropa y los objetos cotidianos que se usaban en 1978 para conmemorar el 40? aniversario de la Ley Fundamental
"?C¨®mo est¨¢n ustedes?". Esta no es la manera m¨¢s ortodoxa de comenzar un texto period¨ªstico, pero si a esa pregunta se le a?aden ciertas acotaciones para que se lea en un volumen alto, que se alargue la ¨²ltima e y que acabe con una contestaci¨®n a coro gritando ¡°?bieeeeeeen!¡±, la pregunta traslada a casi cualquier lector a un tiempo y unos personajes espec¨ªficos: los payasos de la tele y los a?os setenta en Espa?a. Momento que ha reproducido en el Museo del Traje de Madrid con la exposici¨®n ?C¨®mo hemos cambiado! 40 a?os de la Carta Magna, concretamente el final de la d¨¦cada. Con motivo de la celebraci¨®n del 40? aniversario de la Constituci¨®n se muestran 38 piezas de sus fondos que contextualizan ese 6 de diciembre de 1978, que explican la cotidianeidad, c¨®mo era la vida y los hogares de los ciudadanos, de los que participaron -y de los que no- en el refer¨¦ndum para la ratificaci¨®n de la Ley Fundamental.
Si bien ning¨²n espa?ol que hoy sea menor de 58 a?os vot¨® -nadie con menos de 18 a?os lo hizo- la mayor¨ªa, incluso los nacidos en el siglo XXI, podr¨ªan tararear Hola, don Pepito, El coche de pap¨¢ o Feliz en tu d¨ªa, canciones popularizadas por Gaby, Fof¨® y Miliki cuyas reproducciones de juguete son protagonistas, entre otras piezas, de esta gran vitrina que funciona como una ventana al pasado.
Las nueve figuras vestidas hablan del punto de inflexi¨®n en el que se encontraba Espa?a aquel oto?o-invierno de 1978, de las realidades antit¨¦ticas que viv¨ªa el pa¨ªs. Por un lado, el despertar a la modernidad representado por tres prendas de punto de Francis Montesinos. El dise?ador que desde 1972 tiene tienda en su Valencia natal, en 1978 da el salto a Barcelona, donde abre su primer local. Al a?o siguiente present¨® un desfile ya con criterio moderno, una gran colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter, bien hilado, con coherencia, como espect¨¢culo total. La ciudad catalana se va conformando como la capital nacional de la moda donde se desarrolla a finales de la d¨¦cada la primera pasarela importante, Moda del Mediterr¨¢neo, antecedente de la pasarela Gaud¨ª. En estos desfiles de Montesinos se emociona Manuel Pi?a y forja su esp¨ªritu innovador. ¡°Eso era justo lo que le faltaba al mercado conservador espa?ol. Hab¨ªa industria textil pero no hab¨ªa vocaci¨®n de modernidad¡±, explica Juan Guti¨¦rrez, responsable de la muestra y experto en moda contempor¨¢nea. A?ade que Pi?a llega al culmen de visibilidad cuando el 21 de noviembre de 1982 protagoniza la portada de un medio generalista como era el dominical de Abc. Adem¨¢s, estos dos modistos junto con Paco Casado y Nacho Ruiz consiguen espacios en los grandes almacenes del momento: Galer¨ªas Preciados.
En el lado opuesto, el otro extremo en cuanto a color: de los naranjas y azules de Montesinos a los pardos y gris¨¢ceos del d¨ªa a d¨ªa. La otra parte del espacio representa una Espa?a que como la televisi¨®n en ese momento oscilaba entre el color y el blanco y el negro (cuya supresi¨®n no lleg¨® definitivamente hasta 1977). Siendo la excusa de esta muestra las cuatro d¨¦cadas constitucionales tras las cuatro de dictadura anteriores y teniendo el Congreso de los Diputados como uno de los escenarios principales en esos momentos de ebullici¨®n pol¨ªtica, no pod¨ªa faltar un uniforme de guardia civil ¡ªen 1978 todav¨ªa se usaba el mismo modelo que se cre¨® en 1942¡ª con su tricornio y su bigote, de moda para los hombres fueran o no de los cuerpos de seguridad del Estado, como los rizos y la permanente era lo que m¨¢s se llevaba para ellas. Fue el paso previo a los cardados ochenteros.
La moda estaba dirigida a la mujer. Por este motivo, la mayor¨ªa de los dise?os expuestos son femeninos, salvo el traje de guardia civil, un chaleco de Montesinos y una cazadora de Andr¨¦ Courr¨¨ges, a falta en los fondos del museo de una de pana, que unos a?os m¨¢s tarde ser¨ªa la prenda caracter¨ªstica del que fuera presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. En ?C¨®mo hemos cambiado! se puede ver de este material un conjunto de chaqueta y falda de Loewe, tambi¨¦n de esta firma es el abrigo de piel vuelta cuyas l¨ªneas se reconocen en las im¨¢genes de archivo que estos d¨ªas se han visto en la televisi¨®n y en los peri¨®dicos y del que muchos han pensado: ¡°Como el de mi abuela¡± o ¡°el de mi madre¡± o ¡°el m¨ªo¡±, y los mismos han podido pensar que actualmente se sigue llevando. Incluso, es posible que algunas de esos trajes sigan en los armarios y se les pueda dar uso, porque como explica Guti¨¦rrez, quiz¨¢ la moda no cambie tanto, es c¨ªclica, ¡°pero lo que s¨ª ha cambiado es la durabilidad de las cosas¡±. El concepto ¡°obsolescencia programada¡±, innecesario y desconocido en 1978 pero com¨²n 40 a?os despu¨¦s cuando los objetos ya nacen con una fecha de caducidad y los materiales de la industria textil son de peor calidad que los que se utilizaban en los setenta y ochenta. ¡°La sostenibilidad en moda es volver a comprar ropa duradera¡±, dice el comisario.
Las costureras an¨®nimas
El vestido azul marino con cuello de beb¨¦ y nido de abeja que se puede ver en ?C¨®mo hemos cambiado! no es una prenda caracter¨ªstica de 1978, es una prenda que cualquier ni?a del ¨²ltimo siglo ha llevado. Es una prenda de confecci¨®n dom¨¦stica, esto es, hecha por una de las miles de mujeres que a lo largo de la historia han sido las que han cosido y realizado las prendas del vestir diario. En los setenta, revistas como Burda facilitaban patrones a esas madres, t¨ªas o abuelas que con m¨¢s o menos creatividad pero alta cualificaci¨®n vest¨ªan a gran parte de Espa?a.
Incombustibles son tambi¨¦n algunos de los discos que se exponen para que el espectador sit¨²e el sonido de ese momento: un vinilo de Mocedades o un sencillo de The Police, Can't Stand Losing You. Algunas leyendas de la m¨²sica de hoy como Bruce Springsteen publica en 1978 Darkness on the Edge of Town; Queen, que actualmente tiene invadida la cartelera cinematogr¨¢fica, saca Jazz y Camilo Sesto hace un himno del amor no correspondido con Vivir as¨ª es morir de amor. Puede que la obsolescencia tambi¨¦n juegue su papel con las canciones ganadoras de Eurovisi¨®n, en 1978 fue la muy recordada A-Ba-Ni-Bi de Israel. 40 a?os despu¨¦s ha ganado el mismo pa¨ªs por otro tema que solo siete meses despu¨¦s ha quedado en el olvido.
Otro de los elementos fundamentales del momento era la televisi¨®n, la ¨²nica ventana al mundo. Esto s¨ª que ha cambiado, aunque el legado de esos a?os a¨²n perdurar¨¢ mucho. As¨ª uno de los programas con m¨¢s ¨¦xito de la televisi¨®n espa?ola de todos los tiempos y que en 1978 presentaba Kiko Ledgard es Un, dos, tres... cuyo creador y director, Chicho Ib¨¢?ez Serrador, recibir¨¢ el Goya de Honor en la pr¨®xima gala de los premios de la Academia de Cine. La clave era otro de los programas de ese momento, un espacio impensable hoy sobre todo porque lo menos parecido a libre de humos que a cualquiera se le pueda ocurrir. All¨ª se debat¨ªan temas de actualidad como el de la portada del Blanco y Negro que se puede ver en la exposici¨®n y que corresponde exactamente al 6 de diciembre de 1978 cuyo titular era Un sueldo para el ama de casa. En realidad, ?cu¨¢nto hemos cambiado?
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