?Qu¨¦ se puede envolver en una bandera?
El abanderado, sobre todo si es un pol¨ªtico en campa?a, deber¨ªa llevar un c¨®digo de barras. Saber qu¨¦ se envuelve cuando alguien se envuelve en la bandera
YA NO HAY UNA BANDERA en el mundo con la que se pueda envolver y abrigar a los n¨¢ufragos. El Aquarius, el barco fletado por M¨¦dicos sin Fronteras para la ayuda humanitaria en el Mediterr¨¢neo, no puede hacerse a la mar. Esa nave ha salvado cientos de vidas sin pedir papeles a los que se ahogaban. Era una presencia m¨ªtica en la l¨ªnea del horizonte. Cada d¨ªa rescataba del hundimiento a la esperanza, que en estos tiempos flota sin rumbo como una muerta pensativa.
Se vuelve a hablar mucho de patria. El Aquarius era, en s¨ª mismo, una patria hospitalaria. Tambi¨¦n se habla mucho de naci¨®n. El Aquarius era una naci¨®n port¨¢til donde muchos seres abandonados volv¨ªan a nacer. Pero la nave de M¨¦dicos sin Fronteras ha sido obligada al amarre. Era un mal ejemplo. Una peque?a patria en vilo, una naci¨®n fr¨¢gil y balanceante, donde se ejerc¨ªa el derecho humanitario internacional y la ley del mar, con el principio moral y legal inviolable de asistir a quien se encuentra en peligro. Desde 2016, el Aquarius, con el ¨²nico apoyo econ¨®mico de la ciudadan¨ªa, prest¨® asistencia a unas 30.000 personas. El Mediterr¨¢neo contin¨²a siendo la ruta migratoria m¨¢s letal del mundo. En este a?o 2018 han muerto m¨¢s de 2.100 personas, la mayor¨ªa procedentes de las costas libias. Otras muchas han sido devueltas, contra su voluntad, a ese pa¨ªs de pesadilla.
Cuando se desatiende la m¨ªnima moral en el mar, ?qu¨¦ no podr¨¢ pasar en tierra? Pues una maldici¨®n. Esa carcoma de inhumanidad que corroe Europa. Un ?hackeo de las conciencias que se activa con la invenci¨®n de un enemigo. ?Y qu¨¦ mejor enemigo imaginario que los inmigrantes? Sin voz y sin voto. Funcion¨® con Trump, funcion¨® con el Brexit. Y ese mercadeo macabro, el peso del odio en votos, aumenta en cada elecci¨®n. No es la inmigraci¨®n lo que ¡°descristianiza¡± a Europa. Son los partidos del odio los que la desalman.
El barco hospitalario de M¨¦dicos sin Fronteras es ahora una naci¨®n mar¨ªtima prohibida. No puede hacerse a la mar porque carece de bandera. En los ¨²ltimos tiempos navegaba con el pabell¨®n de Panam¨¢. Esa bandera de conveniencia es utilizada por miles de buques en los mares del mundo, y no siempre para transportes convenientes, pero los pol¨ªticos de la descivilizaci¨®n en marcha solo la consideraron inconveniente como pabell¨®n de un buque en misi¨®n de asistencia m¨¦dica y salvamento. Presionaron a Panam¨¢. Y ya no se encontr¨® ninguna otra bandera estatal disponible.
No hay banderas para salvar a los n¨¢ufragos.
Hay, sin embargo, gente que se envuelve en las banderas para conseguir votos. Siempre se ha hecho, pero parece que el pa?o va a m¨¢s. Con banderas de partido o banderas nacionales. Hay quien ve como una apropiaci¨®n indebida el utilizar una bandera nacional como bandera partidaria. Al contrario, hay quienes consideran que al envolverse en una bandera se expresa la voluntad de gobernar sin sectarismo. A m¨ª las banderas que m¨¢s me interesan son las del C¨®digo Internacional de Se?ales Mar¨ªtimas. Son un alfabeto de colores. Transmiten mensajes o informaci¨®n. Cuando alguien enarbola una bandera nacional o de partido, es interesante fijarse en su rostro. Intentar interpretar lo que quiere decir o hacer con la bandera.
El abanderado, sobre todo si es un pol¨ªtico en campa?a, deber¨ªa llevar un c¨®digo de barras. Es fundamental saber qu¨¦ se envuelve cuando alguien se envuelve en una bandera. Puede envolver un fardo de odio o el orgullo solidario de ser un pa¨ªs de asilo y acogida. Puede envolver desconfianza hacia el extranjero o la mano tendida a quien elige habitar un viejo pa¨ªs que se vac¨ªa. En una bandera puede envolverse el da?o de un retroceso machista o el deseo de disfrutar un pa¨ªs que sea vanguardia en igualdad. Ya no podemos equivocarnos en saber lo que envuelve una bandera: ?un lugar de miedo e intimidaci¨®n para la mujer o un h¨¢bitat de libertad? En la bandera puede envolverse la libertad de expresi¨®n como un bien m¨¢ximo a respetar o el prop¨®sito de silenciar la palabra contraria. Una bandera puede envolver la llave de una biblioteca o un martillo de herejes. Puede envolver memoria f¨¦rtil o amnesia retr¨®grada, pluralidad o monocultivo. Puede envolver, en fin, un Estado de bienestar o una maquinaria de hacer da?o.
De ser n¨¢ufrago en mar o tierra, me gustar¨ªa encontrarme con la bandera de Santa Pola, la de los marineros del Nuestra Se?ora de Loreto. Ese s¨ª que es un c¨®digo de barras.?
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