El talento de identificar y memorizar caras: las mujeres lo hacen mejor
La teor¨ªa dice que su papel de madres propicia esta habilidad, que permite entender las necesidades de los beb¨¦s
Cada d¨ªa vemos a decenas de personas. Algunas conocidas ¡ªfamiliares, amigos o compa?eros de trabajo¡ª, otras con las que interactuamos por circunstancias concretas ¡ªel camarero de la cafeter¨ªa donde paramos a tomar caf¨¦, por ejemplo¡ª, y otras con las que simplemente nos cruzamos por la calle o en el metro. De todas esas caras, ?cu¨¢ntas somos capaces de reconocer? Seg¨²n la ciencia, una media de 5.000, incluidos rostros de personas a las que no conocemos. As¨ª lo determin¨® un peque?o estudio de expertos del departamento de Psicolog¨ªa de la Universidad de York, en Reino Unido, quienes analizaron la cantidad de caras tanto de seres cercanos como de personalidades p¨²blicas y famosas que pod¨ªan recordar 25 voluntarios. La capacidad de reconocimiento oscil¨® entre las 1.000 y 10.000 (5.000 de media).
La habilidad para identificar las caras ha sido objeto de estudio en numerosas ocasiones. Entre otras cosas, los investigadores han tratado de descubrir a partir de qu¨¦ edad somos capaces de hacerlo. Y la respuesta es que desde beb¨¦s, aunque de forma rudimentaria, explica Hari Bhathal, neur¨®logo y director del Neurocenter Barcelona, Centro m¨¦dico Teknon: "Los reci¨¦n nacidos?pueden imitar la expresi¨®n facial de un adulto y a partir de los siete meses es posible distinguir emociones en las expresiones, especialmente si denotan amenaza". Desde entonces, a?ade el experto, "es clave la exposici¨®n a distintas caras y expresiones para desarrollar la habilidad del reconocimiento facial, que progresa en paralelo a las capacidades cognitivas".
No es hasta la segunda y tercera d¨¦cada de nuestra vida cuando esta destreza es mayor, asegura Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN). Es decir, en la edad adulta. Y con el paso de los a?os empeora, seg¨²n Juan Mois¨¦s de la Serna, doctor en psicolog¨ªa, escritor y m¨¢ster en Neurociencia. "Podemos recordar al mismo nivel que los j¨®venes, con la diferencia de que precisamos tener el rostro de la persona delante durante m¨¢s tiempo para poder recordarla", explica.
El g¨¦nero parece ser otro factor determinante en la capacidad de distinguir las caras de unas personas de las otras. "La mayor¨ªa de las investigaciones concluyen que las mujeres muestran una mayor capacidad para el reconocimiento de expresiones faciales, as¨ª como una mayor facilidad para decodificar claves no verbales, fundamentalmente, emocionales, lo que favorece un mejor reconocimiento y memoria para las caras", indica Portilla. Seg¨²n De la Serna, esta circunstancia se explica "por el papel de las mujeres como madres, ya que tienen la necesidad de interpretar los gestos de los beb¨¦s para poder entender lo que necesitan".
Las narices kilom¨¦tricas dejan la mayor huella
Que una cara empiece a formar parte de este registro de nuestra memoria es m¨¢s f¨¢cil cuando tiene alg¨²n aspecto que la diferencia de las dem¨¢s, que la hace resaltar. Tener unos labios extrafinos, una nariz superlativa o unas cejas muy pobladas puede influir en la creaci¨®n de un recuerdo m¨¢s o menos duradero. Los principales rasgos que ayudan a reconocer, seg¨²n el estudio de la Universidad de York, son los ojos, la nariz y la boca.?Bhathal coincide: "Son especialmente significativos para el reconocimiento".
Independientemente del sexo, igual que una nariz prominente parece ser un factor que ayuda a recordar, los hay que dificultan el proceso de memorizaci¨®n, y algunos tienen que ver con la sociedad en la que crecemos. La convivencia en el espacio en el que nos movemos puede suponer un problema para distinguir los rostros de personas de razas distintas a la nuestra. "Es lo que se conoce como efecto de raza cruzada y es el fen¨®meno que ocurre cuando no nos relacionamos de forma habitual con personas de otras razas", explica Bhathal.
La ciencia tambi¨¦n se ha ocupado de investigar este fen¨®meno. Ejemplo de ello es un metaan¨¢lisis de varios estudios sobre el reconocimiento de las emociones en las expresiones faciales, en el que se concluy¨® que la gente puede reconocer e interpretar la expresi¨®n facial emocional de una persona de su propia raza m¨¢s r¨¢pido y mejor que una de otra. Es un hallazgo que se aplica a todos los seres humanos de la misma manera.
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