?C¨®mo influyen los edificios en nuestra salud?
Ante una sociedad global cada vez m¨¢s urbana es necesario repensar modelos m¨¢s verdes y resilientes a trav¨¦s de mejores construcciones
A escala global, la gente vive m¨¢s tiempo, es m¨¢s urbana y est¨¢ m¨¢s conectada digitalmente que nunca. Pero estos avances no necesariamente se ven reflejados en una mejora de la salud y el bienestar. Entonces, ?c¨®mo puede el entorno construido dar respuesta a este desaf¨ªo mundial?
Nuestro conocimiento sobre c¨®mo la construcci¨®n, tanto a nivel individual como de la comunidad, impacta en nuestra salud y bienestar nunca ha sido tan avanzado. Con sistemas de certificaci¨®n centrados en esta ¨¢rea y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ahora conocemos no s¨®lo un creciente n¨²mero de evidencias cient¨ªficas que lo respaldan, sino tambi¨¦n la voluntad pol¨ªtica de que se tomen las decisiones correctas.
Naciones Unidas dice que 9 de cada 10 personas respiran aire contaminado. Esta exposici¨®n es responsable de m¨¢s de 7 millones de muertes evitables al a?o. Un impacto que viene causado no solo por la exposici¨®n a la contaminaci¨®n de los espacios urbanos, sino por el riesgo de la calidad del aire interior. Estudios de la Agencia de Protecci¨®n Ambiental de Estados Unidos sugieren, por ejemplo, que ciertos contaminantes org¨¢nicos comunes pueden ser de dos a cinco veces m¨¢s altos dentro de las viviendas y oficinas que fuera de ellas.
Actualmente, contamos con sistemas de certificaci¨®n como el WELL Standard, desarrollado por el International Well Builing Institute, que aborda esta problem¨¢tica enfatizando en la necesidad, no solo de incluir medidas durante la construcci¨®n y el dise?o que garanticen una buena calidad de aire, si no de mantener una monitorizaci¨®n continua que permita mantener un ambiente saludable durante el ciclo de vida del edificio y usar los datos como herramienta de mejora continua y soporte a nuestra salud y bienestar.
Las nuevas tendencias abogan por que los propios usuarios tengan? control sobre los espacios que habitan
Sin embargo, cuando hablamos de bienestar y confort, nos enfrentamos al hecho de que ambos conceptos son subjetivos, y entonces, ?c¨®mo podemos satisfacer a todos? Las nuevas tendencias en materia de construcci¨®n abogan por que los propios usuarios tengan capacidad de control sobre los edificios y espacios que habitan, proporcion¨¢ndoles herramientas para sentirse m¨¢s c¨®modos y poder desarrollar as¨ª todo su potencial.
La planificaci¨®n ac¨²stica, lum¨ªnica y ergon¨®mica del espacio, as¨ª como el look & feel ¡ªentendido como 'aspecto y tacto'¡ª tienen un impacto en nuestra sensaci¨®n general de confort, y gracias a herramientas de an¨¢lisis avanzado, simulaci¨®n din¨¢mica, dise?o de optimizaci¨®n y posterior monitorizaci¨®n continua, se puede optimizar y mantener una estrategia de confort a lo largo del ciclo de vida del edificio.
Si hablamos de ciudades, el dise?o de los espacios p¨²blicos ¡ªy sus trazados¡ª es otro de los ¨¢mbitos esenciales a tener en cuenta. La movilidad activa es uno de los criterios fundamentales para crear una ciudad saludable, pero lamentablemente este concepto se ha visto relegado desde la aparici¨®n del autom¨®vil, que marc¨® la forma en la que planificamos y desarrollamos los espacios urbanos.
En los ¨²ltimos a?os ha emergido, sin embargo, una tendencia que vuelve a situar a la persona en el coraz¨®n de nuestras ciudades, en el centro del dise?o y la planificaci¨®n del espacio construido. En esta l¨ªnea, fomentar el tr¨¢fico peatonal mediante estrategias que lo reconozcan como un modo de transporte por derecho propio prioritario, en combinaci¨®n con estrategias alternativas seguras y eficientes, como el transporte p¨²blico o la bicicleta, ayudan a normalizar el tr¨¢fico peatonal como elecci¨®n natural para los trayectos m¨¢s cortos.
En el a?o 2050, las personas mayores de 65 a?os representar¨¢n m¨¢s del 30% del total de la poblaci¨®n
Con el envejecimiento de la poblaci¨®n, la responsabilidad de promover pol¨ªticas de movilidad e infraestructuras amables para todos es uno de los mayores retos econ¨®micos y sociales a los que se enfrentan los pa¨ªses desarrollados. Seg¨²n los datos del CSIC, en Espa?a, en el a?o 2050, las personas mayores de 65 a?os representar¨¢n m¨¢s del 30% del total de la poblaci¨®n y los octogenarios llegar¨¢n a superar los cuatro millones. Estos n¨²meros requieren de estrategias que garanticen espacios y transporte p¨²blico accesibles, una infraestructura activa mejorada y un desarrollo de los servicios integrados relacionados con la tercera edad.
Para contribuir a esta tendencia es fundamental crear tambi¨¦n espacios p¨²blicos y v¨ªas de calidad. En este contexto, las soluciones basadas en la naturaleza dentro de nuestras ciudades y edificios, y el cambio de una infraestructura gris a una verde y azul, es cr¨ªtico para mejorar nuestra salud y bienestar y para mejorar la resiliencia de la ciudad.
Estrategias de integraci¨®n de soluciones naturales en el ¨¢mbito urbano como la estrategia Madrid + Natural, contribuyen a materializar esta visi¨®n urbana y a entender las infraestructuras naturales como una herramienta que puede contribuir a este cambio de concepto urbano, recuperando los servicios al ecosistema que nos ofrece la naturaleza y a su vez, incrementando la resiliencia ante los efectos del cambio clim¨¢tico de una forma efectiva.
En definitiva, para que los edificios y las ciudades maximicen su potencial y garanticen la habitabilidad y el desarrollo saludable de comunidades y familias, deben ser dise?ados teniendo en cuenta a las personas. Un entorno operativo y psicosocial m¨¢s saludable conlleva una amplia gama de beneficios, entre los que se incluyen un menor gasto y un mejor servicio de salud p¨²blica basado en la prevenci¨®n, la mejora de la experiencia del usuario, un mayor sentido de pertenencia a las comunidades y entornos, un mayor grado de la participaci¨®n, el aumento de la productividad y de retenci¨®n de talento. ?stos, a su vez, aumentan la resiliencia y crean valor social a largo plazo para las comunidades.
Susana Saiz Alc¨¢zar, es directora asociada de Sostenibilidad y Energ¨ªa en Arup Espa?a.
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