Sonrientes pero deprimidos: as¨ª son las personas que consiguen ocultar la enfermedad
No quieren preocupar a sus familias, sienten verg¨¹enza, tienen una depresi¨®n posparto... Esconden tras la risa su estado de ¨¢nimo, y eso es peligroso
La presentadora norteamericana Tracy Clayton demostr¨® estar harta de tanta sonrisa fingida en las redes sociales cuando, el a?o pasado, solt¨® en Twitter este desaf¨ªo: "Tengo una curiosidad. ?Podr¨ªais publicar una foto que hay¨¢is compartido en vuestro Facebook o Instagram, en la que hac¨ªais apolog¨ªa de vuestra dicha cuando en realidad estabais atravesando un momento duro de la vida?", tuite¨®. En cuesti¨®n de minutos, su mensaje fue retuiteado 600 veces, obtuvo casi 3.000 me gusta y las respuestas comenzaron a llegar. Entre ellas destac¨® la imagen de la sonrisa de Jennifer, un selfie perfecto que la mujer se hab¨ªa hecho en el Gran Ca?¨®n del Colorado y que pronto adquiri¨® un significado inquietante. "Esta foto est¨¢ tomada durante uno de los episodios m¨¢s depresivos de mi vida. Fue un viaje que me pas¨¦ la mayor¨ªa del tiempo llorando sola, en el coche o en la habitaci¨®n de un motel", confes¨® la mujer. Seguro que muchas personas reconocieron la historia porque la hab¨ªan vivido en sus carnes, porque hab¨ªan sufrido la misma depresi¨®n, de la que el mundo exterior solo percibi¨® sonrisas.
Innumerables respuestas al desaf¨ªo de Clayton dejaron claro que hay muchas personas que fingen que todo les va bien cuando, en realidad, pasan por un momento muy dif¨ªcil. Como no piden ayuda, la depresi¨®n progresa mientras se esfuerzan en fingir que son felices, con lo que solo consiguen que la situaci¨®n empeore. La psiquiatr¨ªa no ha definido oficialmente esta situaci¨®n, pero en el mundo anglosaj¨®n ya han acu?ado el t¨¦rmino 'depresi¨®n sonriente' para referirse a ella. En la jerga m¨¦dica, la patolog¨ªa que mejor se ajusta a este estado an¨ªmico es la depresi¨®n at¨ªpica, que, seg¨²n el sitio web de la Cl¨ªnica Mayo, es una variante de la enfermedad en la que la persona afectada puede sentirse bien puntualmente, como respuesta a los sucesos positivos del d¨ªa a d¨ªa.
La depresi¨®n sonriente parece ser m¨¢s frecuente en personas con tendencia a anticipar el fracaso, a dar excesivas vueltas a los pensamientos, en un bucle pernicioso, y que presentan dificultad para afrontar las humillaciones y las cr¨ªticas. Tambi¨¦n parece ser m¨¢s habitual en personas que los dem¨¢s perciben como fuertes, as¨ª como en determinados grupos, como el de las madres que han dado a luz recientemente.
Depresi¨®n para fuertes y una cara oculta de la maternidad
La imagen m¨¢s extendida de una persona deprimida es la de alguien sin fuerza, un ser negativo, callado y l¨¢nguido, pero es un perfil que la depresi¨®n sonriente desaf¨ªa descaradamente; causa una impresi¨®n completamente distinta. Muchas veces el origen de su actitud est¨¢ en que sienten que tienen que seguir tirando del carro, que no pueden permitirse estar tristes porque de ellos depende su familia, y en que piensan que la pena interior cesar¨¢. La dejan pasar y, si alguien cercano sospecha algo y les pregunta, la respuesta siempre es la misma: "?A m¨ª? Nada, qu¨¦ me va a pasar. Todo bien, como siempre". Mentira.
La impostura de la sonrisa, que tan bien conocen profesionales como los camareros, no reviste demasiada dificultad para ellos porque "la tristeza es una emoci¨®n y la sonrisa un gesto. Uno puede estar triste y sonre¨ªr porque el gesto depende de la voluntad, mientras que la emoci¨®n depende del pensamiento. Pero no mostrar las emociones de manera sincera dificulta mucho la mejora del paciente", explica Xavier Savin, psic¨®logo general sanitario y miembro de Top Doctors.
Savin se?ala que "es muy frecuente que personas con rol de l¨ªder, o que son percibidas como 'fuertes', a menudo hagan un esfuerzo muy importante para ocultar aquellas conductas o gestos que creen que pueden ser interpretados por los dem¨¢s como muestras de debilidad". Otras sencillamente no quieren preocupar a sus seres queridos, tienen un sentido muy desarrollado de la responsabilidad. A algunas les da verg¨¹enza y no es raro que el motivo de sonre¨ªr sea que a la gente no le gusta relacionarse con personas que transmiten un estado de ¨¢nimo negativo o deca¨ªdo. Un estudio del Instituto de Psiquiatr¨ªa del King's College, que vio la luz en la revista The Lancet, en 2013, respalda la ¨²ltima idea. El trabajo concluy¨® que un 71% de quienes sufren depresi¨®n desea esconder su problema por haber experimentado rechazo o discriminaci¨®n, tanto en sus relaciones personales como en las laborales.
Se estima que un 20% de las madres tienen depresi¨®n posparto, y muchas la ocultan por verg¨¹enza al que dir¨¢n
Precisamente, lo que opinan los dem¨¢s es lo que hace que las madres recientes configuren un grupo de personas vulnerables. Esto tambi¨¦n lo dej¨® claro una respuesta al llamamiento lanzado a trav¨¦s de Twitter: una mujer mand¨® una instant¨¢nea en la que sal¨ªa riendo a mand¨ªbula batiente en una piscina, con su precioso beb¨¦, una imagen id¨ªlica que se torn¨® triste cuando cont¨® que, en aquel preciso momento, estaba pasando por una depresi¨®n posparto sin diagnosticar y ve¨ªa como su matrimonio se iba a pique. Su caso no es una excepci¨®n; se estima que alrededor de un 20% de las madres recientes sufre depresi¨®n posparto, un estado patol¨®gico que conviene no confundir con una tristeza que se presenta en un 80% de las ocasiones, que est¨¢ motivada por el cansancio de los primeros d¨ªas y que suele superarse con el apoyo familiar y de los amigos.
Seg¨²n la psic¨®loga perinatal y psicopedagoga Jesica Rodr¨ªguez Czaplicki, "el per¨ªodo del puerperio es una etapa de gran exigencia para las madres porque, adem¨¢s del trabajo que implica el cuidado de su beb¨¦, se les exige de manera m¨¢s o menos indirecta que presenten un bienestar y una felicidad que no siempre forman parte de su realidad". La psic¨®loga a?ade que "una madre con depresi¨®n posparto tiende a ocultar su verdadero estado de tristeza por un sentimiento de culpa o verg¨¹enza, ya que se supone que tiene que estar feliz, tiene un hijo y est¨¢ sano, por lo que no deja de preguntarse a s¨ª misma c¨®mo es posible que tenga sentimientos tan contradictorios".
Uno de los mayores peligros de la depresi¨®n es que destruye la autoestima, que en una persona sana suele aumentar hasta que alcanza los 60 a?os, por eso no ayuda ver en las redes c¨®mo hay otras mujeres con una situaci¨®n emocional envidiable, listas para viajar, salir a cenar con la pareja o desfilar para Victoria's Secret a la semana de dar a luz. "Estas madres necesitan ver m¨¢s mujeres reales, con su barriga a¨²n hinchada, con sue?o, cansadas, que no saben como responder, que quieren a sus beb¨¦s m¨¢s que nada en el mundo pero que se sienten perdidas y agotadas. Por suerte, las redes sociales est¨¢n dando cabida a un tipo de maternidad menos idealizada, grupos de mujeres que hacen pi?a para contarse c¨®mo est¨¢n y mostrar otra cara de la maternidad que antes permanec¨ªa en silencio", subraya Rodr¨ªguez. Las consecuencias no pod¨ªan ser mejores.
No afrontar la depresi¨®n la convierte en peligrosa
Que estas personas terminen expresando su situaci¨®n, sus verdaderos sentimientos, es un reto tan complejo como importante. Como se?ala Rodr¨ªguez, "un trastorno depresivo puede ser altamente incapacitante y necesitar¨¢ atenci¨®n especializada. Es una prioridad por lo tanto estar atentos y vigilantes, tanto en las casas como por parte de los profesionales sanitarios que est¨¢n en contacto con ellas (centros de salud, matronas)". Y ah¨ª es donde entra en escena la perspicacia de quienes conviven con las tristes sonrisas, el sexto sentido de la familia y los amigos. Su sonrisa puede enga?ar al principio, pero si el malestar se alarga en el tiempo, al final estas personas terminan mostrando comportamientos que son comunes a todas las depresiones.
"Hay que observar si no puede dormir o si, por el contrario, duerme demasiado, si no come, si se siente apesadumbrada aunque sonr¨ªa, no se concentra y encuentra dificultad para tomar sus decisiones, si se muestra distante con sus seres queridos, con la mirada perdida¡Todo ello son s¨ªntomas de que algo no va bien", enumera la psic¨®loga. Hay que acercarse y preguntar, intentar conectar emocionalmente con la persona deprimida y que se identifique con alguno de tus problemas (es bueno que vea que nadie puede con todo). Hay que acompa?arle sin bajar la guardia, hasta que su debilidad salga del escondite. Una vez que conseguimos que expresen su situaci¨®n es cuando se puede derivar a un profesional de la salud mental, ya sea un psic¨®logo o, en ocasiones, un psiquiatra.
"Al final lo que hace que la depresi¨®n sea m¨¢s o menos 'peligrosa' es el estilo de afrontamiento (la manera en c¨®mo el sujeto suele hacer frente a las dificultades) y la falta de apoyo de su entorno m¨¢s inmediato", indica el psic¨®logo Xavier Savin. Ocultar una emoci¨®n como la tristeza, sin lugar a dudas dificulta la mejora de quien la padece. Por eso no te quedes solo con una sonrisa superficial. Ve m¨¢s all¨¢. Si la persona te importa, t¨®mate tu tiempo para observar sus comportamientos e intenta averiguar si tanta alegr¨ªa es genuina. Seguro que tiene muchas razones para sonre¨ªr de verdad, aunque en ese momento de su vida no lo crea. Y, una vez resuelto el problema, siempre es bueno seguir sonriendo. No es dif¨ªcil... cuando uno sabe c¨®mo hacerlo.
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