Un explorador ¡®low cost¡¯
De todos los aventureros brit¨¢nicos que en el siglo XIX buscaron descifrar los misterios de ?frica, Thompson es el favorito de este escritor
QUERIDO JOSEPH Thompson. Nunca nos conocimos, claro, ya que t¨² tuviste la peregrina idea de morir en 1895, cuando ten¨ªas s¨®lo 37 a?os. Sin embargo, dada tu predisposici¨®n a la magia, quiz¨¢s hasta consigues leer esta carta. De todos los exploradores brit¨¢nicos que en el siglo XIX se dedicaron a descifrar los misterios de ?frica, eres mi preferido. Cierto que los Livingstone, Burton, Speke, Baker, Stanley y compa?¨ªa se llevaron la gloria, pero t¨² eras el m¨¢s original y divertido. Adem¨¢s, qu¨¦ caramba, le das nombre a la gacela de Thompson, uno de los animales que m¨¢s abundan en los parques naturales de Kenia y Tanzania, con ese caracter¨ªstico par¨¦ntesis en el culo.
Disfrut¨¦ leyendo tu Through Masai Land cuando estaba escribiendo Tras los pasos de Livingstone. No s¨®lo te admir¨¦ por tu valent¨ªa al adentrarte en una tierra que entonces se consideraba peligrosa, sino que tambi¨¦n me re¨ª con tus toques de humor y tu imaginaci¨®n para salir de situaciones de apuro.
Eras escoc¨¦s, como Livingstone, y ten¨ªas s¨®lo 13 a?os cuando el famoso explorador se perdi¨® en el coraz¨®n de ?frica. Ya entonces le pediste permiso a tu padre para ir a buscarlo. Te lo deneg¨®, claro, pero despu¨¦s de estudiar Geolog¨ªa en la Universidad de Edimburgo, lleg¨® tu oportunidad para viajar al continente que tanto te fascinaba. Ten¨ªas s¨®lo 20 a?os cuando te apuntaste a una expedici¨®n que, bajo las ¨®rdenes de Alexander Johnston, buscaba fijar una ruta para viajar desde la costa de Tanzania hasta los lagos Victoria y Tanganica. Johnston muri¨® durante el viaje, pero t¨² tomaste su relevo y culminaste con ¨¦xito una expedici¨®n que recorri¨® 5.000 kil¨®metros a lo largo de 14 meses.
Unos a?os despu¨¦s, en 1883, cuando la Royal Geographical Society iba escasa de presupuesto, pens¨® en ti, un explorador low cost, para atravesar la tierra mas¨¢i, que ten¨ªa fama de estar poblada de guerreros poco amistosos. Partiste de Mombasa, en la costa de Kenia, con la intenci¨®n de llegar hasta el lago Victoria. Fue en este viaje cuando un bote de sal de frutas se convirti¨® en tu mejor aliado. Te bastaba con echar una cucharada en un vaso de agua para que la efervescencia convenciera a los mas¨¢is de que eras un mago capaz de curarlo todo. En otra ocasi¨®n, cuando un grupo de guerreros te rodeaba en actitud poco amistosa, tuviste la gracia de salir del mal trago bailando una danza escocesa. Se quedaron tan asombrados que te dejaron marchar sin problemas.
¡°Estoy condenado a ser un vagabundo¡±, escribiste. ¡°No soy un constructor de imperios, no soy un misionero, en realidad ni siquiera soy un cient¨ªfico. Lo que verdaderamente quiero es volver a ?frica y seguir vagando de un lado para otro¡±.
Regresaste a ?frica varias veces, pero la muerte te lleg¨® muy pronto, a los 37 a?os. Cuentan que, poco antes de morir, dijiste: ¡°Si tuviera la fuerza necesaria para vestirme y caminar un centenar de metros, volver¨ªa a ?frica ahora mismo¡±.
Xavier Moret es autor de 'Tras los pasos de Livingstone' (Odiseas), editado por Pen¨ªnsula.
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