Refugiados nicarag¨¹enses: a salvo pero en la indigencia
El director de Amnist¨ªa Espa?a relata en este texto la hu¨ªda de campesinos, estudiantes, periodistas, y defensores de derechos humanos de la Nicaragua de Daniel Ortega
El hotel de San Jos¨¦ (Costa Rica) donde nos hospedamos est¨¢ lleno de campesinos, estudiantes, periodistas, y defensores de derechos humanos que tienen en com¨²n cuatro condiciones: intentaron mejorar la situaci¨®n en su pa¨ªs, han huido de la represi¨®n de la Nicaragua de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se pudren a la intemperie por calles y trochas de Costa Rica y, con coraje, cuentan su historia reciente a Amnist¨ªa Internacional.
Son hombres y mujeres valientes. Hombres tama?o armario que reclaman justicia y se quiebran al relatar como su hijo muri¨® por disparos de la polic¨ªa mientras defend¨ªa una barricada en la universidad, o ense?an fotos de su beb¨¦ asesinado por un disparo de un francotirador mientras corr¨ªa por las calles para salvar su vida. Un periodista sandinista relata c¨®mo sus jefes comienzan a acosarlo al negarse, por dignidad, a transmitir cr¨®nicas mentirosas en las calles de Nicaragua entre abril y octubre del 2018 cuando mor¨ªan bajo los disparos de las fuerzas de seguridad m¨¢s de 320 personas. Una mujer, directora de una empresa importante, sigue peleando mientras mendiga un puesto de venta ambulante con el que alimentar a su hijo peque?o, y un cardi¨®logo de prestigio pasea, insomne, por las calles de Costa Rica angustiado por los ahorros que se acaban, y se estruja el cerebro pensando c¨®mo dar de comer a su familia mientras las autoridades le piden notas compulsadas, sellos y papeles que no pudo llevar consigo al huir con lo puesto.
Un profesor de instituto, con el orgullo de llevar m¨¢s de 30 a?os de profesi¨®n educando alumnos, cuenta que huy¨® de su ciudad porque los paramilitares rondaban el centro escolar en su b¨²squeda por apoyar las protestas estudiantiles, y no soporta la humillaci¨®n de tener que pedir ayuda una y otra vez en la calle.
Verlo y escucharlo todo
Entramos en La Carpio, un asentamiento sitiado por dos r¨ªos y un basurero gigante, donde se hacinan en condiciones de insalubridad miles de personas, muchas de ellas refugiadas, las m¨¢s invisibles de las invisibles, poblaci¨®n civil que escap¨® para no morir y que pagan la fortuna de 150 d¨®lares al mes por habitaciones sin ventanas donde duermen hasta 11 personas a la vez. Esas casas de aluvi¨®n est¨¢n llenas de ni?os que no van a la escuela ¡ªaunque tengan derecho¡ª porque sus madres, solas, no tienen c¨®mo llevarlos y traerlos.
Hombres tama?o armario se quiebran al relatar como su hijo muri¨® por disparos de la polic¨ªa o ense?an fotos de su beb¨¦ asesinado por un disparo de un francotirador
Tambi¨¦n hablo con una l¨ªder comunitaria que organizaba las protestas contra el Gobierno de Nicaragua en su localidad y que ahora pide limosna por las calles del barrio y nos ense?a su casa para que denunciemos al mundo las condiciones en las que vive. Y con una mujer muy joven que carga entre los brazos con su beb¨¦ y que, orgullosa, nos dice que aun estando embarazada ayudaba en las protestas llevando comida a los estudiantes atrincherados en las barricadas.
Y, tras verlo todo y escucharlo todo, hablo con representantes de gobiernos europeos que me dicen que quieren ayudar y compartir la responsabilidad sobre las personas refugiadas, pero que el Gobierno de Costa Rica no se re¨²ne con ellos desde agosto y no se sabe, oficialmente, qu¨¦ se necesita para que puedan vivir all¨ª con dignidad. Que tampoco hay datos oficiales sobre el n¨²mero de refugiados en este pa¨ªs, aunque los c¨¢lculos m¨¢s conservadores indican que desde abril del 2018 (fecha del inicio de la represi¨®n feroz) hasta hoy cerca de 42.000 nicarag¨¹enses buscan refugio, y que de las m¨¢s de 23.000 solicitudes de asilo en el a?o 2018 s¨®lo se han concedido tres.
Desde Amnist¨ªa Internacional nos reunimos con el presidente de Costa Rica, Carlos ?lvaro Quesada, que sabe escuchar. Le pedimos que haga lo que todo el mundo espera: aprobar un plan de ayuda a las personas refugiadas que agilice los tr¨¢mites y facilite el acceso r¨¢pido a un permiso de trabajo que contribuya a la integraci¨®n en su sociedad. Nos dice que s¨ª, que lo har¨¢, pero que hay que ser cautelosos para no alimentar la xenofobia y el racismo, y que pronto ver¨¢ ¨¦l ese plan y que en el primer semestre de este a?o lo pondr¨¢ en pr¨¢ctica.
Y pienso en las ni?as de La Carpio correteando por esas calles peligrosas sin nada que hacer, y en ese hombre que, angustiado por no haber podido salvar a su hijo de morir en la barricada, dobla una y otra vez una servilleta de comedor y piensa en regresar a Nicaragua porque ha perdido la esperanza de recomponer su vida en Costa Rica, un pa¨ªs abierto a quienes huyen pero que puede convertir, si no se remedia, a los huidos en seres invisibles y olvidados.
Se?or presidente, usted puede y debe hacer honor a la historia de pacifismo y derechos humanos de su pa¨ªs, y aprobar esa ley ya.
Esteban Beltr¨¢n, director de Amnist¨ªa Internacional Espa?a.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Daniel Ortega
- Crisis familias migrantes centroamericanas
- Nicaragua
- Inmigrantes latinoamericanos
- Crisis migratoria
- Centroam¨¦rica
- Desigualdad social
- Crisis humanitaria
- Problemas demogr¨¢ficos
- Pobreza
- Cat¨¢strofes
- Inmigrantes
- Inmigraci¨®n
- Migrantes
- Latinoam¨¦rica
- Migraci¨®n
- Desastres
- Am¨¦rica
- Demograf¨ªa
- Sucesos
- Problemas sociales
- Sociedad
- En primera l¨ªnea
- Planeta Futuro