C¨®mo saber si tu casa est¨¢ en riesgo de acumular gas cancer¨ªgeno (y qu¨¦ hacer al respecto)
Se produce de forma natural y es casi omnipresente, pero en algunos edificios se acumula hasta el punto que supone un grave riesgo para la salud
Cualquiera que haya olido la peste que asciende desde la caldera de un volc¨¢n activo sabe bien que la Tierra respira, y que su aliento no siempre es agradable. Las emanaciones t¨®xicas del entorno hacen que nadie quiera pararse cerca durante mucho tiempo. El cuerpo pide ox¨ªgeno. Pero hay otros escenarios en los que el gas t¨®xico ni se huele ni se ve, en los que convive con las personas sin que estas lo sepan, sin ning¨²n resultado hasta que han pasado d¨¦cadas. Uno de los protagonistas de estas historias es el gas rad¨®n, que se cuela en los hogares con dram¨¢ticos resultados: un estudio espa?ol ha confirmado que dosis altas de este gas fantasma, cuando se concentra en el interior de edificios, duplican el riesgo de c¨¢ncer de pulm¨®n en las personas que nunca han fumado.
"La exposici¨®n al rad¨®n ha sido clasificada como el factor de riesgo m¨¢s importante para el c¨¢ncer de pulm¨®n en nunca fumadores y el segundo en fumadores por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud", dice el profesor de Medicina preventiva y salud p¨²blica de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro de la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (SEPAR), Alberto Ruano. En fumadores "existe una fuerte interacci¨®n entre ambos carcin¨®genos pulmonares y se puede decir que esta interacci¨®n es casi multiplicativa", a?ade el experto. Ruano ha dirigido el estudio, que ha visto la luz en la revista Environmental Research y que basa su conclusi¨®n respecto a su efecto en la salud en una muestra de 1.415 individuos del noroeste de Espa?a, quienes no hab¨ªan fumado nunca.
Los participantes en el trabajo hab¨ªan vivido una mediana de 30 a?os en el domicilio en el que se hab¨ªa medido el rad¨®n, y ese es un punto clave. "Como cualquier tumor, necesita en general un tiempo de inducci¨®n largo para que la exposici¨®n a radiaci¨®n ionizante pueda causar ese efecto carcinog¨¦nico". A ninguna persona le ocurrir¨¢ nada por estar un tiempo corto expuesto al gas, pero el c¨¢ncer puede aparecer a largo plazo, y "no existe un plan nacional de rad¨®n ni se ha aplicado la norma sobre rad¨®n en el c¨®digo t¨¦cnico de edificaci¨®n, a pesar de que ya existe un borrador sin publicar", dice el miembro de SEPAR Alberto Ruano. Entonces, ?c¨®mo podemos protegernos de la amenaza? Lo primero es conocerla.
La amenaza que nace del uranio, bajo los cimientos
El gas se genera en el proceso natural de desintegraci¨®n radiactiva del uranio. "La presencia de trazas del elemento en los materiales terrestres produce concentraciones de rad¨®n en la mayor¨ªa de los suelos, que pueden salir a la atm¨®sfera exterior y al interior de recintos cerrados", relata el responsable del laboratorio de Estudios del rad¨®n de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC), Arturo Vargas. "Puede entrar por caminos de gran tama?o como las tuber¨ªas de los desag¨¹es o por otros mucho m¨¢s peque?os, como las grietas en los forjados y en el sistema de impermeabilidad", explica Vargas.
Todos los edificios contienen rad¨®n de manera natural, pero en la mayor¨ªa est¨¢ presente en concentraciones bajas, que no suponen un peligro para la salud. ?Qu¨¦ hace entonces que algunos edificios s¨ª presenten concentraciones amenazantes de este gas fantasma? Tal y como explican desde el Consejo de Seguridad Nuclear, "existen zonas geogr¨¢ficas en las que, debido a su geolog¨ªa, es m¨¢s probable encontrar edificios con niveles elevados de rad¨®n".
Los suelos gran¨ªticos, arenosos y gravas favorecen que el gas aflore a la superficie porque son m¨¢s porosos, mientras que los arcillosos y compactos, menos permeables, dejan que emane una menor concentraci¨®n de rad¨®n. Y, aunque saber exactamente d¨®nde se encuentran los lugares sensibles es complejo, los expertos se refieren de modo general a las concentraciones de rad¨®n en hogares de nuestra geograf¨ªa en t¨¦rminos probabil¨ªsticos.
El Consejo de Seguridad Nuclear, en colaboraci¨®n con centros de investigaci¨®n y universidades espa?olas, ofrece un mapa del potencial de presencia de rad¨®n en la geograf¨ªa espa?ola, en el que los lugares m¨¢s sensibles est¨¢n en Galicia, as¨ª como en Extremadura y Castilla y Le¨®n orientales. Dicho mapa no implica necesariamente que las viviendas situadas en las zonas con alto potencial tengan altas concentraciones de rad¨®n, ni que sean bajas en las casas de los lugares con un bajo potencial. "Indica que la probabilidad de encontrar una vivienda con concentraci¨®n superior a 300 bequerelios por metro c¨²bico -la medida con la que se mide el volumen del gas- es m¨¢s alta en las zonas con potencial elevado", aclara el experto.
C¨®mo se bloquea la entrada al rad¨®n
La raz¨®n fundamental que explica que una casa est¨¦ contaminada o libre de rad¨®n es tan sencilla como que algunas est¨¢n preparadas para evitar que se introduzca y otras no. La Administraci¨®n no mide los niveles ni aplica la directiva europea de protecci¨®n, pese a que los expertos estiman que unos 250.000 edificios pueden estar acumulando rad¨®n en Espa?a. Lo que no significa que no haya nada que hacer.
"Se recomienda llevar a cabo actuaciones de protecci¨®n a la entrada de rad¨®n en viviendas antes de llevar a cabo su construcci¨®n, en especial, en aquellos lugares donde el potencial de rad¨®n sea m¨¢s elevado". Lo primero que hay que hacer es consultar el mapa del Consejo de Seguridad Nuclear donde podemos ver el nivel de riesgo de nuestra zona (incluso calle). "Tambi¨¦n podemos pedir informaci¨®n a nuestro ayuntamiento. Seg¨²n la directiva 59/2013, las administraciones locales y estatales deben proporcionar esta informaci¨®n a sus ciudadanos", recomienda Jos¨¦ Miguel Rodr¨ªguez, director del programa Vive sin Rad¨®n y miembro de la Asociaci¨®n Europea del Rad¨®n (ERA, por sus siglas en ingl¨¦s).
Si vivimos en una zona de riesgo, el siguiente paso es "realizar una medici¨®n en nuestra casa para conocer si est¨¢ afectada o no. Es importante que la medici¨®n cuente con la adecuada acreditaci¨®n, ya que esta nos ser¨¢ de utilidad para poder solicitar las ayudas que existen en el Plan Estatal de Vivienda para reparar casas afectadas por rad¨®n", prosigue el miembro del ERA. Existen diferentes formas de mitigaci¨®n, de reparar una casa afectada por rad¨®n. "En obra nueva se colocan membranas para impedir que el rad¨®n entre en la vivienda. En zonas con altos niveles de rad¨®n se combinan las membranas con otras t¨¦cnicas de despresurizaci¨®n del subsuelo. En viviendas ya construidas la t¨¦cnica m¨¢s efectiva es la despresurizaci¨®n de subsuelo debajo de la casa", dice el experto.
Si una casa tiene niveles de concentraci¨®n altos, la ventilaci¨®n no arregla el problema del rad¨®n. Hay que tener cuidado con esto porque en muchos casos puede provocar un aumento de nivel del gas en la vivienda, ya que al ventilar provocamos una diferencia de presi¨®n que hace que sea atra¨ªdo hacia el interior, advierte Rodr¨ªguez. Otro sistema que se usa en combinaci¨®n con la ventilaci¨®n del forjado o la despresurizaci¨®n del subsuelo es la ventilaci¨®n mec¨¢nica forzada. "En algunos pa¨ªses se est¨¢n probando estos sistemas con buenos resultados", asegura.
Por t¨¦rmino medio, una obra de estas caracter¨ªsticas puede tener un coste de entre 3.500 y 6.000 euros, pero actualmente "se pueden solicitar subvenciones de hasta el 40% del total del coste de las intervenciones". En todo caso, la soluci¨®n definitiva pasa por la inclusi¨®n de medidas de protecci¨®n del C¨®digo T¨¦cnico de Edificaci¨®n. "De esta forma, se dejar¨ªa de construir casas con este potencial peligro, pues una casa bien construida no tiene problemas de rad¨®n", concluye Rodr¨ªguez.
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