Sacar a los ni?os de la cantera
Un proyecto espa?ol busca ayudar a los ni?os que trabajan en las minas de Ben¨ªn y escolarizarlos, adem¨¢s de favorecer el acceso al agua limpia de la poblaci¨®n
Tic, tic, tic, toc, tic, tic, tic, toc¡ Es la m¨²sica de fondo que se escucha, desde antes de que salga el sol hasta su puesta, en Tchachegou, una ciudad en el centro de Ben¨ªn, a unos 250 kil¨®metros al norte de Coton¨². El ruido procede de las canteras donde cientos de mujeres y ni?os, refugiados bajo la sombra que ofrecen los pocos ¨¢rboles que all¨ª quedan, rompen diariamente enormes piedras de granito hasta convertirlas en grava que luego, lejos de all¨ª, ser¨¢ utilizada para hacer hormig¨®n. ?Y los hombres? Est¨¢n arriba en la monta?a, donde intentan desgajar las grandes rocas. Para ello aplican fuego y meten cu?as de madera entre las rendijas para hacer saltar trozos que puedan ser trasladados hasta donde se encuentra el resto de la familia. Es un trabajo peligroso, porque muchas veces las piedras saltan sin avisar hiriendo a los que est¨¢n cerca.
La familia Madougou trabaja sin descanso bajo un grupo de mangos. El hijo mayor, de 15 a?os, y su hermana de 13 levantan pesadas mazas por encima de sus cabezas y las dejan caer, con gran precisi¨®n, sobre un mont¨®n de piedras contenido dentro de un viejo neum¨¢tico de cami¨®n para evitar, dentro de lo posible, que salten lascas y puedan lastimar a algunos de los que all¨ª se encuentran. De vez en cuando, para que descasen, alguno de los hermanos m¨¢s peque?os les da el relevo. La madre y una t¨ªa transportan sobre sus cabezas capazos met¨¢licos con la grava y la depositan cerca de alguno de los caminos por donde los camiones que vienen a comprarla acceden. Pagan el equivalente a 150 euros por 10.000 metros c¨²bicos de grava. Ninguna familia puede, por s¨ª sola, llenar uno. Tres o cuatro familias, si son grandes como la de los Madougou, ponen en com¨²n el trabajo de todo un mes y se reparten la ganancia. Tambi¨¦n son muchas las mujeres solas, a veces ayudadas por ni?os de no m¨¢s de siete u ocho a?os, con el hijo m¨¢s peque?o atado a la espalda o acostado sobre unos trapos junto a ella, que sentadas en el suelo, con un martillo peque?o rompen las grandes piedras. Pasan todo un d¨ªa de trabajo para conseguir uno o dos capazos de grava solamente.
Las personas que se mueven por esta cantera a cielo abierto est¨¢n expuestas a diversas enfermedades. La m¨¢s peligrosa es posiblemente la silicosis, afecci¨®n pulmonar incurable causada por la inhalaci¨®n de polvo que contiene s¨ªlice cristalino. A pesar de todos los esfuerzos de prevenci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), la silicosis todav¨ªa afecta a decenas de millones de trabajadores y mata a miles de personas cada a?o en todo el mundo. Esta enfermedad, con su potencial de causar discapacidad f¨ªsica progresiva y permanente, todav¨ªa es una de las dolencias profesionales m¨¢s importantes del planeta, seg¨²n la OMS.
Con el auge de la construcci¨®n que experimenta la inmensa mayor¨ªa de las ciudades africanas, la demanda de grava ha crecido y las minas a cielo abierto se multiplican por todos los pa¨ªses y, tambi¨¦n, en Ben¨ªn.
Las mujeres y los ni?os son los m¨¢s afectados por este problema en este peque?o pa¨ªs, seg¨²n un estudio llevado a cabo en 2014 y publicado en el Bulletin de la Recherche Agronomique du Be?nin (BRAB). Tambi¨¦n especifica que la poblaci¨®n que sufre este problema es relativamente joven, en torno a los 25 a?os. Estas personas son, en su mayor¨ªa, analfabetas o con muy bajo nivel de educaci¨®n, que han encontrado en las canteras su ¨²nico medio de subsistencia. Adem¨¢s, no utilizan ninguna medida de prevenci¨®n laboral por lo que los accidentes son tambi¨¦n muy frecuentes.
Cuidar a los m¨¢s peque?os
Los ni?os son los que m¨¢s sufren esta situaci¨®n. Adem¨¢s de aquellos que desde muy j¨®venes se ven forzados a trabajar en las canteras picando piedras para ayudar a sus familias, est¨¢n los m¨¢s peque?os, los beb¨¦s, muchos de ellos cuidados por hermanos un poco m¨¢s mayores o atados a la espaldas de sus madres o que descansan cerca de ellas. Ellos tambi¨¦n inhalan las part¨ªculas de s¨ªlice que surgen de la ruptura de las rocas y que llegan a sus pulmones, lo que provoca la muerte de muchos de ellos.
El centro de salud del pueblo no cuenta con estad¨ªsticas precisas, pero su encargado precisa que la mortalidad infantil por enfermedades relacionadas con las v¨ªas respiratorias y los pulmones es inmensamente m¨¢s alta que en otras partes del pa¨ªs.
Fue esta realidad de los ni?os forzados a trabajar en la cantera y la de aquellos m¨¢s j¨®venes obligados a respirar el polvo maligno, lo que movi¨® a la ONG espa?ola Mensajeros de la Paz a desarrollar un programa integral en la zona que, en una primera fase, tiene que ver con la protecci¨®n de los menores, su escolarizaci¨®n y el acceso a agua limpia.
Uno de sus mayores logros ha sido conseguir la escolarizaci¨®n de 280 ni?as y ni?os en la escuela de Tchachegou. No est¨¢n todos los que deber¨ªan, todav¨ªa muchos menores pican piedra. Por eso la sensibilizaci¨®n de las familias es muy importante. ¡°Hay que hacerles entender que el lugar de los ni?os es la escuela y mostrarles los peligros a los que exponen a sus hijos al obligarles a trabajar en las canteras. Pero se requiere mucha paciencia y tiempo para que poco a poco cambie la mentalidad¡±, comenta Florent Rama Yao Koudoro, director de los proyectos en Ben¨ªn. Es dif¨ªcil determinar el porcentaje de ni?os no escolarizados en la zona, pero ¡°es muy bajo, basta con ver que hay m¨¢s ni?os en la cantera que en la escuela¡±, a?ade.
Muchas mujeres y ni?as ten¨ªan que ir lejos en busca de la que se consum¨ªa en sus casas. Eso implicaba cruzar la carretera nacional y eran muchas los que mor¨ªan atropellados
¡°Va a ser mucho m¨¢s complicado convencer a las madres para que lleven a sus hijos a la guarder¨ªa¡±, afirma Koudoro. No muy lejos de la escuela primaria un grupo de obreros trabaja en el nuevo edificio que acoger¨¢ a los m¨¢s peque?os a partir del pr¨®ximo septiembre. ¡°La idea es que las madres dejen aqu¨ª a sus hijos para evitar la exposici¨®n al polvo de la cantera. Los ni?os estar¨¢n cuidados y, adem¨¢s comenzar¨¢n sus estudios¡±. Piensa Koudoro que va a ser una labor muy dif¨ªcil conseguir este objetivo, pero no ceja en su intento de impedir que los menores respiren el silicio. ¡°Hemos empezado la campa?a de sensibilizaci¨®n para que cuando llegue septiembre las madres est¨¦n concienciadas. Tenemos muchas ilusiones puestas en este proyecto. Ser¨¢ un paso muy importante para mejorar la salud de los m¨¢s peque?os¡±, explica el director del programas.
El otro problema al que hacer frente es el de la escasez de agua limpia en la zona debido a la degeneraci¨®n medioambiental que significa la destrucci¨®n de la monta?a y sus bosques por los canteros. Adem¨¢s, las aguas est¨¢n contaminadas porque el polvo de silicio tambi¨¦n llega hasta ellas, y no son aptas para el consumo humano. Muchas mujeres y ni?as ten¨ªan que ir lejos en busca de la que se consum¨ªa en sus casas. Eso implicaba cruzar la carretera nacional por donde coches, camiones y motos circulan a gran velocidad. ¡°Eran muchos los que mor¨ªan atropellados cuando iban a buscar el agua¡±, comenta Mousa Akougbe jefe del pueblo.
Se han construido dos redes de distribuci¨®n de agua con dos dep¨®sitos en altura, en las colinas. Hasta ellos se bombea el agua desde pozos limpios. Desde all¨ª se env¨ªa a las diferentes fuentes distribuidas por las distintas localidades de la zona. Se han constituido unos comit¨¦s de gesti¨®n, un grupo de personas que se encarga de su buen uso y mantenimiento. Tambi¨¦n abren y cierran las fuentes en horarios determinados, y las mantienen limpias. Adem¨¢s cobran la peque?a contribuci¨®n monetaria que los ciudadanos hacen para el funcionamiento de todo el sistema. ¡°Entre Tchachegou y la ciudad vecina de Sokponta, m¨¢s los pueblos que dependen de ellas, el agua limpia llega a m¨¢s de 15.000 personas¡±, asegura Koudoro.
Este a?o, gracias a la carrera solidaria organizada en los Colegios Valle de Madrid dentro de su Semana de la Solidaridad y con el apoyo de la Fundaci¨®n Salvador Soler, la organizaci¨®n ha ampliado el proyecto para garantizar que la escuela de Tchatchegou se convierta en una escuela saludable con del acceso a agua limpia a trav¨¦s de fuentes y un saneamiento b¨¢sico y digno mediante la construcci¨®n de unas letrinas en el propio recinto.
La cantera es una fuente de enfermedades y de deterioro del medioambiente, pero es la forma de subsistencia que han encontrado los habitantes de estos pueblos, por lo que la soluci¨®n no pasa por cerrarla de golpe. ¡°Habr¨ªa que encontrar alternativas a ese trabajo para que las familias pudieran abandonarlo sin que sus ingresos desciendan, pero no es f¨¢cil por ahora. As¨ª que nos centramos, en un primer momento, en la educaci¨®n, la salud y el agua limpia. Luego, poco a poco, veremos qu¨¦ otras programas podemos implementar para mejorar la vida de estas personas¡±, comenta Koudoro.
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