Hipocondr¨ªa pol¨ªtica
Me pregunto qu¨¦ hay en nuestro futuro que no nos imaginamos, que no podemos anticipar
En El nen¨²far y la ara?a (Tr¨¢nsito; traducci¨®n de Laura Salas Rodr¨ªguez) Claire Legendre explora la hipocondr¨ªa como enfermedad intangible, como forma de protegerse, como sortilegio para anticipar la desgracia, conocerla de antemano. La hipocondr¨ªa es una manera de construir la narrativa que da sentido a un dolor invisible, a una enfermedad inexistente que, sin embargo, se siente como real. ¡°Antes de que se perfilase la enfermedad, me la invent¨¦¡±, escribe Legendre. ¡°Me la invent¨¦ para ser su autora; as¨ª, si esa enfermedad exist¨ªa, al menos no se impondr¨ªa, sino que ser¨ªa mi obra. De ese modo tendr¨ªa el espejismo de controlarla¡±. Le¨ª este libro hace d¨ªas, despu¨¦s de haber escrito mi columna Soy miedica. Me sorprendi¨® cu¨¢nto de lo que yo contaba en ese texto se relacionaba con la obra de Legendre. No s¨®lo por algunos de los miedos que describe (ay, la aracnofobia), tambi¨¦n por su inclinaci¨®n a anticipar la desgracia. Yo no soy hipocondriaca en cuanto a las enfermedades, pero s¨ª sufro de hipocondr¨ªa pol¨ªtica. Y me atrevo a decir que no soy la ¨²nica.
Hace no tanto vaticin¨¢bamos un escenario aterrador en el que las derechas llegaban al poder. Pens¨¢bamos que Vox irrumpir¨ªa con mucha m¨¢s fuerza en el Congreso de lo que ha hecho (aunque que haya un solo diputado de ese partido en el Gobierno ya me parece preocupante) y que tendr¨ªan la llave para formar un Gobierno que eliminar¨ªa derechos fundamentales. Lo pienso s¨®lo ahora, pero creo que hemos actuado como la hipocondriaca Legendre: imaginamos la enfermedad antes de que llegara, tal vez para prepararnos, para ejercer alg¨²n tipo de control sobre el inquietante escenario de futuro. Esa imaginaci¨®n hipocondriaca tambi¨¦n hizo que los votantes de izquierdas nos moviliz¨¢ramos y vot¨¢ramos. Dormimos m¨¢s tranquilos esa noche del 28-A.
Ante la angustia de la enfermedad creada, Legendre habla del ansiol¨ªtico como remedio insuficiente porque ¡°el medicamento contra el miedo no nos cura de la consciencia de tenerlo. Solamente suprime los s¨ªntomas¡±. Sin negarle ninguna importancia al voto, me pregunto si su ejercicio podr¨ªa ser nuestro ansiol¨ªtico. Al fin y al cabo, ?significa que el triunfo del PSOE y la esperanza de una alianza de izquierdas (hoy todav¨ªa viva, no s¨¦ si para cuando se publique esta columna lo estar¨¢) haya acabado con la amenaza de la ultraderecha y la inquietud que nos provoca? Definitivamente no.
Por mucho que nos anticipemos, que seamos previsores, que hayamos calmado nuestra ansiedad hablando en las urnas, nos puede pasar como a la autora de El nen¨²far y la ara?a. Despu¨¦s de estar convencida desde ni?a que no vivir¨ªa m¨¢s de 27 a?os sin que eso se cumpla, despu¨¦s de pensar que morir¨ªa por una intoxicaci¨®n de semillas de albaricoques o que ten¨ªa c¨¢ncer y resulta que no, un d¨ªa se pone realmente enferma. Despu¨¦s de muchas pruebas descubren que tiene un problema con su timo. El timo, por si no lo saben (yo no lo sab¨ªa), es un ¨®rgano glandular perteneciente al sistema inmunol¨®gico. La autora, tan consciente de su cuerpo, ni siquiera sab¨ªa que albergaba ese ¨®rgano con forma de nen¨²far en su interior. Lo descubre como se descubre a una ara?a replegada sobre s¨ª misma, en la esquina del dormitorio, que decide descolgarse de su tela mientras una est¨¢ despistada. Y no puedo m¨¢s que preguntarme qu¨¦ hay en nuestro futuro pol¨ªtico que no nos imaginamos, que no podemos anticipar. Qu¨¦ ara?a sigilosa, qu¨¦ nen¨²far enfermo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.