Escribir sobre la mafia, jugarse la vida
Los periodistas son, junto a polic¨ªas y jueces, la ¨²ltima l¨ªnea de resistencia ante la Cosa Nostra. A veces, acercarse a la verdad mata
La Mafia no existe, ese ha sido el punto de partida esencial de la existencia de la Mafia en Italia, y en cualquier otro sitio. A partir de ah¨ª, todo lo que sea demostrar que existe es un bien precioso para la sociedad, pero un grave problema para quien lo demuestra. Como es natural, en esta lent¨ªsima labor en siglo y medio de vida, y muerte, de las mafias italianas han tenido mucho que ver algunos periodistas. Forman parte, junto a polic¨ªas y magistrados, de un equipo de choque, la ¨²ltima l¨ªnea de resistencia de un pa¨ªs civilizado. M¨¢s all¨¢, es el caos, o el territorio de la Mafia. El oficio del periodista en estos casos es el m¨¢s sencillo y complicado: decir lo que no se sabe o no se debe saber. Sacar a la luz lo que est¨¢ escondido, hacer expl¨ªcito lo que el miedo convierte en secreto.
Escribir sobre la Mafia en Italia ha sido y, a veces todav¨ªa, es jugarse la vida. El caso m¨¢s conocido en Espa?a es el de Roberto Saviano, pero es el pen¨²ltimo de una larga serie. Despu¨¦s del caso del autor de Gomorra (2006), por ejemplo, no tuvieron ning¨²n eco en el extranjero las amenazas y el intento de atentado contra el periodista siciliano Lirio Abbate, que tuvo que irse de Palermo y desde 2007 vive con escolta. Se fue a Roma y all¨ª destap¨® desde 2012 la nueva Mafia surgida en la capital, y se le abri¨® un nuevo frente de amenazas. Antes que ellos hubo muchos m¨¢s, en tiempos m¨¢s dif¨ªciles, porque estaban m¨¢s solos.
Es necesario conocer el trabajo de estos pioneros, aut¨¦nticos h¨¦roes de la democracia a quienes se puede imaginar perfectamente como en un w¨¦stern, porque eso ha sido Sicilia y el sur de Italia durante d¨¦cadas. Necesario porque una parte de lo que sabemos de la Mafia se lo debemos a ellos, aunque no lo sepamos. Conocemos mucho m¨¢s de la Mafia por las pel¨ªculas que por la realidad, cuando la realidad suele darle mil vueltas. Sobre esto hay un caso ins¨®lito, el de El caso Mattei, de Francesco Rosi, un filme excepcional, y luego muy influyente, estrenado en 1972, precisamente el a?o de El Padrino. Es la otra cara de la moneda de la gran pel¨ªcula de Coppola, basada en una novela, que estiliza la Mafia y la convierte en mitolog¨ªa en el ¨¢mbito mundial. La de Rosi no, se basa tanto en la realidad que acaba metida dentro de ella, y luego es la realidad la que termina en la pel¨ªcula. Lo explico. El filme relata la historia de Enrico Mattei, un genial industrial italiano que se enfrent¨® al monopolio de las grandes petroleras norteamericanas y muri¨® en un extra?o accidente a¨¦reo en 1962, tras pasar unos d¨ªas en Sicilia. Como se demostr¨® luego, fue un atentado y la sospecha es que fue obra de la Mafia, subcontratada por ¨¦lites poderosas. Pero todo esto a¨²n era un tab¨² cuando Rosi quiso hacer su pel¨ªcula. En 1970 llam¨® a un sagaz periodista siciliano, Mauro De Mauro, y le pidi¨® que investigara el caso para documentarse bien en la preparaci¨®n del filme. A los pocos d¨ªas, De Mauro desapareci¨®. Todav¨ªa hoy es un caso sin resolver y su cuerpo no ha sido hallado. Seg¨²n Sciascia, toc¨® la verdad sin saberlo. En Italia, acercarse a la verdad m¨¢s inconfesable mata, es como acceder al fruto del bien y del mal. Lo que hizo Rosi a continuaci¨®n es muy interesante: cont¨® eso mismo en la propia pel¨ªcula. La pel¨ªcula irrumpe en la realidad, y la realidad en la pel¨ªcula. Todo es verdad, no hay ficci¨®n. El cine italiano siempre se ha acercado as¨ª a la Mafia, no tanto el de Hollywood.
A los mafiosos les encantan las pel¨ªculas de la Mafia, pero tambi¨¦n leen, leen much¨ªsimo los peri¨®dicos. Para saber lo que se sabe, por pura autocomplacencia e incluso para enterarse tambi¨¦n ellos de lo que pasa. Cuando les pillan no es raro que tengan libros de la Mafia, a veces sobre s¨ª mismos. Algo curioso de los mafiosos es que al moverse en un mundo herm¨¦tico y resbaladizo, viven en la desinformaci¨®n, ¨¢vidos de datos fiables. Lo que se escribe tambi¨¦n puede suponer una condena para ellos mismos, cuando trascienden escuchas en las que alguien habla demasiado o revela traiciones imperdonables. A veces causa suicidios, igual que la publicaci¨®n de secretos es motivo de homicidios.
Fava rompi¨® el silencio sobre la Mafia y el due?o del diario puso una bomba en la redacci¨®n para avisarle de que parara
Hubo periodistas que tocaron esa verdad letal, una labor temida que hac¨ªan por todos los dem¨¢s sin apenas no ya recompensa, sino reconocimiento. Ca¨ªan en el olvido y a menudo les segu¨ªa una segunda muerte social. Algunos no solo eran muy valientes, tambi¨¦n eran muy j¨®venes. Antes que De Mauro, en 1960 fue asesinado Cosimo Cristina, de 25 a?os, un crimen que la Mafia hizo pasar por suicidio, dejando su cuerpo en un t¨²nel del tren. La verdad tard¨® 40 a?os en salir a la luz, gracias a otro periodista. Un cronista que tambi¨¦n investig¨® ese homicidio, Mario Francese, acab¨® asesinado en 1979 por documentar el ascenso del temible clan de los Corleoneses. Giovanni Spampinato, un reportero que apunt¨® las relaciones entre terrorismo neofascista y la Mafia, muri¨® acribillado con 25 a?os en 1972. El periodista napolitano Giancarlo Siani, que investigaba la Camorra, fue asesinado con 26 a?os. Tambi¨¦n hubo locutores heroicos en las televisiones locales sicilianas, como el periodista y activista Mauro Rostagno, asesinado en 1988. En 1993 la Mafia seg¨® la vida de Beppe Alfano, otro cronista de una cadena local, y a los seis meses, la de su director, Antonio Mazza.
Pocos casos m¨¢s audaces que el de Peppino Impastato, que hac¨ªa un programa sat¨ªrico en la radio de su pueblo, Cinisi, burl¨¢ndose de los mafiosos locales. Fue asesinado en 1978, y la Mafia simul¨® que era un terrorista que hab¨ªa muerto al intentar colocar una bomba. Fue otro caso olvidado durante a?os, rescatado por otra excelente pel¨ªcula, I cento passi (Los cien pasos, 2000), de Marco Tullio Giordana. Escribi¨® el guion Claudio Fava, periodista e hijo de Pippo Fava, otro cronista asesinado en Catania en 1984. Cualquier periodista que se queje cuando le den un toque desde arriba al abordar un asunto que no debe, que piense en Fava y se le pasar¨¢. Era director de un peri¨®dico en esta ciudad siciliana y cuando empez¨® a romper el silencio sobre la Mafia caus¨® tal conmoci¨®n que fue el due?o del diario quien puso una peque?a bomba en la redacci¨®n (esto lo supo luego, claro) para avisarle ¨¦l mismo de forma clara de que era mejor dejar lo que estaba haciendo. Como no hizo caso, lo siguiente fue despedirle. Pero Fava fund¨® su propio diario, I Siciliani, continu¨® y lo siguiente fue matarle. Su hijo ha contado sus recuerdos de la prensa siciliana cuando era ni?o, llena de fotos terribles de los homicidios mafiosos: ¡°Esos muertos, a la manera de los muertos de la Mafia en Sicilia, ten¨ªan algo de carnicer¨ªa. La Mafia ten¨ªa necesidad de ofrecer im¨¢genes de su fuerza, para decir: ¡®Esta es nuestra ciudad¡±. Ellos controlaban su imagen en la prensa exactamente como quer¨ªan, con las fotos de sus cr¨ªmenes. Pero de lo dem¨¢s, ni una palabra. Sicilia e Italia fueron cambiando cuando la Mafia empez¨® por fin a ser contada.
??igo Dom¨ªnguez es autor de ¡®Paletos salvajes. Cr¨®nicas de la Mafia II¡¯ (Libros del KO), cuya dedicatoria es para los valientes periodistas italianos.
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