Africanas en Madrid
Muchas migrantes en Espa?a quieren formarse, estudiar y abrir nuevos horizontes en sus vidas, pero encuentran numerosas trabas
Existe un lugar en Madrid donde las africanas tienen su propio lugar de encuentro. A ¨¦l acuden mujeres de varios pa¨ªses con un objetivo com¨²n: ¡°empoderarse y saltar las barreras¡± que existen en una sociedad que todav¨ªa las mira ¡°con extra?eza", cuenta Nicole Ndongala, congole?a de nacimiento. Ella es la actual directora de este espacio de convivencia: la asociaci¨®n Karibu. Seg¨²n Ndongala, estas migrantes han tenido que recorrer un largo camino desde que dejaron sus pa¨ªses para sentir que forman parte de esta sociedad.
La escasez de v¨ªas legales para emigrar hace que muchas africanas tengan que arriesgar sus vidas en una patera para llegar aqu¨ª. Algunas huyen de matrimonios forzosos o de todo tipo de violencias y persecuciones. Todas aspiran a una vida en mejores condiciones, a veces junto a sus hijos e hijas.
Las que no solicitan asilo al llegar (porque han emigrado por otros motivos, por falta de informaci¨®n para hacerlo o porque no se identifican a s¨ª mismas como potenciales refugiadas aunque lo sean) son acogidas en recursos de atenci¨®n humanitaria de ONG destinados a personas vulnerables. Pero los plazos de acogida son muy breves, de tres a seis meses, e insuficientes para adaptarse al pa¨ªs. Las que solicitan asilo, con el sistema de acogida de protecci¨®n internacional colapsado (en 2018 hubo 55.000 solicitudes mientras que las plazas de acogida rondan tan solo las 8.000), tambi¨¦n tienen dificultades para salir adelante.
Cuando los recursos de otras ONG se agotan, Karibu mantiene su apoyo. Esta asociaci¨®n, que lleva en pie desde hace 25 a?os gracias al empe?o del sacerdote Antonio D¨ªaz de Feijoo, que trabaj¨® media vida en ?frica, las recibe con los brazos abiertos. En sus instalaciones, siempre vivas por la presencia de voluntarias, se hace un acompa?amiento individualizado de cada persona y se le ofrece las orientaciones necesarias para empezar una vida en Madrid.
Aunque el respaldo que reciben es importante, Antonio explica la principal dificultad de las mujeres africanas para ganar autonom¨ªa: ¡°el acceso a la formaci¨®n¡±. Los cursos de formaci¨®n para el empleo dirigidos a inmigrantes est¨¢n financiados por fondos europeos y tienen una dotaci¨®n econ¨®mica suficiente. Sin embargo, solo son accesibles para quienes est¨¦n en situaci¨®n regular, lo que supone una barrera para muchas aspirantes.
Los cursos de formaci¨®n solo son accesibles para quienes est¨¦n en situaci¨®n regular, lo que supone una barrera para muchas aspirantes
As¨ª, casi la ¨²nica salida que les queda es el trabajo dom¨¦stico, donde las horas trabajadas de m¨¢s y los salarios reducidos son la norma. Mientras que limpian las casas, cocinan o cuidan de las familias para que la sociedad siga funcionando como hasta ahora, hay muchas mujeres africanas que quieren formarse, estudiar y abrir nuevos horizontes en sus vidas.
Hace tiempo que la Comisi¨®n Europea reconoci¨® que las personas migrantes ¡°contribuyen positivamente a las cuentas p¨²blicas cuando hay una integraci¨®n temprana, que incluye la educaci¨®n y el acceso al mercado laboral¡±. Sin embargo, pese a las recomendaciones de la OCDE para favorecer la integraci¨®n de las personas migrantes independientemente de su situaci¨®n administrativa, estas mujeres est¨¢n excluidas de una formaci¨®n que les ayudar¨ªa a tener m¨¢s oportunidades en sus vidas. Y esto tambi¨¦n tiene un coste para la sociedad.
Las africanas que se re¨²nen en Karibu siguen fortaleci¨¦ndose para lograr m¨¢s autonom¨ªa y luchar contra los prejuicios o, simplemente, contra el desconocimiento y las barreras culturales. Nicole s¨ª pudo formarse y todo el apoyo que recibi¨® de Karibu ahora revierte en la asociaci¨®n. Porque seg¨²n ella, claro ejemplo de superaci¨®n personal, ¡°cuando te empoderas, aunque la sociedad no te vea como una m¨¢s, tu sabes que s¨ª lo eres¡±.
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