Los pescadores filipinos recogen m¨¢s pl¨¢stico que peces
Filipinas es el tercer pa¨ªs del mundo que m¨¢s residuos tira al mar, algo que se ha convertido en un problema cr¨ªtico en ciudades como Manila
Christopher Lapid ten¨ªa apenas 10 a?os cuando se adentr¨® por primera vez en las aguas de la bah¨ªa de Manila para ayudar a su padre a capturar el pescado que daba sustento a la familia. El mar que ba?a la capital de Filipinas era entonces generoso y las redes sal¨ªan siempre repletas. ¡°Hab¨ªa muchos peces y la vida nos iba cada vez mejor [...] Cuando cumpl¨ª 15 a?os pudimos incluso comprar nuestra primera barca motorizada¡±, recuerda este pescador de Navotas, una peque?a ciudad a pocos kil¨®metros al norte de Manila.
Hoy, con 35 a?os, la historia es diferente. Las redes siguen saliendo repletas, pero de residuos. ¡°Antes sol¨ªamos capturar cuatro o cinco kilos [de pescado] al d¨ªa cuando ¨ªbamos a pescar. Pero ahora, si consigues pescar 10 kilos, la mayor¨ªa es basura¡±, asegura Lapid.
Todo cambi¨® en 2013, cuando un vertedero abri¨® a pocos kil¨®metros al norte del barrio de Tangos, el suburbio de Navotas donde Lapid naci¨®. La bulliciosa capital filipina hab¨ªa crecido r¨¢pidamente y necesitaba aliviar con urgencia las monta?as de basura que se acumulaban. As¨ª, Metro Manila, la conurbaci¨®n que aglutina a varias poblaciones en torno a la capital filipina y que incluye a Navotas, cobija hoy a cerca de 13 millones de personas, seg¨²n el censo oficial de 2015. Manila, el coraz¨®n de esa urbe, tiene casi dos millones de habitantes concentrados en un peque?o espacio y las clasificaciones la sit¨²an a menudo como una de las ciudades m¨¢s densamente pobladas del planeta.
Sin embargo, la densidad de habitantes no es la ¨²nica que ha crecido de forma descontrolada durante los ¨²ltimos a?os. ¡°La contaminaci¨®n por pl¨¢stico es cada vez mayor en la zona metropolitana de Manila¡±, asegura Abigail Aguilar, activista de Greenpeace Sudeste Asi¨¢tico. Filipinas, como otros pa¨ªses de la regi¨®n, ha abrazado la llamada econom¨ªa del sobre, como se conoce al modelo de consumo promovido por numerosas multinacionales en pa¨ªses en desarrollo donde promocionan sus productos en peque?os sobres de un solo uso. Estos sobres individuales han permitido que productos como el champ¨² o el caf¨¦ sean m¨¢s accesibles para comunidades con pocos recursos, pero se han convertido en una pesadilla medioambiental en los pa¨ªses en los que se han popularizado. Seg¨²n un informe reciente de Alianza Global para las Alternativas a la Incineraci¨®n (GAIA, por sus siglas en ingl¨¦s), estos sobres forman el grueso de la basura no biodegradable de los filipinos, quienes tiran m¨¢s de 163 millones de unidades cada d¨ªa, frente a los 48 millones de bolsas para la compra y 45 millones de bolsas de pl¨¢stico peque?as que se usan fundamentalmente para la comida.
El problema de la contaminaci¨®n de los mares es acuciante en Asia por su r¨¢pido crecimiento econ¨®mico
Los oc¨¦anos son a menudo el destino final de estos pl¨¢sticos que pueden tardar d¨¦cadas en degradarse y que afectan a la supervivencia de m¨¢s de 800 especies marinas, seg¨²n Naciones Unidas. ¡°Generalmente la gente tira [los pl¨¢sticos] a los r¨ªos y a veces esos cursos llegan hasta el oc¨¦ano, especialmente en la bah¨ªa de Manila¡±, explica Pablo Rosales, l¨ªder de la Alianza Nacional de Pescadores en Filipinas. ¡°[Pero] el problema de los pl¨¢sticos no es solo de la Bah¨ªa de Manila, sino de los centros urbanos, de las reservas pesqueras en Filipinas que est¨¢n ahora rodeadas por demasiada gente y que est¨¢n convirtiendo nuestros mares en un gran vertedero¡±, contin¨²a Rosales.
Filipinas se ha convertido, seg¨²n la ONG Ocean Conservancy, en el tercer pa¨ªs del mundo que m¨¢s pl¨¢sticos tira al mar, en un problema que es especialmente acuciante en Asia, donde el consumo de pl¨¢stico se ha disparado de la mano del r¨¢pido crecimiento econ¨®mico que la regi¨®n ha experimentado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Las investigaciones que tenemos ahora sugieren que la mayor¨ªa de los pl¨¢sticos entra al oc¨¦ano desde una peque?a ¨¢rea geogr¨¢fica y que m¨¢s de la mitad procede de cinco econom¨ªas que crecen r¨¢pidamente: China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam¡±, indica un informe de esta organizaci¨®n. Se espera, adem¨¢s, que la situaci¨®n empeore en el futuro y que la producci¨®n de pl¨¢stico se multiplique por cuatro de aqu¨ª a 2050, a?o en que se calcula que habr¨¢ m¨¢s pl¨¢sticos que peces en los oc¨¦anos, seg¨²n otros hallazgos de la Fundaci¨®n Ellen MacArthur.
Comunidades ahogadas en pl¨¢stico
En la costa de Tangos no hay espacio para jugar f¨²tbol. O, m¨¢s bien, lo que no hay es suelo. La tierra por la que deber¨ªa rodar la pelota se ha convertido en una alfombra de basura y es imposible que nada se mueva con cierta fluidez. As¨ª que los ni?os juegan a sacar pl¨¢sticos del agua con sus redes y a hacer peque?as monta?as divididas por colores. O a rebuscar entre la basura esperando dar con alg¨²n descubrimiento interesante.
El espesor de la capa de basura, de varios cent¨ªmetros, hace pensar que esta lleva acumul¨¢ndose meses, quiz¨¢s a?os. La mayor¨ªa son botellas, vasos de pl¨¢stico, peque?os sobres o bolsas. Pero hay tambi¨¦n zapatillas, chanclas, pa?ales, latas de comida y bebida e, incluso, ropa. Los desperdicios son, sin embargo, mucho m¨¢s recientes. ¡°Lo limpiamos todo una vez al mes con voluntarios y funcionarios¡±, asegura Margarita Limbaro, capitana del barangay de Tangos, una unidad administrativa t¨ªpica de Filipinas similar a un distrito. ¡°La ¨²ltima limpieza fue hace un par de semanas pero a los pocos d¨ªas vuelve a estar lleno de basura¡±, asegura. ¡°Hemos pedido [al gobierno central] que instale barreras flotantes para pararla, pero estamos esperando una respuesta¡±, contin¨²a.
La situaci¨®n es desesperada en Tangos porque los pl¨¢sticos no est¨¢n solo ahogando sus costas; tambi¨¦n a los pescadores que dependen de la pesca para su supervivencia. ¡°Hemos faenado durante mucho tiempo y uno de los mayores problemas con los que nos hemos encontrado es la proliferaci¨®n de pl¨¢stico, tanto en superficie como bajo el agua¡±, asegura Pablo Rosales. ¡°La vida es dura estos d¨ªas, no como antes. Antes pod¨ªas traer una cazuela, echarla al agua y conseguir algo de comer. Solo necesit¨¢bamos comprar arroz¡±, explica Christopher Lapid. ¡°Pero ahora solo puedes sacar basura¡±, contin¨²a. Seg¨²n la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO en sus siglas en ingl¨¦s), un 90% de las personas que trabajan en el sector de la pesca son peque?os pescadores como Lapid. Son, adem¨¢s, fundamentales para la supervivencia de peque?as comunidades como Tangos porque contribuyen a su soberan¨ªa alimentaria y a la mejora de sus condiciones de vida, asegura la agencia internacional.
Los pescadores han visto reducidas sus capturas a menos de la mitad
Zaldy Conde, un menudo pescador de Tangos, tambi¨¦n agoniza desde hace a?os para alimentar a sus dos hijos y a su mujer con lo que sus redes capturan. ¡°El problema del pl¨¢stico est¨¢ afectando realmente a nuestra calidad de vida¡±, dice Conde. ¡°Antes pod¨ªamos capturar suficiente, pero ahora las cestas salen llenas de pl¨¢stico¡±, explica. ¡°Algunos de los pescadores que hemos entrevistado nos han dicho que hasta el 75% de lo que capturan es pl¨¢stico¡±, asegura Abigail Aguilar, de Greenpeace. ¡°Tienen menos ingresos porque el valor de los residuos es nulo y tienen menos pescado tanto para vender como para sus familias¡±, contin¨²a la activista. Adem¨¢s, explican los vecinos, la basura ha incrementado sus costes, porque las redes se rompen con mayor facilidad. ¡°Antes sol¨ªan durar cinco, siete o incluso m¨¢s a?os, pero ahora los deshechos en el mar da?a nuestras redes y tenemos que cambiarlas cada a?o¡±, explica Lapid.
Para Conde, sin embargo, la culpa no es solo del vertedero. ¡°Nosotros somos tambi¨¦n responsables de este problema, porque tambi¨¦n tiramos la basura¡±, afirma el pescador. ¡°Deber¨ªamos ser un ejemplo, para que los dem¨¢s no lo hagan¡±, contin¨²a. Se queja adem¨¢s de que sus vecinos ni siquiera participan en las tareas de limpieza mensuales. ¡°Todos estos residuos han afectado a nuestras condiciones de vida. No tenemos qu¨¦ comer y nuestra salud es peor. Pero la gente no hace nada¡±.
Y el futuro no pinta mucho m¨¢s brillante en Tangos. ¡°Hay momentos en los que quiero dejar de pescar porque ya no ganamos suficiente y los precios de las cosas b¨¢sicas cada vez son m¨¢s altos¡±, se lamenta Conde. ¡°No nos queda nada. No me queda nada para [cubrir] las necesidades de mis hijos¡±.
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