Jon Fosse: ¡°Nunca he podido escribir cuando beb¨ªa. Me volv¨ªa sentimental, perd¨ªa precisi¨®n, agudeza, foco, claridad¡±
Eterno aspirante al Premio Nobel, su obra ha sido comparada con la de Ibsen y Beckett. Es una gloria nacional de las letras en Noruega y su teatro ha sido representado en todo el mundo. Poeta y novelista adem¨¢s de dramaturgo, este devoto de Lorca lleg¨® a la escritura desde la m¨²sica en la adolescencia. Y el ritmo sigue siendo una de las claves de su fuerza. Fue maestro de Karl Ove Knausg?rd, el ¨²ltimo fen¨®meno literario de su pa¨ªs, y destroz¨® sus primeros versos.
COMPARTE APELLIDO con el legendario director de Cabaret, y aunque ¨¦l tambi¨¦n ha alcanzado la fama sobre los escenarios, el mundo del noruego Jon Fosse es otro. Poeta, novelista y dramaturgo, es una gloria nacional de las letras noruegas. Acumula premios y distinciones, el Estado le ha cedido una casa dentro del recinto del Palacio Real en Oslo y un hotel de la capital tiene una suite dedicada a su obra. Eterno candidato al Premio Nobel, sus piezas de teatro han sido traducidas a m¨¢s de 40 idiomas y representadas en escenarios de todo el mundo.
Si Jo Nesb? es el rey de la novela negra, y Karl Ove Knausg?rd el de la autoficci¨®n, Jon Fosse es la figura literaria por antonomasia, uno de los dramaturgos m¨¢s prestigiosos de Europa y del que el p¨²blico general apenas ha o¨ªdo hablar. La editorial De Conatus ha publicado en espa?ol Trilog¨ªa, un volumen que re¨²ne tres breves novellas en las que Fosse relata con simplicidad y maestr¨ªa una tr¨¢gica historia de amor en la Noruega rural. El sello sacar¨¢ Septolog¨ªa, coincidiendo con todas las editoriales que le publican, en oto?o durante la Feria de Fr¨¢ncfort, que el propio Fosse abrir¨¢.
¡°Hay una relaci¨®n entre el alcohol y la escritura, que se remonta a los griegos. Yo beb¨ªa mucho y tuve que dejarlo. Me volv¨ªa sentimental, perd¨ªa el foco y la agudeza¡±
La poes¨ªa suena en todos los escritos de este autor que busca la esencia y la verdad, y se resiste a ser etiquetado como experimental o posmodernista. ¡°No me gustan esos conceptos¡±, dice una ma?ana soleada de diciembre, sentado en el caf¨¦ Pr¨¹ckel de Viena, tras terminar una reuni¨®n con la libretista y el director que quieren hacer una versi¨®n oper¨ªstica de Trilog¨ªa. Desde hace siete a?os reparte su tiempo entre una aldea pr¨®xima a la capital austriaca ¡ª¡°el centro mismo de Europa¡±¡ª, una casa en un fiordo y Oslo. Viste un jersey negro, blazer y un fular. La coleta canosa y la barba enfatizan su aire bohemio. Con sinceridad noruega confiesa que aunque adora la m¨²sica, la ¨®pera en s¨ª, como arte, puede resultarle un tanto kitsch.
Fosse sonr¨ªe con los ojos y habla con pasi¨®n, pero sin aspavientos. No es alguien que se ande con rodeos. La descripci¨®n que de ¨¦l hace Karl Ove Knausg?rd en Tiene que llover ¡ªel quinto tomo de Mi Lucha, la serie de novelas que le han convertido en una estrella de rock literaria¡ª resulta tan plausible que cuesta borrarla. El inexperto Karl Ove es aceptado en un taller literario en Bergen. Fosse, que apenas le lleva siete a?os, es uno de los dos profesores, ha publicado y est¨¢ reconocido. Y le corrige el primer poema: ¡°La primera l¨ªnea es un t¨®pico, la puedes quitar. Tambi¨¦n lo es la segunda l¨ªnea. Y la tercera y la cuarta. El ¨²nico valor que tiene este poema¡±, dijo despu¨¦s de haber rechazado cada l¨ªnea, ¡°es la expresi¨®n un cielo widescreen [a toda pantalla]. Cons¨¦rvala y quita el resto¡±. Esta ma?ana Fosse parece sincero al hablar con alegr¨ªa del ¨¦xito de su alumno, pero su opini¨®n sobre su literatura, confiesa, no ha cambiado.
?C¨®mo empez¨® a escribir? Al principio de mi adolescencia tocaba la guitarra y el viol¨ªn, y hac¨ªa letras para canciones. Me encantaba escribir porque sent¨ªa que entraba en otro lugar, en un refugio donde estar solo y sentirme seguro. Pronto comprend¨ª que no val¨ªa para la m¨²sica. Escrib¨ª una primera novela ¨¦pica muy mala, y a los 20 la segunda. En esta, por motivos que desconozco, ya hab¨ªa desarrollado mi propio lenguaje. Se llamaba Red, Black (rojo, negro), como la de Stendhal, aunque no la hab¨ªa le¨ªdo. Se public¨® y de repente era escritor.
¡°El Nobel a Dylan fue una cosa local. Tiene canciones con letras maravillosas, pero es mucho mejor cuando lo escuchas cantado que cuando lo lees¡±
En Noruega mantienen una pol¨ªtica muy activa de apoyo a la literatura desde las instituciones, con becas y ayudas directas a los creadores. Noruega es a¨²n un pa¨ªs joven. Fue declarado independiente de Suecia en 1905 y los escritores de alguna manera se convirtieron en el rostro de la naci¨®n reci¨¦n nacida. Ibsen, por ejemplo, ten¨ªa una ayuda o beca permanente y alcanz¨® fama mundial en ese momento. Noruega es inseparable de su literatura. El Estado lo tiene tan claro¡ Pero nuestro mercado es peque?o, somos poca poblaci¨®n y sobrevivir como escritor sin las becas y sin ning¨²n tipo de ayuda p¨²blica ser¨ªa muy complicado. No tenemos ning¨²n fil¨®sofo famoso y no hay tampoco grandes cient¨ªficos, se nos conoce por los artistas b¨¢sicamente y por la literatura.
Hay un ritmo muy particular en su escritura. Su puntuaci¨®n excluye el punto, pero curiosamente no afecta a la fluidez de la lectura. Puede que lleve a la p¨¢gina mi bagaje de mal m¨²sico. Para m¨ª escribir es escuchar, es un acto m¨¢s musical que intelectual. En un texto la forma debe ser extremadamente exacta, cada coma, cada cambio est¨¢ medido para que al leer puedas sentir las olas, un latido, y el cambio de ritmo seg¨²n avanza la trama. Esta unidad entre forma y contenido es necesaria. Con la escritura ocurre igual que con un ser humano: no se puede separar el alma del cuerpo, un cad¨¢ver no es una persona.
?Esta idea de dar vida a las palabras fue lo que le llev¨® al teatro? Bueno, simplemente quise vivir de una manera libre. Por eso la idea de ser escritor me llamaba la atenci¨®n; no tendr¨ªa que ir a una oficina. Asum¨ªa que siempre ser¨ªa pobre, pero lo prefer¨ªa a cambio de la libertad que me otorgaba. Termin¨¦ mis estudios en filosof¨ªa y teor¨ªa del lenguaje, pero no quer¨ªa ser profesor. Resultaba complicado ganarme la vida, y justo entonces me pidieron que escribiera el comienzo de una obra para una instituci¨®n cultural noruega muy grande que pagaba muy bien. Quer¨ªan solo unas cuantas p¨¢ginas y yo necesitaba el dinero. Me pidieron que entregara una sinopsis, pero no se puede hacer algo as¨ª.
?No se puede? No con un poema ni con la m¨²sica, ni con algo que vas a escribir, es como atentar contra tu propia habilidad. Al final escrib¨ª la obra entera en una semana y todav¨ªa hoy es, de mis 45 piezas de teatro, la que m¨¢s veces se ha montado por todo el mundo.
?Por qu¨¦ piensa que su teatro resulta tan atractivo? No tengo ni idea. Al escribir teatro descubr¨ª que pod¨ªa usar el silencio, las pausas, lo que est¨¢ entre las palabras. A veces pienso que, como una melod¨ªa, lo que escribo se puede cantar en muchos idiomas.
Gan¨® el Premio Ibsen y a menudo la cr¨ªtica le relaciona tanto con el padre del teatro del absurdo como con Samuel Beckett. Aquella primera obra m¨ªa se titula Alguien vendr¨¢ y es una respuesta a Esperando a Godot. Beckett me ha influido mucho, pero tiene una voz tan espec¨ªfica que, si tratas de escribir como ¨¦l, solo puedes copiarle. He tratado de convertirle en la figura de un padre ante quien rebelarme.
Cita a menudo a Lorca. ?C¨®mo descubri¨® su obra? Me apasiona su trabajo, pero no recuerdo c¨®mo lo descubr¨ª. Es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos. Cuando leo las traducciones de sus versos siempre acabo a?adiendo mis notas. Aunque no s¨¦ espa?ol, he adaptado Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba usando diccionarios en distintos idiomas. Hay un sonido muy particular en su obra y yo trat¨¦ de capturar la poes¨ªa y el ritmo tan claro de su escritura. Lorca escribe una m¨²sica literaria parecida a la que yo trato de plasmar.
Escribir como lo hace sobre un amor tr¨¢gico o el dolor esquivando el clich¨¦ suena dif¨ªcil. El realismo que muchos autores emplean envuelve los sentimientos, los viste, parece un camino m¨¢s seguro. ?Desnudar los sentimientos en un texto no es un reto enorme? Cuando escribo no tengo sentimientos desgarradores. Las emociones no son deletreadas, est¨¢n contenidas. Todo tiene que ver con la forma y con la m¨²sica. Las personas que imagino son m¨¢s sonidos o colores, met¨¢foras, que seres humanos. Aun as¨ª, hay personajes, no son textos abstractos. Un buen arranque contiene el conjunto de la historia, solo tengo que seguir. Y, cuando lo logro, yo mismo me sorprendo. Alumbr¨¦ algo nuevo, y eso es lo fascinante: ese rol de creador. Es lo contrario de escribir una sinopsis.
Trilog¨ªa narra una historia de amor, pero nunca se habla de amor sino de volar, y de libertad. Hay un momento en el que el protagonista toca m¨²sica en una boda y siente que vuela, y al hacerlo la ve a ella. Eso para m¨ª es la literatura, hay que llegar ah¨ª si eres realmente un escritor verdadero. La mayor¨ªa no lo son, lo fingen. Pero es tan f¨¢cil diferenciar lo que es la literatura falsa de la verdadera.
?C¨®mo de f¨¢cil? Muy f¨¢cil. Puedo leer un par de p¨¢ginas en noruego o en alguna de las lenguas que hablo y lo veo muy r¨¢pido. Cuando estaba en la universidad encontr¨¦ esa cita de Adorno que dice que todas las frases deben mantener la misma distancia respecto del centro. La buena escritura es as¨ª: cada frase debe venir de ese mismo centro, de lo que sea que veas y que es imposible de describir. Es un alma o una especie de llamada espiritual, como en Lorca. ?Cu¨¢l es el secreto? Es la musicalidad, la forma de hacer met¨¢foras, las historias que cuenta. Pero al final lo que importa es la suma de todo, y eso es algo distinto.
?En Oslo vive dentro del recinto del Palacio Real? S¨ª, Dios m¨ªo, as¨ª es. En 2011 me ofrecieron esa casa en la que pod¨ªa quedarme toda la vida gratis. Hubo otros escritores antes. La construy¨® un poeta que no es famoso fuera de Noruega, porque es imposible traducirle, pero que es una gran figura nacional y todos los ni?os estudian su obra en el colegio. Luego se arruin¨® y la abandon¨®. Desde los a?os treinta es cedida a un escritor o compositor. Est¨¢ en la esquina del parque, junto a la casa del jefe del Tribunal Supremo. As¨ª que est¨¢n el rey y la reina, la juez y yo. Es extra?o.
?D¨®nde creci¨®? En una comunidad muy peque?a cerca de uno de los fiordos m¨¢s famosos del pa¨ªs. Crec¨ª en este pueblo a un par de horas de Bergen. Me fui de all¨ª a los 16, y no he vuelto a vivir en ese lugar.
Su nombre lleva tiempo sonando en todas las quinielas del Premio Nobel, pero este a?o no se dio. S¨ª, para un extranjero parece una locura toda la historia de la cancelaci¨®n del premio.
?Qu¨¦ le pareci¨® el Nobel a Bob Dylan? Fue una cosa loca. He traducido a John Ashbery al noruego y pens¨¦ en ¨¦l. ?C¨®mo pod¨ªan d¨¢rselo a Dylan y no a Ashbery? No lo comprendo. Luego Ashbery muri¨®, as¨ª que ya no lo ganar¨¢. Hay algo que est¨¢ mal. Dylan tiene canciones maravillosas y Mr. Tambourine Man es gran poes¨ªa en forma de letras de canciones. Pero es mucho mejor cuando lo escuchas cantado que cuando lo lees, y la clave para m¨ª es que si esto es un premio de literatura en el sentido estricto, ?por qu¨¦ no Ashbery?
?Hace lecturas de sus poemas? Dej¨¦ de hacerlo hace a?os. Aunque escribo mucho teatro, no me gusta estar en un escenario. Algo de mi escritura me es tan cercano que me parece demasiado. Me gusta mi privacidad.
?Es dif¨ªcil ver a actores encarnando sus palabras? A los int¨¦rpretes y a los directores les gusta mi escritura porque deja margen a la interpretaci¨®n. Mis obras se pueden montar de muchas maneras. Cuando escribo no visualizo las escenas de forma realista. Luego, en escena, la mayor¨ªa de las producciones no son maravillosas. Es muy dif¨ªcil hacer teatro y que salga algo realmente bueno. He pasado 20 a?os viajando por el mundo para ver montajes de mis piezas, pero ya dej¨¦ de hacerlo. Mi vida cambi¨® totalmente: dej¨¦ de hacer lecturas, dej¨¦ de ir a ver las adaptaciones de mis obras y dej¨¦ de beber. Beb¨ªa mucho y tuve que dejarlo.
?Qu¨¦ relaci¨®n siente que hay entre el alcohol y la escritura? Hay una relaci¨®n, de eso no cabe duda, que se remonta a tiempo atr¨¢s. En la antigua Atenas se hablaba de los poetas borrachos. Ese espacio seguro que encontr¨¦ en la escritura a los 12 a?os nunca ha cambiado, siempre escribo desde ah¨ª. He tenido cr¨ªticas malas y muchas crisis, pero nunca ha afectado a ese espacio. Nunca he podido escribir cuando beb¨ªa, porque me volv¨ªa sentimental, perd¨ªa la precisi¨®n, la agudeza, el foco, la claridad; incluso con una peque?a cantidad de alcohol mi escritura se volv¨ªa p¨¦sima. No escribo todos los d¨ªas, pero cuando lo hac¨ªa, la combinaci¨®n durante muchos a?os era escribir de d¨ªa y beber de noche. Cuando empec¨¦ a hacerlo por las ma?anas tuve que parar. Y lo logr¨¦.
Del pintor Munch al escultor Gustav Vigeland, pasando por el novelista Knausg?rd, todos son muy prol¨ªficos. ?En la tradici¨®n noruega hay un particular tipo de romanticismo intenso, un ansia por retratar el sentimiento cotidiano y absolutamente todas las etapas de la vida? Es dif¨ªcil verlo si eres noruego porque no tienes esa distancia. Mencionaste Knausg?rd y siempre he pensado que escribir lo que experimento, solo y exactamente como lo siento, es mala escritura, no ser¨¢ literatura, no se elevar¨¢ hasta alcanzar esa forma de la que hablaba antes. Esto es lo contrario de lo que postula Karl Ove.
?Lleg¨® a leer Mi lucha de Karl Ove? La verdad es que solo trozos, no leo casi a autores contempor¨¢neos, prefiero cosas antiguas. ?ltimamente, he estado muy metido en textos de teolog¨ªa. Me encantar¨ªa ser un cura, creo.?
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