La asignatura que empieza en la Complutense y acaba en Kenia
La ONG Cirug¨ªa en Turkana cuenta con alumnos de Medicina para su trabajo en el pa¨ªs africano. Tres de sus doctores consiguieron crear una optativa sobre cooperaci¨®n en la carrera y desde el principio se agotan las plazas
Cuando los estudiantes de medicina empiezan sus pr¨¢cticas en hospitales, no son muchos los que se imaginan un centro en el que atender picaduras de serpiente, heridas de bala y mordiscos de cocodrilos. Los que cursan la asignatura Cirug¨ªa en Cooperaci¨®n Internacional en la Universidad Complutense de Madrid, se encuentran con este tipo de casos en el aula. Y algunos de ellos no se conforman con escucharlo en clases magistrales, quieren vivirlo.
La doctora Carmen Hern¨¢ndez puso en marcha esta optativa cuatrimestral hace cinco a?os junto a sus colegas Carmelo Loinaz y Fernando Tur¨¦gano. "Todos ten¨ªamos bagaje en cooperaci¨®n internacional, cuando nos lanzamos a crear esta optativa tuvimos un gran apoyo del director del departamento Jaime Arias. El programa de estudios lo fuimos tejiendo poco a poco en las cafeter¨ªas de Madrid", relata Hern¨¢ndez. Desde el principio, la asignatura llena todas sus plazas y ha ampliado n¨²mero de alumnos. Ahora se imparte a 70 estudiantes y puede que aumenten.
?Cu¨¢l es el germen de una de las asignaturas favoritas para los alumnos de Medicina? Hay que viajar a 9.000 kil¨®metros, en la regi¨®n keniana de Turkana. All¨ª naci¨® en 2004 una ONG del mismo nombre cuando cuatro cirujanos del Ram¨®n y Cajal realizaron una expedici¨®n para practicar operaciones a los locales. Turkana es una tierra inh¨®spita, afectada tremendamente por el cambio clim¨¢tico, que se ubica en la frontera con Etiop¨ªa, Sur Sud¨¢n y Uganda. Cuenta con un hospital en Lodwar, la capital de la regi¨®n, su esperanza de vida no supera los 55 a?os y hay un 22% de mortalidad infantil.
Cada a?o, se incorporaban m¨¢s m¨¦dicos y voluntarios, hasta ahora que suman 24 de cinco hospitales como el Cl¨ªnico San Carlos. "En todo este tiempo hemos aprendido c¨®mo trabajar. Hacemos una batida de pacientes meses antes para planificar las intervenciones que realizaremos, vamos a recogerlos y los devolvemos a casa. Es m¨¢s caro pero mucho m¨¢s efectivo. Si te quedas esperando en el hospital a que aparezcan, esto no va a suceder; no pueden andar 30 kil¨®metros para acudir a ti", resume Hern¨¢ndez, la profesora de la Complutense y directora m¨¦dica de cirug¨ªa de Turkana. Los doctores espa?oles cuentan con la vital colaboraci¨®n del equipo local. La entidad se financia gracias a donaciones; cuentan con el apoyo de un bar en la calle Segovia, de eventos solidarios y de premios como el que le acaba de conceder la Fundaci¨®n Mapfre valorado en 30.000 euros.
Cuando conoc¨ªa el proyecto volv¨ª a casa diciendo a mis padres que me iba a Kenia y es de estas veces en las que los padres no tienen mucho que replicar porque ven la seguridad con la que lo dices, cuenta una alumna
En 2018 atendieron a 836 personas y realizaron 260 intervenciones quir¨²rgicas. Fue hace tres a?os, cuando se incorporaron los alumnos de Medicina de la Complutense. "Ten¨ªa recelos, no sab¨ªa muy bien qu¨¦ papel pod¨ªan jugar, pero una vez nos lanzamos, me di cuenta de que mis temores eran infundados", reconoce Hern¨¢ndez. Dos de esas estudiantes son Natalia Casanueva (19 a?os) y Julia Mar¨ªn (23 a?os). "Mi a?o fue el segundo en el que se impart¨ªa la asignatura y pedimos a los profesores que nos hablaran m¨¢s acerca de los proyectos en los que ellos estaban involucrados, as¨ª es como conoc¨ª Turkana y me acerqu¨¦ a Carmen para saber m¨¢s. Volv¨ª a casa diciendo a mis padres que me iba a Kenia y es de estas veces en las que los padres no tienen mucho que replicar porque ven la seguridad con la que lo dices", relata Mar¨ªn.
"Creo que la asignatura tiene ¨¦xito porque es totalmente diferente, te ayuda a contextualizar y ver que no solo hay que analizar la enfermedad en s¨ª, sino tambi¨¦n c¨®mo y donde transcurre la misma", contin¨²a la estudiante de quinto curso. "Cuando fuimos, estabamos asustadas, no sab¨ªamos si ¨ªbamos a estar la altura, te cuentan lo duro que es... Pero cuando me baj¨¦ del avion sent¨ª que era mi sitio y que ten¨ªa muchas ganas de conocer y ayudar", asegura Casanueva.
El papel de los estudiantes es b¨¢sicamente de apoyo en consultas y de toma de datos para cuatro investigaciones que la organizaci¨®n ha puesto en marcha sobre nutrici¨®n, enfermedades de transmisi¨®n sexual, telemedicina y la enfermedad olvidada Madura Foot. "Tambi¨¦n ayudamos en todo lo que tiene que ver con el papeleo porque tiene que quedar todo perfectamente registrado", puntualiza Casanueva.
En las aulas tienen la oportunidad de conocer proyectos de organizaciones grandes y peque?as, de aprender sobre intervenciones en ?frica, en Latinoam¨¦rica, en campos de refugiados... En terreno, comprenden esta realidad cotidiana en muchos pa¨ªses. Mar¨ªn resume as¨ª sus emociones de la primera vez: "Una de las cosas que tengo grabadas fue el hospital (de Lodwar). Yo ese a?o ya hab¨ªa empezado mi rotacion en Espa?a, as¨ª que el contraste entre una realidad y otra fue muy grande. Nunca olvidar¨¦ los casos de desnutrici¨®n, el olor, la limpieza, los grandes quemados... Aqu¨ª es todo muy esteril y all¨ª lo que ves es lo que hay y no puedes aspirar a m¨¢s porque no hay otro medios".
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