Los verdaderos motivos y las ventajas de no compartir toda nuestra sexualidad con la pareja
La masturbaci¨®n suele asociarse a la idea de que la vida sexual de una relaci¨®n es insatisfactoria, pero la realidad podr¨ªa ser justo la contraria
"Le he pillado viendo porno". Es una de esas frases que todav¨ªa sale en los grupos de amigas como si la pareja "pillada in fraganti" estuviera cometiendo alg¨²n tipo de acto delictivo. Pero es una frase que ha dejado de tener una connotaci¨®n exclusivamente masculina, si se tiene en cuenta que cada vez m¨¢s mujeres consumen pornograf¨ªa: seg¨²n la web l¨ªder en pornograf¨ªa en l¨ªnea, Pornhub, la proporci¨®n de visitantes mujeres creci¨® un 29% en 2018. Adem¨¢s, est¨¢ claro que todo el mundo, qui¨¦n m¨¢s y qui¨¦n menos, busca sus momentos de autoplacer, una costumbre que parece estar m¨¢s o menos aceptada cuando uno est¨¢ soltero pero no cuando tiene pareja, sobre todo cuando se convive con ella. Todo el mundo puede decir alegremente que va al ba?o a hacer sus necesidades, pero pocas personas confiesan abiertamente que van a masturbarse.
Hay una sexualidad propia y otra que se comparte
El problema de fondo, seg¨²n el sex¨®logo Alberto ?lamo, es que seguimos creyendo que "la masturbaci¨®n es un sustitutivo de una relaci¨®n er¨®tica con otra persona. Pero masturbarse, a pesar de lo que se pueda creer, no significa que uno est¨¦ insatisfecho con su vida sexual en pareja". De hecho, son dos cuestiones que no tienen ninguna relaci¨®n, ya que masturbarse puede servir para desestresarse, coger mejor el sue?o o, sencillamente, ser el resultado de que a una persona le apetece.
Esta manera de pensar nos hace percibir que la sexualidad, una vez se tiene pareja, es algo que hay que compartir por completo, lo que, seg¨²n la sex coach Raquel Gargallo, no deber¨ªa ser as¨ª.? "No toda la sexualidad de una persona es propiedad privada de su pareja", dice. Si esto no se entiende, acaban d¨¢ndose situaciones il¨®gicas como que "muchas parejas entiendan que la otra persona tengan fantas¨ªas er¨®ticas, pero no que se masturben con dichas fantas¨ªas", sobre todo si incluyen a otras personas. La experta aclara que lo ¨²nico real es que "es cierto que hay una responsabilidad individual y privada de cada uno con su vida sexual", pero que alimentar el placer individual no debe verse como una traici¨®n, sino como otra forma de "favorecer y nutrir la relaci¨®n".
Pero si el asunto est¨¢ tan claro, ?por qu¨¦ lo habitual es que las parejas "se escondan" a la hora de masturbarse para evitar dar explicaciones, o, incluso, para evitar discusiones? "Seguramente siga existiendo culpa y se siga haciendo a escondidas debido a esa creencia de que si te masturbas es porque no est¨¢s teniendo el n¨²mero o la calidad de relaciones que deseas, y eso puede molestar a la pareja", insiste ?lamo. "A¨²n hay demasiado tab¨² en torno a la masturbaci¨®n como para normalizarla e incluirla como algo natural dentro de una convivencia de pareja", a?ade.
Un tab¨² m¨¢s fuerte entre las mujeres
"A veces me apetece m¨¢s masturbarme que tener sexo con mi pareja, aunque ¨¦l est¨¦ en casa. No es que no me guste el sexo con ¨¦l, en realidad me encanta, es solo que a veces necesito un rato de mimo y de relax para m¨ª sola, y prefiero tomarme un momento para usar mi juguete er¨®tico favorito porque as¨ª me es m¨¢s f¨¢cil concentrarme. Otras veces lo que necesito es conectar con ¨¦l, son necesidades diferentes", explica Julia, de 35 a?os, quien admite que este es un pensamiento que pocas veces comparte porque no todo el mundo lo entiende
De hecho, si la masturbaci¨®n en pareja es un tab¨² en l¨ªneas generales, en el caso de las mujeres lo es a¨²n m¨¢s. As¨ª, en muchas comedias podemos ver escenas en las que se produce un momento divertido cuando el novio es pillado viendo porno o se encuentra en su historial de internet. Sin embargo, pocas veces es ella la que se masturba a escondidas, aunque quiz¨¢ s¨ª se vea m¨¢s esta situaci¨®n ahora, tras el fen¨®meno de Cincuenta Sombras de Grey y el auge de la literatura er¨®tica, que tambi¨¦n han supuesto una nueva perspectiva sobre el autoerotismo en las mujeres.
A este respecto, la tambi¨¦n sex¨®loga Ver¨®nica Vivero argumenta que "seguimos pensando que el hombre tiene de base mayor deseo o necesidad de frecuencia de contactos er¨®ticos y esto es una falsa creencia. No depende tanto del g¨¦nero, sino de cuestiones interindividuales". Lo mismo ocurre con los juguetes er¨®ticos. Es cierto que muchos hombres se sienten sustituidos por ellos e incluso se sienten inseguros ante los dildos con forma de pene ¡ªque no pretenden "consolar", sino aportar experiencias diferentes ¡ª, por lo que su uso puede cohibir a¨²n m¨¢s a su pareja femenina.
Ante este tipo de disyuntivas, Vivero insiste en que "igual que entendemos que una pareja no tiene por qu¨¦ hacerlo todo juntos y que existen parcelas individuales, en lo concerniente a la sexualidad podr¨ªamos decir que hay una parte compartida con el otro, pero seguimos teniendo nuestra esfera individual", tanto los hombres como las mujeres.
?Y si la masturbaci¨®n tambi¨¦n da placer a otro?
M¨¢s que ver la masturbaci¨®n del otro como un problema, deber¨ªa ser una recomendaci¨®n para todas las parejas, puesto que puede suponerles algunos beneficios. Sin ir m¨¢s lejos, no tener que discutir porque no se tienen ganas en el mismo momento o porque uno tiene mayor o menor deseo que el otro. "Si nos masturbamos en solitario y, adem¨¢s, tenemos relaciones er¨®ticas con nuestra pareja, vamos a disfrutar de mucha diversidad en nuestro placer y eso ayuda a no caer en la rutina", apunta como ejemplo Alberto ?lamo, quien recomienda el autoerotismo como remedio para evitar la monoton¨ªa en las relaciones largas.
En la misma l¨ªnea, Vivero insiste en que masturbarse a solas ayuda a tener sexo m¨¢s placentero con la pareja. "Mejora la calidad de nuestros orgasmos, puesto que, a mayor actividad, mayor tonificaci¨®n genital y, por tanto, mayor fortaleza en esas contracciones org¨¢smicas, lo que produce un orgasmo m¨¢s intenso". Asimismo, otros posibles beneficios son que se puede practicar individualmente nuevos juegos, para ver si nos gustan o no, antes de propon¨¦rselos a la pareja. "El mayor autoconocimiento de nuestros cuerpos y su placer hace que ganemos mayor seguridad y sepamos mejor lo que nos agrada o no, y, por tanto, lo podamos comunicar al otro y ponerlo en pr¨¢ctica, por lo que los contactos compartidos tambi¨¦n ganar¨¢n en calidad", concluye Vivero.
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