Canad¨¢, ¨²ltimo basti¨®n del liberalismo
El ideario liberal, tanto econ¨®mico como social, pervive con el Gobierno de Justin Trudeau. Pero su reelecci¨®n no est¨¢ clara
En tiempos en los que el populismo y la cerraz¨®n avanzan en diversos pa¨ªses de Occidente, los defensores del orden liberal miran con sumo inter¨¦s a Canad¨¢ como una especie de basti¨®n. El liberalismo canadiense ¡ªliberal en lo social y tambi¨¦n en lo econ¨®mico¡ª nada a contracorriente y, sin ser del todo perfecto (como algunas voces lo presentan), sigue dando muestras de efectividad y compromiso.
El ideario de los liberales en Canad¨¢ tiene ra¨ªces profundas, y gran parte de ellas fueron plantadas por el padre de Justin Trudeau. El actual primer ministro comparte principios con Pierre Elliott Trudeau (quien desempe?¨® el mismo cargo entre 1968 y 1984, con una breve interrupci¨®n): defensa de las libertades individuales y econ¨®micas, apego al multiculturalismo, apertura migratoria, biling¨¹ismo, pol¨ªtica exterior din¨¢mica, federalismo. De hecho, la impronta de los liberales ha sido tan grande en el pa¨ªs norteamericano que muchos de estos principios son respetados por las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas.?
¡°Nada tiene que hacer el Estado en las habitaciones de la naci¨®n¡±, dijo Pierre Elliott Trudeau cuando en 1967, siendo ministro de Justicia, present¨® la iniciativa para descriminalizar la homosexualidad y abrir la puerta al aborto. Su hijo ha efectuado reformas en favor de la comunidad LGTBQI. Tambi¨¦n su agenda feminista ha generado simpat¨ªas y ha logrado que la marihuana sea legal.
Canad¨¢ no se cierra a los inmigrantes. Su pol¨ªtica de apertura le reporta aspectos positivos y es acorde con sus compromisos internacionales. Trudeau reitera que una gran fuerza de su pa¨ªs reside en las diferencias. Will Kymlicka, reconocido acad¨¦mico canadiense y autor de Ciudadan¨ªa multicultural, ha sugerido en sus obras algunos cambios en las pol¨ªticas del pa¨ªs, pero no deja de subrayar que el modelo canadiense es un mecanismo que favorece un clima de tolerancia e ?integraci¨®n.
Por otro lado, ahora que el proteccionismo muestra los colmillos, Canad¨¢ apoya el libre comercio. Tambi¨¦n mantiene un sistema de cobertura social (sanidad y seguro de desempleo) financiado en buena medida por la redistribuci¨®n de los ingresos de las provincias ricas, una iniciativa de Trudeau padre. El federalismo otorga distintas competencias provinciales (Quebec es un caso destacado), aunque con margen de maniobra para la capital, Ottawa.
Trudeau participa hoy activamente en el concierto internacional, a diferencia del Gobierno conservador de su predecesor, Stephen Harper, donde el realismo domin¨® buena parte de la pol¨ªtica exterior. En el actual Gobierno?destaca la ministra Chrystia Freeland, quien ha encontrado un equilibrio entre el di¨¢logo y la firmeza. No obstante, la agenda internacional canadiense ha estado sumamente centrada en las delicadas relaciones con Estados Unidos y China, sus dos mayores socios comerciales.
¡°Siempre es posible hacerlo ?mejor¡± es uno de los mantras de Trudeau. El primer ministro ha se?alado la necesidad de que Canad¨¢ siga siendo un actor importante fuera de sus fronteras. ¡°El creciente debilitamiento del orden internacional basado en reglas, y el resurgimiento del autoritarismo amenazan la democracia liberal¡±, coment¨® hace unos meses Chrystia Freeland, y asegur¨® que la soluci¨®n consiste en defender este sistema y hacerlo m¨¢s justo.
Justin Trudeau ha recibido cr¨ªticas ¡ªsobre todo en meses recientes¡ª por sus planes medioambientales y energ¨¦ticos interpretados como contradictorios, por su excesiva cercan¨ªa con las ¨¦lites econ¨®micas y por su escaso compromiso, m¨¢s all¨¢ de las palabras, a la hora de reparar la hist¨®rica desatenci¨®n hacia los pueblos ind¨ªgenas. No est¨¢ claro que el primer ministro vaya a conseguir la reelecci¨®n en los comicios de octubre. Sin embargo, Canad¨¢ tiene un blindaje ante la amenaza del populismo, al menos en la esfera federal, gracias a los programas de asistencia social, a las leyes que protegen a las minor¨ªas, a la predominancia de la clase media y al mayoritario reconocimiento del valor de la inmigraci¨®n. Son cimientos del edificio canadiense. Y buena parte de ellos tienen ADN liberal.
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