¡®Dora, la exploradora¡¯ | As¨ª te sientes cuando tu hija se va de campamento por primera vez
Para ella ha resultado una experiencia superfeliz, pero para nosotros ha supuesto una combinaci¨®n de emociones muy curiosa
La ni?a se nos ha ido de colonias (o campamentos o como quer¨¢is llamarlo) por primera vez en la vida. No es una excursi¨®n plus, sino lo que ella denomina t¨¦cnicamente ¡°tres d¨ªas sin papis¡± (que, por cierto, esto lo dice con una ilusi¨®n que ser¨ªa preocupante si no supi¨¦ramos que son solo ganas de sentirse mayor y de jugar con sus amigas.).
Para ella ha resultado una experiencia superfeliz, pero para nosotros ha supuesto una combinaci¨®n de emociones muy curiosa. Sobre todo, orgullo de verla tan decidida y aventurera pero al mismo tiempo morri?a infinita de saber que no la ver¨ªamos en 72 horas. Se nota que somos primerizos y que por suerte no tenemos nada grave de qu¨¦ preocuparnos.
Prepararle la mochila como si se marchara de Erasmus nos dur¨® casi m¨¢s que los campamentos, porque ella quer¨ªa llevarse media casa, y nosotros tuvimos que hacer de control aduanero.
Al acompa?arla al autocar, ella iba feliz por la calle con sus amigas, mientras que todos los adultos los desped¨ªamos como si se fueran al desembarco de Normand¨ªa.
Solo iban a ser dos d¨ªas y medio de campamento y realmente s¨®lo pasar¨ªamos un d¨ªa sin ver a nuestros hijos, pero, como para muchos iba a ser la primera vez que no estar¨ªan con nadie de la familia, la emoci¨®n estaba en modo premium.
Nada m¨¢s arrancar el autocar, las madres con hijos mayores nos consolaban mientras nos sec¨¢bamos las lagrimillas incipientes.
¡°Tranquilos, que se lo pasar¨¢n muy bien, que los profesores est¨¢n con ellos todo el rato, que no se hacen da?o y si hay algo avisan r¨¢pido, que nuestros mayores han ido cada a?o y siempre vuelven de una pieza.¡±
Por si las moscas, no me he separado del m¨®vil ni lo he apagado durante estos d¨ªas. Y gracias a Dios no habido ninguna llamada de emergencia, solo teleoperadoras para que me cambiara de compa?¨ªa.
Por mucho que supi¨¦ramos que los alumnos estaban en una casa preparada, llena de monitores preparados y de las profesoras del cole atentas y vigilantes, me imaginaba a la ni?a en plan Dora la exploradora viviendo miniaventuras minipeligrosas.
Pero lo que les hac¨ªa ilusi¨®n a todos los de su clase era dormir en literas (y de paso, no dejar dormir a la profe). Ya llevaban planeado de casa c¨®mo se repartir¨ªan las camas, porque todo el mundo quer¨ªa dormir arriba.
Y de las literas no tenemos testimonio gr¨¢fico, pero del resto s¨ª. El Instagram del colegio nos ha ido regalando fotos y videos para vivir en diferido los momentos felices de nuestros ni?os. Y qu¨¦ felices estaban¡
Cuando volvi¨® la ni?a, entusiasmada por la experiencia, no quer¨ªa deshacer la maleta porque ya ansiaba ir a los campamentos de P4. Que a¨²n faltara un a?o para eso no parec¨ªa importarle demasiado.
As¨ª que ya hemos superado la primera separaci¨®n. Menos mal que quedan a?os para que se quiera ir de interra¨ªl.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.