El futuro del mundo explicado por el hombre que dirige la mayor agencia de desarrollo
Achim Steiner, administrador del PNUD, advierte de que el cambio clim¨¢tico castiga a quienes menos contribuyen a ¨¦l, pero que ni los ricos van a poder comprarse un escenario distinto

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La trayectoria de Achim Steiner en el sistema de Naciones Unidas ha estado casi siempre ligada a la preservaci¨®n del planeta. Dirigi¨® el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente durante una d¨¦cada (2006-2016) y tambi¨¦n ha sido director general de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza y secretario general de la Comisi¨®n Mundial sobre Represas. Y esto se nota en sus preocupaciones actuales como administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cargo que ostenta desde junio de 2017.
Desde el pasado enero, el PNUD ya no es el encargado de coordinar los trabajos para el desarrollo del resto de agencias, fondos y programas de la ONU, una funci¨®n que ven¨ªa ejerciendo desde hac¨ªa un cuarto de siglo. Preguntado por este cambio en su despacho de Nueva York, Steiner se limita a mencionar las razones que han llevado al secretario general, Antonio Guterres, a trasladar tal labor a la Oficina de Coordinaci¨®n para el Desarrollo, en el marco de la reforma del sistema de Naciones Unidas. En resumen, para lograr una mayor eficiencia. "Algunos podr¨ªan incluso decir que as¨ª ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil que nos concentremos en el trabajo de desarrollo", zanja sobre c¨®mo afecta al PNUD esta medida.
Con todo, Steiner pilota una de las agencias m¨¢s grandes de la ONU, con presencia en 170 pa¨ªses y con enorme peso en el impulso de Agenda 2030, la hoja de ruta internacional para lograr un mundo m¨¢s justo, pac¨ªfico y un planeta todav¨ªa habitable para esa fecha. Pero cuatro a?os despu¨¦s de su aprobaci¨®n, cuando ten¨ªa que despegar y empezar a mostrar resultados, la ONU advierte de que no ha sido as¨ª. No se hace lo suficiente ni se avanza al ritmo que requieren los retos de la humanidad recogidos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la igualdad de g¨¦nero, garantizar educaci¨®n de calidad para todos y sanidad universal.
Pregunta. El informe de seguimiento de los ODS dice que, al ritmo actual de progreso, no se lograr¨¢ ning¨²n objetivo en 2030. ?Cu¨¢l es su an¨¢lisis?
Respuesta. Creo que estos son objetivos realizables, nadie deber¨ªa sentarse ahora y decir: "Oh, nunca lo lograremos". En algunos pa¨ªses estar¨¢n mucho mejor y eso deber¨ªa ser un est¨ªmulo para los dem¨¢s. En solo 30 a?os hemos logrado reducir la pobreza extrema del 36% al 8%, teniendo en cuenta que la poblaci¨®n casi se ha duplicado en ese tiempo. Es un ejemplo de que, en realidad, las pol¨ªticas y los programas funcionan.
P. El documento alerta de que el cambio clim¨¢tico es una amenaza para los ODS y no se est¨¢ haciendo suficiente contra este mal. ?Est¨¢ de acuerdo?
Estamos perdiendo un tiempo que no tenemos para hacer un cambio en nuestros sistemas energ¨¦ticos
R. Estamos lejos de hacer lo suficiente. Pero, seamos claros, Europa se ha comprometido a una reducci¨®n de emisiones del 40% y tengo mucha confianza en que cumplir¨¢. Igualmente, hace 10 a?os, el mundo siempre se?alaba a China e India como pa¨ªses que estaban frenando el progreso en la acci¨®n clim¨¢tica global. Hoy es diferente. China est¨¢ trabajando activamente en la diversificaci¨®n de su matriz energ¨¦tica para reducir las emisiones. Como estos, puedo dar muchos ejemplos. El problema es que hemos construido este sistema durante 200 a?os y ahora estamos perdiendo un tiempo que no tenemos para hacer un cambio en nuestros sistemas energ¨¦ticos, de transporte, agr¨ªcolas... Nos dirigimos hacia una situaci¨®n de emergencia, la ventana se est¨¢ cerrando y no estamos actuando lo suficientemente r¨¢pido, que es distinto a decir que no se est¨¢ haciendo nada.
P. Entonces, ?qu¨¦ hace falta para salvar el planeta?
R. La verdad amarga es que quienes son lo suficientemente ricos comprar¨¢n su salida. Comprar¨¢n tierras m¨¢s altas; aquellos que sean lo suficientemente ricos se mudar¨¢n de las naciones isle?as que desaparecer¨¢n por la subida de los oc¨¦anos, podr¨¢n pagar el doble de primas para asegurar sus propiedades contra inundaciones y poner m¨¢s aires acondicionados en sus casas. Algunos comienzan a usar la ruta mar¨ªtima del norte y celebran el hecho de que el hielo del ?rtico se est¨¦ derritiendo, lo que facilita el transporte de combustibles f¨®siles. Es la iron¨ªa de principios del siglo XXI: el cambio clim¨¢tico es un fen¨®meno muy cruel porque ha comenzado a castigar a quienes menos han contribuido a ¨¦l. Pero en alg¨²n momento, incluso con todo el dinero del mundo, no vas a comprarte un futuro diferente.
P. ?Qu¨¦ hace el PNUD en este sentido?
R. El PNUD se ha convertido en uno de los principales socios de los pa¨ªses en desarrollo para abordar la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico. Esto se consigue con estrategias nacionales para introducir energ¨ªas renovables, as¨ª como sistemas de transporte m¨¢s eficientes energ¨¦ticamente. Hoy tenemos m¨¢s de 800 proyectos en los 140 pa¨ªses a los que apoyamos, y cerca de dos tercios de ellos est¨¢n directamente relacionados con el cambio clim¨¢tico.
P. El otro problema que frena el progreso del mundo es, seg¨²n la ONU, la desigualdad. ?Qu¨¦ se debe hacer contra este problema?
R. La desigualdad afecta a todas nuestras sociedades, tanto en las llamadas naciones desarrolladas como en las que est¨¢n en v¨ªas de desarrollo. Las tensiones pol¨ªticas y la polarizaci¨®n han surgido de un aumento en el nivel de desigualdad. El problema es que hemos seguido un paradigma econ¨®mico que b¨¢sicamente pone el crecimiento econ¨®mico por encima de todo lo dem¨¢s. Nos dijimos: "Mira, la destrucci¨®n del medio ambiente y la creciente desigualdad social son en realidad el precio que pagas por un desarrollo acelerado". La gente ya no est¨¢ dispuesta a aceptar esto.
P. ?La soluci¨®n es un cambio del sistema econ¨®mico?
R. A lo que nos enfrentamos ahora es a c¨®mo abordamos el desarrollo sin, digamos, una disrupci¨®n econ¨®mica. Porque los ricos a los que les ha ido bien con este sistema econ¨®mico no quieren cambiarlo ni debatir sobre los impuestos, subsidios, sobre c¨®mo se sostiene el sistema de bienestar social o cu¨¢nto invierte el Estado en la gente que de otra manera no se las arreglar¨ªa, ya sea en las ni?as para acceder a la educaci¨®n, las personas con discapacidad o las comunidades rurales. No se trata de hacer que todos sean iguales, lo que es una contrateor¨ªa ingenua; se trata de la equidad en el acceso a las oportunidades. La gente ya no aceptar¨¢ que, por el hecho de haber nacido en una parte de la ciudad, no se tenga el mismo acceso a la educaci¨®n que alguien en el otro lado. Pero, ?significa que todos terminar¨¢n con el mismo t¨ªtulo universitario? Obviamente, no.
P. ?Se puede evitar el debate sobre impuestos, acumulaci¨®n de riqueza y para¨ªsos fiscales en la lucha contra la desigualdad?
La comunidad internacional tiene que invertir en ?frica. Es la regi¨®n econ¨®mica con mayor y m¨¢s r¨¢pido crecimiento en el mundo
R. Puedes culpar a las personas ricas, pero creo que es, hablando francamente, una idea limitada. La riqueza extrema es producto de un marco regulatorio que la permite, tolera y promueve. Me sorprendi¨®, hace unas semanas, que varios multimillonarios en Estados Unidos dec¨ªan que est¨¢n listos para pagar m¨¢s impuestos, porque la sociedad en la que quieren vivir no es una en la que su riqueza pueda crecer sin cesar. Ya sabes, las personas no est¨¢n seguras mientras otras tantas viven en la miseria y cuyos hijos est¨¢n en condiciones de extrema pobreza. Las discusiones que queremos apoyar son: ?cu¨¢l es el nivel correcto de impuestos? ?C¨®mo deben invertirse los ingresos fiscales? ?Cu¨¢l debe ser la proporci¨®n de fondos para zonas urbanas y rurales? ?Y entre educaci¨®n y defensa? Estas son elecciones que las sociedades tienen que hacer, pero nuestro papel como Naciones Unidas no es decirles cu¨¢l debe ser su elecci¨®n.
P. ?Cu¨¢l es su papel?
R. Mostrarle a los pa¨ªses cu¨¢les son sus opciones. Y, con la experiencia de ver el ingenio de los seres humanos por todo el mundo, poder ense?arles buenos ejemplos. Si quieren eliminar gradualmente los combustibles f¨®siles, indicarles la forma en que algunas sociedades lo han hecho con ¨¦xito, que no es simplemente anunciando el lunes por la ma?ana que el precio de la gasolina aumentar¨¢ en un 20%, lo que har¨¢ que todos se enfaden. Con el tema de los impuestos, ?qui¨¦n est¨¢ a favor? Nadie. Pero a todo el mundo le gustar¨ªa tener sanidad, un sistema de seguridad social, carreteras, polic¨ªa en la calle... As¨ª que pagamos impuestos y, en muchos pa¨ªses, no nos oponemos a ello. Lo que no nos gusta es pagarlos y no ver lo que deber¨ªamos obtener a cambio.
P. Se habla mucho de acelerar las medidas para conseguir los ODS en 2030. Pero ?por qu¨¦ no se habla de dejar de hacer lo que no funciona, causa da?o o impide el progreso, como la venta de armas o los para¨ªsos fiscales?
R. Algo, claramente, no est¨¢ funcionando muy bien. En 2019 tenemos m¨¢s conflictos armados dentro y entre pa¨ªses de los hemos tenido en los ¨²ltimos 30 a?os. Actualmente, hay 70 millones de personas que se han visto obligadas a dejar el lugar que llaman hogar. Estos son n¨²meros muy serios.
P. ?Qu¨¦ falla?
Hay una cierta iron¨ªa en el hecho de que entre las cinco potencias del Consejo de Seguridad, con derecho a veto, cuatro son las mayores exportadoras de armas del mundo
R.?Si recuerdo bien, entre las grandes potencias se gastan f¨¢cilmente un bill¨®n de d¨®lares en Defensa. Mientras que la financiaci¨®n total de la Cooperaci¨®n para el Desarrollo es de alrededor de 150.000 millones. Es una proporci¨®n de nueve a uno. Esta ratio de inversi¨®n ya dice mucho. Dirijo hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Es el m¨¢s grande en la familia de las Naciones Unidas. Funciona en 170 pa¨ªses. Pero su capacidad para invertir en el desarrollo es una fracci¨®n de lo que puede hacer un ministro de Defensa nacional al comprar la pr¨®xima remesa de tanques o aviones. Creo que ser¨ªa interesante que en el futuro, el conflicto no sea la soluci¨®n, sino que la cooperaci¨®n sea el camino a seguir. Habr¨¢ quienes dir¨¢n que esto es solo un sue?o. Pero no. Hay argumentos sobre qu¨¦ funciona mejor, si las inversiones militares o para el desarrollo. Hay una cierta iron¨ªa en el hecho de que, entre las cinco potencias del Consejo de Seguridad con derecho a veto, cuatro son las mayores exportadoras de armas del mundo. No es una buena estad¨ªstica.
P. Siempre se mencionan los casos de China e India como buenos ejemplos de desarrollo. Pero ?frica subsahariana, seg¨²n los informes, no avanza. ?Se est¨¢ el mundo olvidando de esta regi¨®n?
R. No debemos subestimar el tama?o de ?frica y la cantidad de pa¨ªses que tiene, m¨¢s de 50. En este continente hay historias muy diferentes que contar. Algunas de las econom¨ªas de m¨¢s r¨¢pido crecimiento en la ¨²ltima d¨¦cada son africanas. Senegal es un buen ejemplo. Pero lo que el mundo oye y ve de ?frica son los conflictos y las guerras civiles como la que hay en Rep¨²blica Centroafricana. Creo que existe la clara necesidad de mejorar la gobernanza y la creaci¨®n de instituciones, porque los pa¨ªses en los que los Gobiernos no funcionan tarde o temprano se desmoronan. En segundo lugar, la comunidad internacional tiene que invertir en ?frica, creo que los rendimientos ser¨¢n enormes. Es la regi¨®n econ¨®mica con mayor y m¨¢s r¨¢pido crecimiento en el mundo. Pocos se dan cuenta de que, en solo 30 o 40 a?os, en el continente habr¨¢ 2.000 millones de ciudadanos, es un mercado global. Creo que su futuro est¨¢ lleno de esperanza.
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