Contra los alimentos ultraprocesados
La obesidad, el resto de formas de malnutrici¨®n y sus consecuencias est¨¢n fuera de control en casi todos los pa¨ªses, tanto en desarrollo como desarrollados
El sistema industrial que determina el suministro de alimentos y los patrones diet¨¦ticos de la poblaci¨®n de todo el mundo hoy en d¨ªa est¨¢ roto. Esta es mi conclusi¨®n despu¨¦s de siete a?os y medio como director general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO).
Ese sistema es la causa de lo que se ha convertido en una epidemia mundial de obesidad, diabetes y de otras enfermedades cr¨®nicas que tienen efectos devastadores en la salud y la vida humana. A pesar de los avances t¨¦cnicos, el sistema tambi¨¦n ha fracasado estrepitosamente en reducir la carga global de deficiencias diet¨¦ticas: m¨¢s de 820 millones de personas a¨²n padecen hambre. Tambi¨¦n est¨¢ contribuyendo al agotamiento de los recursos naturales y al empobrecimiento de las poblaciones rurales en los pa¨ªses de bajos ingresos, incluidos los cientos de millones de agricultores familiares que suministran la mayor parte de los alimentos que se consumen en el mundo.
Pero esta crisis no solo empobrece a las poblaciones de los pa¨ªses de bajos ingresos. La obesidad, el resto de formas de malnutrici¨®n y sus consecuencias est¨¢n fuera de control en casi todos los pa¨ªses en desarrollo y desarrollados.
La FAO acaba de publicar un an¨¢lisis sobre Alimentos ultraprocesados, calidad de la dieta y salud humana. El documento expone los resultados de los estudios de poblaci¨®n iniciados en Brasil, un pa¨ªs muy grande donde desde los a?os ochenta las tasas de obesidad han aumentado r¨¢pidamente. El trabajo ha sido realizado por un equipo de la Escuela de Salud P¨²blica de la Universidad de S?o Paulo dirigido por el profesor Carlos Monteiro. Sus hallazgos est¨¢n respaldados por m¨¢s de 80 estudios publicados, realizados en Estados Unidos, Canad¨¢, M¨¦xico, Reino Unido, Francia, B¨¦lgica, Espa?a, Suecia, Noruega, Chile, Colombia, Australia, Nueva Zelanda, Jap¨®n, Taiw¨¢n y L¨ªbano, cuyos resultados son consistentes y han sido respaldados por las conclusiones de un ensayo controlado aleatorio realizado por el prestigioso Instituto Nacional de Salud de EE UU.
Lo que muestra toda esta investigaci¨®n, como se establece en el informe, es que, en materia de nutrici¨®n y salud p¨²blica, hoy en d¨ªa lo m¨¢s importante es qu¨¦ se hace con los alimentos despu¨¦s de separarlos de la naturaleza y antes de que se preparen y se consuman. En concreto, la naturaleza, el alcance y el prop¨®sito del procesamiento de los alimentos.
Se necesita regulaci¨®n en los sistemas alimentarios; deber¨ªa ser global, pero puede adoptar muchas formas
Los estudios muestran que desplazar los alimentos no procesados o m¨ªnimamente procesados y las comidas caseras a favor de productos alimentarios ultraprocesados preparados para comer o calentar directamente conduce a un profundo deterioro de la calidad de la dieta y a un mayor riesgo de obesidad, diabetes, colesterol, ataques card¨ªacos, hipertensi¨®n, accidentes cerebrovasculares, s¨ªndrome metab¨®lico, c¨¢ncer general y de mama, trastornos gastrointestinales, depresi¨®n, asma, fragilidad en los ancianos y tambi¨¦n muerte prematura.
Conoc¨ª este trabajo por primera vez en 2014, cuando el gobierno federal brasile?o public¨® las nuevas gu¨ªas diet¨¦ticas nacionales oficiales. Como se explica en Sistemas alimentarios y dietas: hacer frente a los desaf¨ªos del siglo XXI, un informe de 2016 producido por un panel de expertos del que form¨¦ parte.
La Gu¨ªa Alimentaria de Brasil recomienda que las dietas de alta calidad contengan cantidades m¨ªnimas de alimentos ultraprocesados. El t¨¦rmino ultraprocesado se acu?¨® para referirse a formulaciones industriales fabricadas a partir de sustancias derivadas de alimentos o sintetizadas a partir de otras fuentes org¨¢nicas. Por lo general, contienen pocos o ning¨²n alimento integral, son f¨¢ciles de consumir o calentar, tienen alto contenido en grasas, sal o az¨²car, y son pobres en fibras diet¨¦tica, prote¨ªnas, micronutrientes y otros compuestos saludables. Algunos ejemplos incluyen: snacks, helados, bebidas azucaradas, chocolates, confiter¨ªa, boller¨ªa, papas fritas, hamburguesas y perritos calientes, y nuggets de pollo y pescado.
El informe que acabamos de presentar ofrece una lista completa de alimentos ultra-procesados y proporciona una gu¨ªa pr¨¢ctica para identificarlos en funci¨®n de su lista de ingredientes.
No hay tiempo que perder: en el 2000, las ventas de alimentos y bebidas ultraprocesados en los pa¨ªses de ingresos medios supon¨ªan un tercio de las de los pa¨ªses de ingresos altos. Quince a?os despu¨¦s, eran ya m¨¢s de la mitad. La venta de alimentos ultraprocesados y de bebidas azucaradas se ha disparado. Este crecimiento es particularmente significativo en los pa¨ªses de ingresos bajos y medios, y se espera que las ventas en el sudeste asi¨¢tico se acerquen a las de los pa¨ªses de ingresos altos para 2035.
La lecci¨®n que debemos aprender ahora y aplicar siempre es que se necesita regulaci¨®n en los sistemas alimentarios que deber¨ªa ser global, pero puede adoptar muchas formas. Se deben retirar los subsidios a los productores y fabricantes de alimentos ultraprocesados y de sus ingredientes, y darlos, en su lugar, a los agricultores familiares, a sus cooperativas y al resto de encargados de cultivar, distribuir y vender alimentos no procesados o m¨ªnimamente procesados. Se deben aplicar impuestos a los productos alimentarios ultraprocesados y debemos alentar programas en las escuelas y comunidades dise?ados para permitir la adquisici¨®n, preparaci¨®n y disfrute de comidas caseras reci¨¦n preparadas. Y puede que lo m¨¢s importante sea que los alimentos b¨¢sicos saludables est¨¦n disponibles a precios que todo el mundo pueda permitirse.
No estoy sugiriendo que los suministros mundiales de alimentos se transformen ¨²nicamente al reducir dr¨¢sticamente la fabricaci¨®n y el consumo de alimentos ultraprocesados. Pero s¨ª creo que se trata de una parte esencial de un plan global de Obesidad Cero. Estamos en un momento cr¨ªtico que requiere actuar de forma radical.
Jos¨¦ Graziano da Silva ha sido director general de la FAO (2011-2019) y ministro extraordinario para la Seguridad Alimentaria en Brasil.
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