Melodrama de detective
Ha muerto el detective James R. Leavelle a un a?o de cumplir un siglo de edad y sin que se sepa a ciencia cierta c¨®mo fue la emboscada donde acribillaron a John F. Kennedy
Ha muerto el detective James R. Leavelle a un a?o de cumplir un siglo de edad y sin que se sepa a ciencia cierta qui¨¦n asesin¨® o c¨®mo fue en verdad la emboscada en plena luz del d¨ªa donde acribillaron a John F. Kennedy en Dallas, Texas. Dos d¨ªas despu¨¦s del magnicidio el detective James R. Leavelle quedar¨ªa inmoratlizado en una c¨¦lebre fotograf¨ªa que ganar¨ªa Premio Pulitzer: va de traje claro y sombrero tejano ¨Cde los Stetson de vaqueros que aguantaban hasta cinco litros de agua--, corbata oscuera de lunares, la mano derecha inerte y la izquierda, unida por esposas a la mu?eca derecha de Lee Harvey Oswald en el preciso instante en que recibe un ca?onazo en la barriga, disparado a quemarropa por el rev¨®lver del mafioso Jack Ruby. End of Story.
Minutos antes de que Ruby asesinara a Oswald y sellara para el misterio la vera participaci¨®n o el car¨¢cter expiatorio del enrevesado personaje al que acusaron como tirador solitario, con la bala m¨¢gica, la punter¨ªa de lince y la sagacidad de la omnipresencia en dos lugares diferentes al mismo tiempo, Leavelle comparti¨® esposas con el presento asesino y camin¨® por un pasillo de la jefatura de polic¨ªa hacia el parking donde un veh¨ªculo habr¨ªa de transportarlo junto con el reo a la penitenciar¨ªa para interrogatorios adicionales. Por romper el hielo, el dectetive Leavelle le coment¨® a Oswald, ya esposados el uno con el otro, ¡°si a alguien se le ocurre dispararte, lo ¨²nico que deseo es que sea tan buen tirador como t¨² mismo¡±, a lo que Oswald respondi¨®: ¡°Te est¨¢s poniendo melodram¨¢tico¡±.
El melodrama de Leavelle va cosido a su biograf¨ªa: sobrevivi¨® al ataque japon¨¦s de Pearl Harbor, result¨® herido de guerra en alguna batalla naval del Pac¨ªfico y volvi¨® como h¨¦roe de la Segunda Guerra Mundial a Texas, donde fue ascendiendo en sus logros policiales hasta lograr su estrella de Sheriff-Detective que a la postre, le sirvi¨® para terminar esposado a uno de los misterios m¨¢s grandes del siglo XX. Ahora, por el epitafio, sabemos que enviud¨® hace unos a?os y que le sobreviven hijos y nietos, que llev¨® una vida activa aunque tranquila y dej¨® grabaci¨®n de un testimonio donde consta lo poco que declar¨® Lee Harvey Oswald mientras estuvo detenido en el edificio policial de Dallas donde ser¨ªa asesinado. Consta la fragilidad l¨®gica de las explicaciones, la desesperada insistencia de Oswald por clamar que no hab¨ªa matado a nadie el 22 de noviembre de 1963 y, por lo visto, la continuidad ya luenga de lo que llaman teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Consta entonces el ¨¢lgebra del misterio y la ronda implacables del agua del azar¡ y el instante indescriptible en que el detective Leavelle vio c¨®mo asesinaban a un preso que iba esposado a su mano izquierda, sin ladearle el sombrero de vaquero ni mancharle de sangre su traje claro.
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