Anglocentrismo en llamas
El festival pamplon¨¦s Flamenco on Fire me son¨® a algo as¨ª como 'cool gazpacho' o 'tortilla de potatoes'
Pamplona acogi¨® este agosto el festival Flamenco on Fire. Al ver uno de los carteles anunciadores, primero pens¨¦ que los duendes del cante se hab¨ªan reconvertido en los duendes de la imprenta, y que quiz¨¢s hab¨ªan querido escribir ¡°Flamenco en Feria¡±, qu¨¦ s¨¦ yo. Despu¨¦s vi que no.
Me parecieron enternecedoras las distintas pronunciaciones que la palabra inglesa fire provoc¨® en corresponsales, presentadores y, sobre todo, participantes. Descart¨¦ la perversidad de la organizaci¨®n como causa del nombre, y la atribu¨ª m¨¢s bien al cada vez m¨¢s fuerte anglocentrismo que padecemos.
¡°Anglocentrismo¡±, exacto. El banco de datos de la Academia data la primera aparici¨®n escrita de esa palabra en 1975, en un texto del psic¨®logo Jos¨¦ Luis Pinillos D¨ªaz que denuncia ¡°el anglocentrismo que prevalece en la mayor¨ªa de los textos que circulan por nuestras bibliotecas y librer¨ªas¡±. Y lo he encontrado tambi¨¦n, hace poco, releyendo un trabajo de la ling¨¹ista Pilar Garc¨ªa Mouton titulado G¨¦nero, sexo y discurso, publicado en 2002 y en el que la autora atribuye al anglocentrismo la elecci¨®n del t¨¦rmino g¨¦nero (por influencia del ingl¨¦s gender) en el discurso feminista. La lucha justa contra el androcentrismo se rindi¨® ante el anglocentrismo, vaya paradoja.
Poco despu¨¦s o¨ªa en una serie espa?ola, que distra¨ªdamente se ha apoderado de mi televisor, que un cura dice en la boda que est¨¢ oficiando: ¡°Isaac, ya puedes besar a la novia¡±. No es la primera vez que en ficciones espa?olas cuelan los guionistas esa frase, que dif¨ªcilmente se oye en nuestras ceremonias nupciales, civiles o religiosas, y mucho menos en las de la ¨¦poca en que se desarrolla esa serie, los a?os veinte de hace un siglo. Pero hemos visto tantas pel¨ªculas norteamericanas, que han construido en nosotros el imaginario de que los curas dicen eso en las bodas, y hasta lo hemos asumido con efecto retroactivo. Adem¨¢s, sin cuestionar siquiera el hecho de que el sacerdote deba dar ese permiso a la pareja (eso s¨ª, dirigi¨¦ndose al novio), cuando los contrayentes ya pod¨ªan besarse antes de la boda si les ven¨ªa en gana.
El anglocentrismo sirve para eso y para que gentes acomplejadas que parecen no tener complejos den nombre en ingl¨¦s a muchas realidades que ya se designaban en espa?ol, desde el spoiler al call center.
Flamenco on Fire me dio la impresi¨®n de arrojar al o¨ªdo una contradicci¨®n interna (o sea, un ox¨ªmoron que dec¨ªan los griegos; la contradictio in terminis de los romanos). Porque un vocablo tan simb¨®lico como ¡°flamenco¡± chocaba con un anglicismo puro, en una locuci¨®n que cada cual traducir¨¢ como le parezca. Desde ¡°flamenco en llamas¡± a ¡°flamenco ardiente¡±, pasando por ¡°flamenco encendido¡± (tal vez ¡°enchufado¡±, ¡°conectado¡±). Desconozco qu¨¦ deseaban transmitir los ide¨®logos del asunto, porque no he hallado en la prensa ninguna explicaci¨®n al respecto, pero suele ocurrir que un solo anglicismo se las apa?e para desplazar a varias alternativas en espa?ol.
El caso es que Flamenco on Fire me son¨® a algo as¨ª como cool gazpacho, o tortilla de potatoes, una mezcla impensable. Quiz¨¢ tan exagerado como long siesta o relaxing cup of caf¨¦ con leche. Y l¨ªbreme Dios de criticar a quien acu?¨® esta ¨²ltima expresi¨®n, que al menos habl¨® en ingl¨¦s con m¨¢s desparpajo que el 90% de los espa?oles, incluido yo. Pero es que ya me imagino que nuestra siguiente candidatura ol¨ªmpica ofrecer¨¢ ¡°Flamenco on Fire¡± a todos los miembros del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. O, puesto que hablamos de Pamplona, que los invitar¨¢ a un genuino ¡°Flamenco on fire with relaxing pachar¨¢n¡±.
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