Mentiras de mayordomo: as¨ª son los seis embustes m¨¢s comunes para ligar en Tinder
Y no, no son para parecer m¨¢s guapos o quitarse a?os. Cient¨ªficos de Estados Unidos han descubierto que existe un tipo de enga?o caracter¨ªstico de las plataformas de ligue
Plataformas como Tinder han propiciado una nueva forma de ligar. En teor¨ªa, es especialmente atractiva para personas que, por diversas razones, no frecuentan los escenarios tradicionales del cortejo y prefieren ejercitarlo al amparo de la tranquilidad ¡ªy discreci¨®n¡ª de la pantalla de sus m¨®viles. Pero tambi¨¦n han tra¨ªdo consigo una curiosa dicotom¨ªa. En el intercambio de mensajes preliminar, cuando la relaci¨®n virtual es incipiente, ?hasta qu¨¦ punto hay que mentir, para parecer m¨¢s atractivo, y hasta qu¨¦ punto hay que decir la verdad, si lo que se busca es una persona af¨ªn? David Markowitz, profesor de la Escuela de Periodismo y Comunicaci¨®n de la Universidad de Oreg¨®n, en Estados Unidos (EE UU), y su colega Jeffrey Hancock, de la de Stanford (EE UU), se hicieron esta pregunta en 2018, y llevaron a cabo un estudio para hallar la respuesta.
Los investigadores han analizado el grado de honestidad y los tipos de mentiras m¨¢s habituales vertidas por los usuarios en los primeros intercambios de mensajes (lo que ellos denominan "fase de descubrimiento"). Para ello, analizaron los chats de 110 personas que usan estos canales de citas. El resultado, publicado en la revista Journal of Communication es bastante sorprendente, por cuanto revela que existe un tipo de mentira caracter¨ªstico de estas plataformas.
Evidentemente, en el ligoteo por el m¨¦todo tradicional tambi¨¦n se puede mentir. De hecho, m¨¢s impunemente: los embustes en el cara a cara se los lleva el viento, mientras que los que se sueltan en Tinder quedan por escrito y se pueden revisar. Por eso en el ¨¢mbito online se dan sobre todo lo que Markowitz y Hancock llaman "mentiras de mayordomo" (butler lies, en ingl¨¦s). M¨¢s que falsedades son imprecisiones deliberadas, equ¨ªvocos dif¨ªcilmente constatables, que no nos comprometen ni cierran puertas. "La tecnolog¨ªa facilita las mentiras de mayordomo porque el m¨®vil ofrece ambig¨¹edad sobre d¨®nde se halla esa persona o qu¨¦ est¨¢ haciendo en ese momento. Esas vaguedades conducen a un tipo de mentira que es m¨¢s raro que se d¨¦ offline", describe David Markowitz, quien nos explica el porqu¨¦ del t¨¦rmino elegido: "Un mayordomo pod¨ªa decir: 'El se?or no est¨¢ en casa', y si era mentira, el visitante nunca lo sabr¨ªa. La tecnolog¨ªa ahora tiene funciones similares".
Esas mentiras se emplean con dos finalidades. La primera es fortalecer la conexi¨®n con la otra persona haci¨¦ndole creer que compartimos sus gustos. Un ejemplo: afirmar que nos gusta Coldplay solo porque ha dicho que le gusta Coldplay. Son las "mentiras de presentaci¨®n". La segunda, controlar el timing de las citas: posponerlas, espaciarlas o cancelarlas con excusas cre¨ªbles que no impliquen dar calabazas. En esta categor¨ªa entrar¨ªan declaraciones como: "Ma?ana no puedo quedar porque tengo que llevar a mi madre al m¨¦dico". Incluso aunque esa relaci¨®n prosperase, la otra parte nunca sabr¨ªa si ese d¨ªa tuvimos que llevar o no a nuestra madre al m¨¦dico. Son las "mentiras de disponibilidad".
El estudio, adem¨¢s, identifica algunas de las mentiras m¨¢s comunes en estos canales, cuyos prototipos podr¨ªan ser:
'Mi hermana me ha llamado y viene a mi casa a cenar'
La cl¨¢sica "mentira de disponibilidad". Es una excusa recogida en el trabajo de Markowitz y Hancock; el participante que la us¨® reconoci¨® que era falsa. El mensaje continuaba: "Podemos posponerlo, si quieres. Te pido disculpas", de lo que los investigadores desprenden que "el emisor quiere evitar encontrarse con su cita pero, al mismo tiempo, preservar la relaci¨®n". La catalogan como "extremadamente falaz".
'Tambi¨¦n me encantan los perros'
Con frecuencia, las declaraciones enga?osas tienen por objeto parecer un buen partido al otro usuario. Como este hab¨ªa escrito previamente que era amante de los perros, el participante contraatac¨® con una improvisada admiraci¨®n por los canes¡ completamente fraudulenta: admiti¨® a los investigadores que no le gustan los perros y que, de hecho, le dan alergia.
'Podr¨ªa pasarme horas viendo esa serie del tir¨®n'
La misma estrategia, con distinto contenido. Aqu¨ª el participante intenta mostrar un inter¨¦s com¨²n, a fin de "proporcionar la base para futuras comunicaciones y parecer m¨¢s atractivo".
'Ojal¨¢ pudiera ir'
Muchas personas tambi¨¦n usan esta clase de mentiras para ocultar sus creencias o sus estados emocionales. Un usuario explic¨® a los investigadores que recurri¨® a ella simplemente porque no le apetec¨ªa quedar; de modo que opt¨® por enunciar precisamente lo contrario, con una t¨¦cnica que le permit¨ªa, adem¨¢s, eludir el encuentro sin dar explicaciones. Para los autores del estudio, es una mentira con cierta calidad "social": salva la cara del comunicante y da pie a un pr¨®ximo encuentro.
'No puedo escribirte porque se me ha estropeado el m¨®vil'
El pretexto de la tecnolog¨ªa exime de culpa al usuario, quien supuestamente no puede proseguir con la comunicaci¨®n por causas ajenas a su voluntad. El autor de este mensaje confes¨® en el estudio que su m¨®vil funcionaba perfectamente; sent¨ªa, en cambio, que le estaban "acosando" demasiados pretendientes. "Estos datos sugieren ¡ªdice Markowitz¡ª que los medios m¨®viles pueden actuar como un b¨²fer para retrasar la comunicaci¨®n".
'Esta noche mejor que no. He tenido un d¨ªa horrible y estoy agotado'
Echarle la culpa al trabajo es una disculpa muy interesante, porque al decir que la larga jornada nos ha dejado exhaustos parece incluso que lo hacemos por deferencia al otro usuario, quien seguramente preferir¨¢ vernos en plenitud de facultades. Al mismo tiempo, quedamos como personas responsables y trabajadoras.
Una estrategia arriesgada que adoptan hombres y mujeres
Seg¨²n Markowitz, hombres y mujeres mienten por igual en las aplicaciones de citas. Pese a todo, advierten los investigadores, la interacci¨®n en estas plataformas es, por lo general, honesta. Solo un 7% de los mensajes analizados eran falsos. En opini¨®n de Markowitz, esto tiene sentido: "El objetivo principal de las citas online ¡ªdice¡ª es encontrar a alguien con quien salir y presumiblemente pasar con ¨¦l el resto de tu vida. Las personas reconocen que el enga?o, hasta cierto punto, puede socavar este objetivo, especialmente si las mentiras son ofensivas o arriesgadas".
Markowitz a?ade que "un poco de enga?o probablemente pasar¨¢ desapercibido o no terminar¨¢ una relaci¨®n, pero las grandes mentiras (si se detectan) lo har¨¢n". De ah¨ª que, seg¨²n descubri¨® la pareja de investigadores, las personas que buscan una relaci¨®n de una noche mientan m¨¢s que aquellas que anhelan encontrar a un compa?ero o compa?era.
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