China se lleva el oro de Sierra Leona sin dar su parte a la poblaci¨®n
Los pueblos colindantes a una mina quieren un hospital, un colegio y agua potable, pero de momento ni los han obtenido ni han dejado de ser pobres
Cuando los mineros chinos llegaron al pueblo de Masumbiri, en el norte de Sierra Leona, en busca de oro, todo el mundo se puso a la cola para conseguir un empleo. Los adolescentes ment¨ªan acerca de su edad, y las mujeres y las ni?as iban a cocinar y limpiar el campamento de los trabajadores, un complejo cerrado situado en la ladera de una monta?a cercana que da a los campos de arroz.
Dayu, una empresa privada que empez¨® a operar en Sierra Leona en 2018, no era m¨¢s que la ¨²ltima de una serie de compa?¨ªas chinas en busca de oro atra¨ªdas por la riqueza mineral del subsuelo del distrito sierraleon¨¦s de Tonkoili. "Al principio la gente estaba muy contenta con los empleos", cuenta Hasan Tholley, el envejecido jefe de Masumbiri, sentado en su porche junto a los ancianos del lugar en este pueblo de calles de tierra. Pronto, cientos de j¨®venes con casco empezaron a llevar un sueldo a casa, y la poblaci¨®n, con sus 5.000 habitantes, tuvo por primera vez cobertura m¨®vil y bombas de agua, todo cortes¨ªa de Dayu.
Sin embargo, cuentan los lugare?os, al cabo de 18 meses del comienzo del proyecto, cuyo valor asciende a miles de millones de d¨®lares, el sueldo que ganaban no compensaba la p¨¦rdida de tierras, y la pobreza empeor¨®.
Al igual que muchos otros pa¨ªses africanos, Sierra Leona ha cortejado a las empresas extranjeras que pagan a los Gobiernos elevadas tasas por los derechos de extracci¨®n, mientras que la poblaci¨®n local a menudo tiene la sensaci¨®n de que no se le pide su opini¨®n ni recibe ning¨²n beneficio.
China es, con diferencia, el mayor exportador de minerales de ?frica subsahariana. En la ¨²ltima d¨¦cada ha invertido alrededor de 30.000 millones de d¨®lares en miner¨ªa met¨¢lica en el continente, alrededor del 15% de ellos en Sierra Leona. All¨ª, la extracci¨®n de oro ha sido un sector relativamente peque?o comparado con el de los diamantes o el mineral de hierro, pero est¨¢ aumentando con empresas como Dayu, que afirma tener la mayor mina de oro subterr¨¢nea del pa¨ªs. Su explotaci¨®n es el ¨²nico proyecto de la compa?¨ªa.
China es el mayor exportador de minerales de ?frica subsahariana. En 10 a?os? ha invertido unos 30.000 millones de d¨®lares
Varios equipos menores, algunos de los cuales operan ilegalmente, tambi¨¦n extraen oro de la zona al mismo tiempo que las empresas grandes. "Considerando la actividad de extracci¨®n, las comunidades deber¨ªan estar experimentando un gran desarrollo", se?ala Mohamed Smooth Bagura, miembro del consejo del distrito de Tonkoili.
A lo largo de la pista embarrada y llena de baches que conduce a Masumbiri, los carteles oxidados anuncian las compa?¨ªas mineras que llegaron y se fueron. Los ¨²nicos coches, edificios o carreteras nuevas en un radio de kil¨®metros estaban en el campamento chino.
Empleos
Desde su tienda de la calle principal de Masumbiri llena de cerraduras, camisetas y relojes, Ibrahim Thulleh cuenta que el negocio ha disminuido. "Desde que lleg¨® Dayu, la gente tiene menos dinero para gastar", se lamenta durante una tarde calurosa, sentado en su choza descubierta.
Antes de Dayu, durante algunos a?os no hubo en el pueblo ninguna compa?¨ªa minera grande. La gente acud¨ªa en masa a buscar pepitas de oro, a menudo con ¨¦xito, y luego iba a la tienda de Thulleh a gastar lo ganado. Dayu contrat¨® a unos 350 lugare?os, y los dem¨¢s mineros se fueron porque la empresa se qued¨® con los yacimientos que ellos explotaban.
Thulleh cuenta que, cuando los trabajadores reciben la paga ¡ªcada uno cobra entre 50 y 150 d¨®lares al mes¡ª, la reparten entre la familia y los vecinos y la utilizan para liquidar sus deudas. "A final de mes no queda dinero", cuenta Abdulai Kargbo, un minero de 29 a?os que tiene uno de los empleos mejor pagados: ocuparse de las voladuras y la perforaci¨®n de la monta?a en busca de oro. Antes de Dayu, transportaba a gente en su moto y ganaba entre 10 y 15 d¨®lares al d¨ªa, m¨¢s del doble de lo que gana ahora, cuenta el trabajador, que es padre de seis hijos. Las ventajas de un empleo estable no compensan la mengua de los ingresos, asegura. Dentro de unas semanas, cuando lleve un a?o trabajando en la mina, piensa dejarlo y volver a la moto.
A William Bangura, que tiene dos hijos trabajando para Dayu, no se le ocurre nada que la familia pueda comprar ahora que no pudiese permitirse ya antes. "Solo nos llega para ir tirando", se queja. A¨²n as¨ª, est¨¢ agradecido por los empleos. "No ten¨ªamos elecci¨®n", sentencia.
En vez de cribarlas a mano y venderlas en el sitio, ahora las part¨ªculas de oro se extraen triturando las rocas en una planta de procesamiento situada en la ladera de la monta?a. En el suelo de la ¨²ltima sala se apilan grandes bolsas blancas llenas de polvo gris que contiene unos cuantos gramos de oro. En este estado se transporta en camiones al puerto donde se embarca rumbo a China.
Repartir la riqueza
Las compa?¨ªas tienen que destinar el 0,01% de sus ingresos al desarrollo de las comunidades. Dayu ha decidido aumentar su contribuci¨®n al 1%, pero todav¨ªa est¨¢ negociando las condiciones
Sierra Leona est¨¢ "abierta a las empresas", anunciaba el presidente Julius Maada Bio, que ha pregonado su mensaje entre los inversores de China, Gran Breta?a y Emiratos ?rabes Unidos desde que lleg¨® al cargo el a?o pasado con el compromiso de garantizar que su pa¨ªs se beneficiar¨ªa de la miner¨ªa. De acuerdo con el C¨®digo de Miner¨ªa, las compa?¨ªas como Dayu pagan medio mill¨®n de d¨®lares anuales al Gobierno por una licencia de extracci¨®n a gran escala, y se les exige que dediquen el 0,01% de sus ingresos al desarrollo de las comunidades.
Pero las medidas para el desarrollo de las comunidades no est¨¢n claras y el c¨®digo no siempre se aplica, afirmaba el Gobierno el a?o pasado al anunciar una nueva pol¨ªtica minera dirigida a poner en marcha una serie de reformas.
Dayu ha decidido aumentar su contribuci¨®n al 1%, pero todav¨ªa est¨¢ negociando las condiciones con la poblaci¨®n local, informaba Mohamed Daffae, gestor encargado de relaciones con la comunidad. Los tres pueblos de la zona piden cosas diferentes. Uno quiere un colegio, otro un centro de salud, y el tercero necesita agua potable, explica el concejal Bangura. Hasta ahora solo se han instalado las bombas de agua, que llega directamente del r¨ªo sin filtrar. "Hacemos todo lo que podemos para contribuir al desarrollo de la comunidad", declara Peng Hui Yao, director general de Dayu. "Queremos sinceramente que la gente de la zona sea feliz".
Seg¨²n Daffae, la poblaci¨®n est¨¢ impaciente por que le lleguen los beneficios. "La principal dificultad es que entiendan la concesi¨®n", a?ade desde su oficina del complejo. Los lugare?os creen que la tierra y los minerales son suyos, pero no tienen autorizaci¨®n, afirma.
El acuerdo de Dayu con el Gobierno da acceso a la empresa a 9,6 kil¨®metros cuadrados durante 25 a?os. Hace poco, Daffae se encontr¨® con la resistencia de la gente del lugar que estaba extrayendo oro de la zona en la que la empresa china quer¨ªa excavar. "Tuve que desplazarme hasta all¨ª y explicarles que no pueden parar una explotaci¨®n como esta, que es para todos nosotros", concluye.
Este art¨ªculo ha sido realizado gracias al apoyo de la Fundaci¨®n Thomson Reuters, la secci¨®n sin ¨¢nimo de lucro de Thomson Reuters dedicada a informar sobre temas humanitarios, derechos de las mujeres y LGTB+, tr¨¢fico de personas, derechos de propiedad y cambio clim¨¢tico.
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