Ant¨ªdotos para no pudrirse en la c¨¢rcel
Am¨¦rica Latina ensaya f¨®rmulas para promover la reinserci¨®n de los 1,5 millones de reclusos que acogen sus superpobladas y precarias prisiones
¡°No es mi segunda oportunidad, en realidad, es la primera¡±. Esta fue la respuesta que se llev¨® Nathalie Alvarado, la coordinadora del Cl¨²ster de Seguridad Ciudadana y Justicia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en una conversaci¨®n con un usuario de un taller de panader¨ªa en una prisi¨®n de Panam¨¢. ¡°En cualquier ciudad de Am¨¦rica Latina encontramos j¨®venes de 19 a 25 a?os en las c¨¢rceles que son a la vez condenados y v¨ªctimas, que han sufrido violencia intrafamiliar, problemas de drogas y alcohol, falta de oportunidades¡±, lamenta Alvarado.
Para combatir la impasibilidad e impulsar la acci¨®n, el BID propone empezar por conocer con detalle el problema. Para ello, ha presentado un avance del estudio Dentro de las prisiones de Am¨¦rica Latina y el Caribe, una primera mirada al otro lado de las rejas, durante su XI Semana de la Seguridad Ciudadana, celebrada este mes en Washington. El objetivo es comprender mejor los problemas del sistema penitenciario para mejorar la reinserci¨®n. Pa¨ªses como Colombia, Argentina y Chile desarrollan f¨®rmulas novedosas para promover la reincorporaci¨®n social de quienes han estado privados de su libertad.
Actualmente se estima que hay un mill¨®n y medio de personas encarceladas en Am¨¦rica Latina, lo que supone 262 por cada 100.000 habitantes. Este ¨ªndice solo est¨¢ por debajo del 376 de Am¨¦rica en su conjunto y se acerca a duplicar la media mundial de 145, seg¨²n datos del World Prison Brief.
Adem¨¢s, desde el 2000, la poblaci¨®n reclusa ha aumentado un 120% en la regi¨®n, frente al promedio mundial del 24%. As¨ª se agudiza el problema de superpoblaci¨®n de las c¨¢rceles, con un nivel de ocupaci¨®n medio en la regi¨®n de 1,64, frente al 1 que ser¨ªa ¨®ptimo. De los 26 pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os miembros del BID, apenas seis se quedan por debajo de esa tasa m¨¢xima recomendable de alojamiento, y los casos m¨¢s extremos son los de Guatemala y El Salvador (que coinciden en el ¨ªndice de 3,33) y Hait¨ª (4,54).
Este colapso se refleja en el estudio del Banco, que entrevist¨® a 11.000 reclusos en 14 pa¨ªses y que determina que solo el 42% de los encuestados duerme en una cama y el 20% no tienen acceso a agua potable. A estas dif¨ªciles condiciones se suma el aislamiento: ¨²nicamente un tercio de los presos ha podido conservar telef¨®nicamente con sus familias y apenas el 17% ha recibido alguna visita.
El apoyo familiar tambi¨¦n es relevante a la hora de abandonar la c¨¢rcel, donde especialmente las mujeres manifiesta que pudo cubrir sus necesidades b¨¢sicas gracias a su c¨ªrculo a la salida de prisi¨®n.
El apoyo familiar tambi¨¦n es relevante a la hora de abandonar la c¨¢rcel, donde especialmente las mujeres (40%, frente al 25% de los hombres) manifiesta que pudo cubrir sus necesidades b¨¢sicas gracias a su c¨ªrculo a la salida de prisi¨®n. Con este panorama, el nivel de reincidencia es elevado, del 32%, especialmente acusado entre los hombres (33%), 14 puntos porcentuales por encima del de las reclusas (19%). Y la falta de divisi¨®n de presos por niveles de peligrosidad convierte a las c¨¢rceles en universidades del crimen.
¡°La superpoblaci¨®n de j¨®venes en las c¨¢rceles significa que el sistema (entendido como conjunto de oportunidades que una persona tiene en la vida) les ha fallado. Es un desaf¨ªo muy importante para Am¨¦rica Latina y el Caribe al que debemos dar respuesta¡±, defiende Lea Jim¨¦nez, responsable del Departamento de Innovaci¨®n para Servir al Ciudadano del BID. Para ello, aparte de conocerse el avance del estudio sobre la situaci¨®n en las prisiones, en la reciente XI Semana de la Seguridad Ciudadana se abordaron algunos ejemplos de c¨®mo evitar el c¨ªrculo de la crimen-c¨¢rcel-crimen de nuevo.
Segundas oportunidades made in prison en Colombia
Como en las pel¨ªculas, la actriz e impulsora de la Fundaci¨®n Acci¨®n Interna Johana Baham¨®n cuenta que una visita a una c¨¢rcel de mujeres le cambi¨® la vida. ¡°Fui invitada por un papel que estaba haciendo en una serie y despu¨¦s de ver c¨®mo era, decid¨ª que no sab¨ªa c¨®mo, pero quer¨ªa trabajar con las internas¡±, explica. Empez¨® con una obra de teatro, que evolucion¨® hasta convertirse en el Festival de Teatro Carcelario.
Despu¨¦s se sum¨® el Restaurante Interno, localizado en la c¨¢rcel de mujeres San Diego en Cartagena; gestionado por sus reclusas, con apoyo de la fundaci¨®n; y que fue incluido por la prestigiosa revista Time en su lista de los 100 mejores lugares del mundo para 2018. ¡°Es que no hacemos caridad, hacemos calidad¡±, defiende Baham¨®n. Entre sus proyectos, tambi¨¦n se cuenta una agencia de publicidad en la c¨¢rcel La Modelo de Bogot¨¢ y una marca de ropa llamada Made in Prison. ¡°Para muchos, las receta para quienes est¨¢n privados de libertad es ¡®que se pudran en la c¨¢rcel¡¯, mientras que nosotros defendemos las segundas oportunidades¡±, defiende Baham¨®n, que por ahora no trabaja como actriz para centrarse en la fundaci¨®n.
¡°Ten¨¦s derecho¡±, informaci¨®n para el colectivo LGBT+ en Argentina
La Procuraci¨®n Penitenciaria de la Naci¨®n de Argentina, entidad especializada en la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad, cuenta con un equipo especializado en g¨¦nero y diversidad sexual, que ha potenciado la visibilizaci¨®n de las consecuencias de una ausencia de esta perspectiva en el servicio penitenciario. Entre los objetivos de la Procuraci¨®n, Maximiliano Sheehan, subdirector de gesti¨®n administrativa, cita romper con el binarismo, por ejemplo, en la divisi¨®n del alojamiento; atajar la violencia f¨ªsica y simb¨®lica que sufre la poblaci¨®n LGBT privada de libertad; y promover las buenas pr¨¢cticas judiciales.
Como acciones concretas, esta entidad promueve el planteamiento de arrestos domiciliarios como alternativa, en caso de ser necesario, al encierro penitenciario en para encarcelados de colectivos vulnerables. Asimismo, se desarrollan acciones de sensibilizaci¨®n e informativas, como la gu¨ªa especializada Ten¨¦s derecho¡ Informaci¨®n para el Colectivo LGBT+ privadxs de su libertad.
Un a?o de empleo y tres meses de apoyo psicosocial en Chile
Tradicionalmente, cuando se habla de reinserci¨®n en el ¨¢mbito penitenciario se identifica con intervenciones ¡°durante el periodo de privaci¨®n de libertad¡±, como expone el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Chile, Hern¨¢n Larra¨ªn. Pero cada vez m¨¢s se desarrollan iniciativas ¡°extramuros¡±, que comienzan en la c¨¢rcel y contin¨²an fuera, una vez que el recluso recupera su libertad. Es el caso del proyecto chileno +R Reinserci¨®n, estrenado este a?o a¨²n en fase piloto, que combina la formaci¨®n profesional en las prisiones con la garant¨ªa de un contrato laboral de al menos un a?o en una empresa colaboradora del programa, as¨ª como seguimiento y acompa?amiento psicosocial durante tres meses.
Larra¨ªn admite que es un proyecto costoso, pero defiende su idoneidad no solo para dar oportunidades de vida digna a quienes salen de la c¨¢rcel, sino como una v¨ªa para frenar la delincuencia, que califica como ¡°el problema n¨²mero uno para los ciudadanos chilenos y de Am¨¦rica Latina¡±. Seg¨²n la Fundaci¨®n Paz Ciudadana, el 51% de los exreclusos chilenos delinquen de nuevo en los tres a?os siguientes a su salida de prisi¨®n.
El Gobierno chileno cita estudios que demuestran que tener un empleo reduce el riesgo de reincidencia entre el 33% y el 50%. Tambi¨¦n reflejan que la inversi¨®n en reinserci¨®n se multiplica por seis como ganancia para la sociedad, ya que por cada ex recluso reinsertado los contribuyentes se ahorran unos 37,7 millones de pesos chilenos (casi 48.000 euros).
M¨¢s all¨¢ del beneficio econ¨®mico, Nathalie Alvarado recuerda las ense?anzas de William Bratton, hist¨®rico referente de la renovaci¨®n de la polic¨ªa en varias ciudades estadounidenses que, para combatir el crimen, aboga por contar con un buen servicio de polic¨ªa, pero tambi¨¦n con el apoyo de una sociedad que no abandone a sus ciudadanos, especialmente los m¨¢s vulnerables. Una sociedad que, por ejemplo, busca ant¨ªdotos contra el riesgo de pudrirse en la c¨¢rcel.
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