¡°Muerte a los ¨¢rabes¡±
El grito de j¨®venes jud¨ªos fue para el escritor Sayed Kashua la culminaci¨®n de un fracaso colectivo y tambi¨¦n personal
¡°Muerte a los ¨¢rabes¡±, escucha Sayed Kashua gritar en las calles de Jerusal¨¦n, y ese grito, cuenta el escritor, le rompe por dentro. No es la primera vez que lo escucha, aunque con suerte igual es la ¨²ltima. Despu¨¦s de ese d¨ªa, Kashua decide dejar su pa¨ªs, Israel, y emigrar con su familia a Estados Unidos. El grito de esos j¨®venes jud¨ªos ¡ª¡°muerte a los ¨¢rabes¡±¡ª es para Kashua la culminaci¨®n de un fracaso colectivo y tambi¨¦n personal. ¡°Llevo 25 a?os escribiendo en hebreo y no ha cambiado nada. Veinticinco a?os aferrado a la esperanza, creyendo que no es posible que la gente est¨¦ tan ciega¡±. Sin motivos para el optimismo, durante 25 a?os este autor ¨¢rabe-israel¨ª ha cre¨ªdo ¡°que ser¨ªa posible que un d¨ªa los israel¨ªes dejar¨ªan de negar la nakba, la ocupaci¨®n y el sufrimiento del pueblo palestino. Que un d¨ªa los palestinos estar¨ªan dispuestos a perdonar, que juntos podr¨ªamos construir un lugar en el que valdr¨ªa la pena vivir¡±.
De esos 25 a?os, m¨¢s de 10 los dedic¨® a escribir en hebreo una columna semanal para el peri¨®dico israel¨ª Haaretz. En sus textos trataba aspectos cotidianos de la vida en Israel desde el punto de vista ¨¢rabe. La editorial Galaxia Gutenberg ha publicado una selecci¨®n de estas columnas (2006-2014) bajo el t¨ªtulo Llega un nuevo d¨ªa: Notas de una vida palestino-israel¨ª. Las columnas se leen como un diario ¨ªntimo en el que cada entrada constituye un relato de esa vida. Con el avance de los a?os vemos c¨®mo Kashua se convierte en su propio personaje, un tipo mani¨¢tico, machista, egoc¨¦ntrico, que abusa del alcohol, irresponsable. Aun as¨ª, o porque se muestra de forma tan vulnerable y poco halagadora, resulta conmovedor. Cada uno de los relatos muestra la realidad a trav¨¦s del humor negro y la iron¨ªa, o de detalles cotidianos que nos hacen ver hasta qu¨¦ punto la violencia est¨¢ normalizada, salpica y permea cada vida.
En ¡®La bicicleta¡¯, por ejemplo, Kashua quiere paliar los efectos de su consumo de alcohol y decide hacer ejercicio. El primer d¨ªa da un largo paseo que cuenta con humor, ridiculizando su torpeza. Pero, entre sudores y agon¨ªas, aparece un control de polic¨ªa que ha detenido a un ni?o y le est¨¢ interrogando por el origen de su bicicleta. El ni?o responde en ¨¢rabe que se la ha regalado su padre, pero los soldados s¨®lo hablan hebreo. La situaci¨®n es tensa. Kashua los observa de lejos, sin intervenir, hasta que uno de los polic¨ªas le mira y pregunta: ¡°?Hay alguien aqu¨ª que sepa ¨¢rabe?¡±. Kashua niega con la cabeza, sale corriendo y no para hasta llegar a casa. ?Saturaci¨®n, indiferencia, incapacidad de reacci¨®n, cobard¨ªa?
Kashua se sit¨²a en el centro del conflicto, nos muestra la degradaci¨®n que genera la violencia, pero ese ?c¨®mplice indiferente? tambi¨¦n puede ser v¨ªctima. En ¡®Pasaportes extranjeros¡¯ Kashua dice: ¡°Con los a?os, cada vez parezco m¨¢s ¨¢rabe¡±. ?Qu¨¦ significa esto? En el aeropuerto de Jerusal¨¦n significa que, tras un chequeo, le pongan una pulsera naranja en el cierre de su maleta. Nadie m¨¢s en el aeropuerto la lleva: ¡°Sab¨ªa que me miraban, sab¨ªa que estaba marcado, y una fuerte sensaci¨®n de humillaci¨®n me atrapaba cada vez que alguien miraba la pulsera naranja¡±. En otras columnas habla de los ¨¢rboles que planta el Gobierno israel¨ª para que no se vean los muros, en otras de que sus hijos tienen miedo a hablar ¨¢rabe en su barrio jud¨ªo, en otras de c¨®mo los ¨¢rabes le reprochan que escriba en hebreo, en otras¡ Hasta que llega ese ¡°muerte a los ¨¢rabes¡± y Kashua decide poner punto final a la esperanza.
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